6 consejos para afrontar la convivencia en cuarentena

27 / 03 / 2020
POR David Alarcón

En estos difíciles momentos, relacionarse con los demás puede suponer un reto mayúsculo. Aquí van 6 efectivas recomendaciones para imponerse a la situación.

Ilustración de Karolin Schnoor

Hay tantas situaciones distintas como personas hay en el mundo, al igual que existen infinitas formas de afrontar la realidad. La singularidad y la rareza del contexto que acontece, definido por la incertidumbre, el miedo y la inseguridad, nos obliga a adaptarnos a una circunstancia sin precedentes, forzándonos a trabajar en aquellos aspectos de nuestra personalidad que nos atrapan y nos debilitan. Pero no solo influye la forma de ser de cada uno de nosotros; también lo hace el entorno que nos rodea durante estos días.

Podría parecer que estar acompañado durante la cuarentena es toda una ventaja. Y es que, las relaciones sociales y el contacto humano permiten la interacción y posibilitan distintas alternativas de entretenimiento, desde jugar a juegos de mesa hasta mantener una conversación distendida a lo largo de la tarde, pasando por charlas en las que prima la risa, la nostalgia o incluso el temor en función del momento. Sin embargo, no todo son beneficios. El carácter de cada uno, la forma de tratar y alternar con los demás y la imperante necesidad de preservar un espacio único reservado a uno mismo inciden de manera directa en la forma de entender la compañía.

Es precisamente por este motivo por el que recopilamos 6 efectivos consejos dedicados a todas aquellas personas que demandan su parcela de privacidad e intimidad dentro de una vivienda en la que convive con otros sujetos:

 

COMPRENDE LA REALIDAD

Ser consciente de la excepcionalidad de la situación a la que nos enfrentamos resulta fundamental para poder definir una estrategia de actuación. Esta realidad es temporal e, independientemente de las semanas que pueda llegar a prolongarse, acabará desembocando en la vida rutinaria y activa de nuevo. Entender la eventualidad de la situación nos permitirá afrontarlo de forma positiva y concebirlo como un reto que debemos asumir, poniéndonos a prueba a nosotros mismos.

 

PLANIFICA LA NUEVA SITUACIÓN

Una vez hemos asimilado y aceptado la realidad, debemos emprender una rutina ideada por y para la ocasión. Dado que las actividades en el exterior y los planes de ocio (más allá de aquellos que realicemos con las personas con la que habitamos) no son una opción, la creatividad supondrá una efectiva herramienta para definir nuevos hábitos. Confeccionar un calendario en el que dejar constancia de las tareas a realizar, los planes que se nos ocurran y aquello que deseamos hacer una vez esta situación llegue a su fin puede ayudarnos a mantenernos conectados al presente, evitando la frustración y la desesperación. Deberemos reservar un espacio dedicado exclusivamente a anotar todo aquello que se nos pase por la cabeza, dando rienda suelta a la originalidad y los impulsos inventivos.

 

RESERVA UN ESPACIO ÚNICAMENTE PARA TI

No todo el mundo puede permitirse un espacio propio, pero si puedes, dedica uno de los habitáculos de la casa exclusivamente a tu persona, convirtiéndolo en tu refugio al que poder acudir cuando necesites estar solo y desconectar de la realidad que acontece. Es posible que durante el día coincidas, inevitablemente, con las personas con las que convives. Por este motivo, sentir que cuentas con un espacio reservado para ti te ayudará a compaginar la vida social con la intimidad, muy necesaria también en estos difíciles momentos. Adapta la habitación a tu gusto, decorándola y ambientándola de forma que te sientas cómoda. La música puede contribuir a hacer del espacio un universo propio en el que fluya la creatividad.

 

ESTABLECE UNA RUTINA DE DEPORTE

El deporte es una estupenda válvula de escape, ayudándonos a mejorar nuestro estado físico y emocional. Es precisamente su poder transformador de la mente el que nos resultará de gran ayuda a lo largo de estas semanas. Trata de establecer una rutina diaria en la que te retes a ti mismo, luchando por superarla cada día. No es necesario que el entrenamiento sea de gran intensidad ni muy prolongado en el tiempo; lo más importante es ser constante y dedicar unos cuantos minutos a conectar con tu cuerpo. Además, puedes hacerlo solo sin necesidad de contar con la ayuda de otra persona, o, en caso de que lo prefieras, ejercitarte junto a las personas con las que compartes piso durante estos días. Los entrenamientos colectivos fortalecerán la unión y la confianza entre los integrantes del grupo, mientras que las rutinas en solitario te ayudarán a despejar la mente.

 

NO TE AÍSLES COMPLETAMENTE

Intenta mantener un mínimo contacto con las personas que te rodean. Esto te permitirá exteriorizar tus emociones, compartir cómo te sientes y solicitar ayuda en caso de que lo necesites. Poner en común distintos puntos de vista, reflexiones y preocupaciones resultará en un mayor sentimiento de cooperación y unión grupal y una mejora del estado de ánimo. No obstante, no te veas obligado a mantener conversaciones o intervenir activamente en el diálogo si no te apetece; recuerda que puedes hacer uso de tu “refugio” cuando y como quieras.  A pesar de que resulta inevitable no hablar sobre la enfermedad y sus consecuencias, sería positivo proponer otros temas de conversación, aprovechar para conocer mejor al resto de individuos y debatir sobre asuntos variados, enriqueciéndonos a nosotros mismos y a los demás al mismo tiempo.

 

REFLEXIONA SOBRE TU SITUACIÓN ACTUAL

Desde el ámbito laboral hasta las cuestiones más personales e íntimas. El confinamiento puede suponer una muy buena oportunidad para meditar y tomarte el tiempo necesario a la hora de analizar la vida que estás llevando. Tal vez descubras que hay algo que no te hace feliz o te des cuenta de que alguna persona de tu entorno te resta y te influye negativamente, y no te habías dado cuenta hasta ahora. O puede que, durante estos días, acabes encontrando repentinamente tu verdadera vocación. En la frenética sociedad de hoy en día, donde imperan la velocidad y las obligaciones, reflexionar sobre nuestra situación actual puede desembocar en conclusiones que nunca hubiéramos llegado a pensar. Puedes hacerlo de forma individual o colectiva, compartiendo impresiones y pidiendo opinión a tus compañeros si lo deseas.