Llevas toda la vida oyendo hablar de la crisis de los 40. Nos sabemos todos los clichés: que si te compras un coche caro, que si te compras un novio caro, que si te vuelves medio accionista de Grecian 2000… Sin embargo para ti, carnerilla, el paso del tiempo es una mera ilusión. Es una convención social arbitraria, en lugar de un a priori kantiano. No es que el paso del tiempo te dé igual, es que, convencida de que pasen los años que pasen, seguirás siendo forever young, tienes la impresión de que los 40 y su crisis están aún muy lejanos… ¡Nadie te advirtió sobre la espantosa crisis de los 30! Y ahora estás ahí, con veintitodos o casi, lamentándote, sintiéndote engañada. Cambio de decena. Primeras canas en las sienes. ¿Te comprarás un coche nuevo? No, buscarás una mínima estabilidad emocional. ¿Te buscarás un amante más joven? No, rezarás cada noche por poder pagar el alquiler. ¿Te harás un cambio de look en un salón caro y prestigioso? No, aprenderás a cortarte el pelo tu misma con los tutoriales de Isasaweis.
La de los 30 es la peor. Los 20 han molado. Los 30 molarán también. Sólo tienes que taparte la nariz y pasar por la fase de aceptación. Pero lo primero es montar una buena fiesta. Elige a tus 30 mejores amigos y ofréceles una noche inolvidable. Verás como lo de la cifra no se te hace tan cuesta arriba.
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Cada torito es un mundo. Está por ejemplo el torito que tiene botines y no va descalzo. Luego está el que está en la sombra. Y también el que está escondío. Y tú eres aquel de la fuente. Que nadie lo toque. Que te dejen tranquilo, y no te provoquen. No porque nacieras para semental, sino porque con la maldita astenia primaveral, te vas a encontrar fatal. Y después de estas hermosas rimas consonantes, te explico. Legendaria es tu paciencia. Pero también tus estallidos de furia. Y tienes todo el derecho. Entre las alergias y el despiste que te causan las temperaturas absurdamente oscilantes, si noviembre es el de la salud genital masculina, abril será para ti el mes de la irascibilidad. No te preocupes. Como dijo un gran sabio “panta rei”. Y mientras eso ocurre, puedes entretenerte buscando “Heráclito de Efeso” en la wikipedia. El saber no ocupa lugar.
Tranquilidad y que no cunda el pánico. Ha sido puesto en mi conocimiento que circula por ahí una noticia de que un grupo de astrónomos de la universidad de nosédónde ha descubierto que noséqué cálculos zodiacales están mal hechos y se han dedicado a cambiar de fecha todos los signos. Las que más preocupadas os habéis mostrado al respecto habéis sido las géminis. Cientos de géminis se han puesto en contacto conmigo porque, según este nuevo cálculo, se verían en la tesitura de repentinamente convertirse en tauro. Desde aquí quiero lanzar un mensaje de tranquilidad. Querida géminis: nadie te va a despojar de tu locuacidad, de lo rápido que te aburres de las cosas, ni de la mala hostia que calzas cuando despiertas a la bestia del gemelo malo. Seguirás siendo géminis y despistando a amigos, familia y conocidos con tus bruscos cambios de dirección. De ninguna manera, por obra y gracia de un puñado de científicos (un astrónomo opinando de astrología es como un antropólogo opinando de cálculo infinitesimal), vas a pasar a ser tauro. Porque jamás tendrás el temple, la paciencia y la capacidad de adaptación de las nativas de este signo. Respira tranquila. En abril vas a ser súper géminis y te irá guay.
No te lo vas a creer. Te juro que tenía intención de animarte por si estabas aletargada en tu caparazón, añorando tiempos mejores, llorando y esas cosas que hacéis las cáncer. Pero resulta que, hablando en plata, lo tienes un poco jodido. Si te sirve de consuelo es solo un mes en el que tendrás que procurar no salir cuando haya luna llena, solicitando a una persona de confianza que te ate a la cama, y sobre todo evitar comer después de media noche. Ojo con las discusiones puñeteras, que estás acostumbrada a salir airosa, pero ninguno de los planetas va a ayudarte esta vez. Tampoco te ayudarán en tu bajón primaveral los atracones a comer a los que acostumbras, que pueden derivar en problemas de salud más serios, tan serios como para tener que ir a urgencias con luna llena y llegar vomitando y hecha una loba. Así que mucha paz, mucha calma, mucha tranquilidad y reposo. Evita telediarios, temas polémicos en conversaciones y quedar con gente a la que le va guay. Podría ser la última vez que les veas. O más bien la última vez que ellos te vean a ti.
Como dijo uno de los mejores leos de la historia (con permiso de Napoleón y Fidel Castro), el gran Joe Strummer “Cuando conoces a alguien y te dice que has tenido algún tipo de impacto en su vida, ahí te das cuenta de que ha merecido la pena”. Y quiero que sepas esto y que lo tengas siempre presente, especialmente durante este mes de abril, en el que puedes emparanoiarte pensando en que todos tus proyectos, ya sean chiquitines o grandes, al final no servirán para nada. Es inevitable sentirse así alguna vez. Lo raro es que te suceda a ti, porque lo normal es que camines por el mundo con un poderío extraordinario. Este pequeño momento de inflexión, que ahora te parece un Everest, te resultará a la larga beneficioso. Todas necesitamos una cura de humildad de vez en cuando, pero el león necesita una cantidad diaria recomendada para no acabar hecho un flipao. Está bien que te preguntes si estás haciendo lo correcto y si realmente merece la pena meterte en fregaos. Pero no te vengas abajo cuando esos fregaos parezcan darte más problemas que satisfacciones. Joe Strummer y yo te lo prohibimos. Hasta la contribución más pequeña al bienestar del planeta cuenta. No pares, no pierdas el fuego. Pero tampoco el norte.
A ver, que ya se me han quejado varias. ¡Estoy harta de que penséis que soy virgófoba! Una astróloga de prestigio como servidora jamás puede decantarse por unos signos u otros… al menos en público. Así que en realidad nunca sabréis si le tengo tirria a vuestras irritantes manías, a vuestras absurdas neuras o a vuestros síndromes de Wendy. A vuestra extraña manera de entender el “orden”, a lo ridículamente bien que soléis vestir provocando la envidia de cuantas os rodean. Nunca sabréis cuanta manía le tengo a esa exquisita manera de resolver los conflictos, de mantener la calma en situaciones de crisis, de echar una mano las primeras cuando a las demás ni siquiera se nos había pasado por la cabeza remangarnos y pringar. Jamás os diré que soléis ser una grata compañía y que nunca dejáis indiferente a nadie con vuestro inexplicable halo de misterio teniendo los pies tan en la tierra. Abril será (como no) un mes lleno de posibilidades, éxitos y retos que superaréis como quien se come una torrija (de esas que os salen tan bien, porque, sinceramente, mano en la cocina virgo tiene un rato).
Como le comento a las compañeras sagitario unas líneas más abajo, Venus, tu planeta regente, va a estar un poco especialito durante gran parte de este mes. Así que le vas a tener que tratar con cariño, llevarle una mantita, helado, y prestarle las mejores temporadas de Friends. Porque si no, va a ocurrir lo mismo que cuando no reenvías a 10 personas la carta de la mala suerte. Es decir, querido venusino, que si no te mimas durante abril, tu salud, tanto afectiva como física, como mental y como salud así en general, tanto de tus plantas como de tus mascotas, y de todo lo que te rodea, se verá resentida y se volverá todo gris y pocho. El legendario equilibrio de libra (que es un poco trola, por cierto) brillará por su ausencia y van a ser una semanas de pifostio vital, pero te lo vas a pasar bien porque a ti un pifostio te gusta, te lo pasas bien cambiando ruedas bajo la lluvia, limpiando la casa después de una macrofiesta y disculpándote por ese email en el que pusiste “Un salido” en lugar de “Un saludo”. Mucha mierda y a por abril, fiera.
Nada puede contigo. Fulminas a tus enemigos con la mirada. Eliminas a tus contrincantes con esa lengua afilada que suelta verdades como puños que nunca deberían, por otra parte, ser soltadas, porque la civilización requiere de cierta diplomacia para perpetuarse. Sin embargo ojo con la llegada de la primavera, que entre el olor a calor, las alergias y que te apetece muchísimo volver a fumar y no vas a hacerlo porque cuando tomas una decisión la tomas de verdad, la ansiedad está pudiendo contigo. Necesitas liberar endorfinas, darle marchuqui a los neurotransmisores. Pero pase lo que pase, no te rebajes a que otros seres humanos te vean sudado y repugnante. Gimnasio nunca. Mírate lo de pillarte una bici estática. Plegable. No te rebajes a que las visitas se encuentren un antiestético mamotreto que revela tu preocupación por el físico y la salud (también la mental) en medio del salón. Oculta tus vergüenzas, querida amiga.
Sin rodeos. Nadie se va a atrever a decírtelo, pero ya me encargo yo de hacértelo saber. Se acabó eso de ser una alfombra con valium. Se acabó el sofá con la silueta de tu cuerpo conservada con almidón. Eres mazo vaga. Pero mazo. Así que, haciendo uso de tu libre albedrío, aunque te empeñes en que la vagancia es una de tus “peores virtudes”, deberías aprovechar abril, un mes que se presenta movido para las nativas de este optimista (pero perezoso) signo. Lo quieres fácil y lo quieres ya. Sí, lo sé. Pues eso te digo. Si tienes un proyecto laboral, como poner una tienda en Etsy de bisutería fabricada con fundas de condón recicladas, o montar un sello discográfico independiente para editar a bandas de Folk-Punk, hazlo. Ahora es el momento. El sol en aries (otro signo de fuego a.k.a. buen rollo garantizado) está contigo. Los planetas están contigo. Menos Venus, creo, que últimamente está rarito y no hay quién le entienda.
Tu habitual tendencia hacia el pesimismo, los pensamientos oscuros, la melancolía, la niebla y demás parafernalia del que se sabe gótico de corazón aunque intente despistarnos a todas con camisas de flores y enormes y forzadísimas sonrisas, te hará creer que es el fin. El fin de la vida. Cuando todo lo que amas se marchita: la nieve, el frío, las noches que empiezan a las 6 de la tarde, la ausencia de bichos y alimañas variadas propias del invierno… Sin embargo, estoy aquí para recordarte que esta tristeza que te provoca ver correr a runners masculinos en topless por el parque (entre otras cosas) cuando si tú hicieras lo mismo te detendrían (or worse) solo dura seis meses. Si quieres empeñarte en ver el vaso medio vacío tú misma. Yo sólo te digo que quedan únicamente seis meses para el comienzo del buen tiempo. Aguanta ahí. Cada vez queda menos. 5 meses y 30 días. ¿Podemos? ¡Claro que podemos!
Pareces siempre resuelta y a tope, pero cual avestruz que esconde el cabolo en el suelo, este mes de abril intentarás por todos los medios huir de los problemas, confiando en que, como suele ocurrirte siempre por una especie de trato cósmico que has firmado con el karma, se solucionen solos tarde o temprano. Normalmente sueles delegar en tus cien millones de amistades cuando te encuentras con un obstáculo, y no suelen fallarte. ¿Cómo negar un favor al aguador, el amigo perfecto, el alma de todas las fiestas? Sin embargo en abril vas a encontrarte con el efecto donetes, pero al revés. Abrirás el paquete y todo el mundo huirá despavorido, como si hubieras pedido una pizza con piña o una tortilla de patata con cebolla. Este mes estarás sola ante el peligro, pero no pasará nada grave porque, gracias a Neptuno, tendrás la creatividad funcionando a pleno rendimiento, lo cual te ayudará, no a resolver esos problemas por ti misma (como deberías) sino a inventar intrincadas formas de volver a enmarronar a tus amigos para que te saquen de un agujero en el que te has metido sola. Acuario y sus tejemanejes interpersonales ganan (una vez más).
Ah, la primavera. Florecen las flores, solea el sol, la gente se pasea medio en pelotas por los parques, las terrazas están llenas, pero siempre encuentras una mesa para ti. Acabas de precintar la última bolsa de ropa de invierno envasada al vacío con el aspirador para que ocupe menos porque vives en 30 metros cuadrados. Pero qué más da. Uno de los rituales más hermosos con la llegada de la primavera es el cambio de armario. Y tú, pececilla, vivirás este acontecimiento con pasión. Y es que apenas recuerdas la ropa de entretiempo que ha estado hibernando en el maletero del armario empotrado. Cada vestido, blusa y camiseta que desempolves te parecerán nuevas. Y lo importante no es el ser, sino el parecer. ¿Adónde quiero llegar? A que estás pelada de pasta por lo que deberías autoimponerte una orden de alejamiento de 100 metros de cualquier cartel o señal en los que pueda leerse “Nueva Temporada”. Al fin y al cabo ¿qué más da? ¿Tantas ganas tienes de volver a los vaqueros de campana? Ya te digo yo que no. Que no, que no insistas. Mantente fiel a tus cortes habituales, ya sean pitillo, boot leg o rectos. Campanas no. Tarjeta de crédito bajo llave.
