‘Fast couture’ o el glamour de lo reciclado

04 / 06 / 2018
POR Belén Rubiales

Kévin Germanier deja Louis Vuitton como diseñador junior para dedicarse por completo a su marca de prendas upcycled de apariencia futurista.

 


 
Kévin apuesta y cree firmemente en el upcycling, traducido comúnmente como supra-reciclaje y definido como el proceso de transformación de un objeto residuo o en desuso en otro de mayor o igual valor. Lo que impulsó la búsqueda de este estilo concreto fue un bolso con una pequeña tara que compró el creativo suizo en el distrito de Sham Shui Po, en Hong Kong, por un precio de 0,15$. Empezó entonces a dar una nueva vida al accesorio utilizando cuentas de colores, sentando así las bases de una técnica propia de bordado con silicona, capaz de producir piezas de calidad en tiempo récord, bordando un vestido, por ejemplo – que al método tradicional se tardaría varias semanas – en 48h.
 

 
Durante meses combinó lo que sería su trabajo como diseñador junior de marroquinería en la lujosa casa francesa, Louis Vuitton, con dedicación y mimo a su propia marca, viéndola debutar en marzo de este mismo año en la fashion week de París.
Mientras otros muchos talentos posponen su propia carrera y se prestan a trabajos más estables pero quizás menos creativos, Kévin Germanier está dispuesto a correr el riesgo. Después de estudiar en la Escuela de Arte y Diseño de Ginebra se mudó a Londres para asistir a la prestigiosa Central Saint Martins, donde el supra-reciclaje comenzó a convertirse en parte de su ADN al transformar prendas vintage por no tener dinero para comprar tejidos.
 

 
El diseñador bautiza y se dirige a su ropa como ‘fast couture’, haciendo un pequeño guiño crítico a toda la problemática que nos deja el fast fashion. De alguna manera, se mofa de la industria de la moda, pues consigue sofisticadas prendas femeninas a partir de materiales que provienen de la basura. La primera colección ready-to-wear presenta siluetas esculturales con cuentas de gran colorido. Lazos confeccionados en tela confieren esa impresión más ligera que suaviza las formas arquitectónicas. Degradados de colores de apariencia mística y etérea culminan en una especie de sensación extrasensorial, que abraza faldas, camisetas, chaquetas y vestidos. La estética de Germanier la componen, por igual, lo intergaláctico, lo acuático y la estética disco, bañada siempre por una fuerte feminidad.
 


vía The Business of Fashion