Irlanda del Norte legaliza el aborto y el matrimonio homosexual

29 / 10 / 2019
POR David Alarcón

Analizamos los motivos que han posibilitado este avance legislativo y las causas que han retrasado la legalización del matrimonio gay y del aborto respecto al resto de territorios que integran el país británico.

Manifestantes frente al Parlamento de Irlanda del Norte. Fuente: @amnestyPL

El pasado martes 22 de octubre, Irlanda del Norte amanecía con una nueva legislación en dos de las cuestiones más controvertidas en el territorio durante los últimos años. Gracias a la influencia de los diputados laboristas del Parlamento del Reino Unido establecidos en la capital británica, el territorio norirlandés aprobaba la unión de personas del mismo sexo y despenalizaba la interrupción voluntaria del embarazo. Analizamos los motivos que han posibilitado este avance legislativo y las causas que han retrasado la legalización del matrimonio gay y del aborto respecto al resto de territorios que integran el país británico.

UNA LEGISLACIÓN AUTONÓMICA PROHIBITIVA 

La nación con capital en Belfast, una de las cuatro regiones que integran el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, contaba hasta entonces con una legislación muy restrictiva en esta materia. El aborto se contemplaba única y exclusivamente bajo una perspectiva penal, mientras el resto del país se rige desde hace más de cincuenta años por la Ley del Aborto de 1967; y el matrimonio homosexual, legalizado en Escocia, Inglaterra y Gales, no se recogía en las leyes hasta el día de hoy. El alto grado de autonomía entre los distintos territorios y su naturaleza como jurisdicción legal independiente, unida al conservadurismo de un importante sector de la sociedad norirlandesa, habían provocado una evidente disparidad en términos legales entre las distintas naciones británicas.

Fotografía: iStockphoto

UN VACÍO LEGAL APROVECHADO POR LONDRES

Este avance legislativo ha sido posible gracias a la situación de incertidumbre a la que se enfrenta Irlanda del Norte. La Asamblea Legislativa de Belfast lleva tres años y medio paralizada ante la falta de entendimiento entre unionistas y republicanos, lo que ha provocado que gran parte de la gestión norirlandesa recaiga en el Parlamento de Westminster. Fueron precisamente los diputados londinenses quienes aprobaron una enmienda en el mes de julio por la cual, en caso de no haber constituido un gobierno local estable antes del 21 de octubre, la capital de Reino Unido aprobaría las mismas leyes por las que se rigen el resto de territorios. La presión ejercida por el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo y la reivindicación de activistas y organizaciones como Amnistía o Room 4 Rebellion han conseguido sobreponerse a los esfuerzos de los conservadores Theresa May y Boris Johnson por evitar la controvertida cuestión.

Fuente: @amnestyNI

DIVISIÓN POLÍTICA INTERNA

Mientras miles de manifestantes se congregaban en las calles para celebrar el reconocimiento de sus derechos y libertades, Arlene Foster, líder del Partido Unionista Democrático (DUP), calificaba las medidas como ‘una ofensa para la dignidad humana’, y anunciaba que recurrirá la aprobación de la nueva ley del aborto. Al rechazo expreso del partido euroescéptico defensor del inminente Brexit, se unía la Asamblea de Obispos Católicos de Irlanda del Norte, quienes tildaban la sentencia como ‘una violación del sagrado derecho a la vida’.

Las parejas homosexuales podrán darse el ‘sí, quiero’ a partir del 14 de febrero, cuando la nueva legislación entre en vigor. Habrá que esperar un poco más para que el aborto sea declarado legal, concretamente hasta el 31 de marzo de 2020.

Fuente: @amnestyPL