‘Márgenes’, o cómo cerrar la brecha generacional a través de la moda y la actitud

29 / 04 / 2021
POR David Alarcón

Ionela y Adriana nos presentan este nuevo proyecto con el que buscan evidenciar las similitudes y diferencias entre los extremos del tiempo. Hablamos con ellas.

Hay proyectos que centran toda su atención en la estética y la imagen, y otros que agregan un componente adicional, especialmente valioso en una época en la que los estímulos visuales arremeten con más fuerza que nunca: el significado. A este segundo grupo pertenece “Márgenes”, una idea materializada en forma de editorial fotográfica emprendido por Ionela y Adriana. Dos mujeres pertenecientes a generaciones distintas, para quienes la edad no supone un obstáculo a la hora de compartir impresiones y sentimientos. De hecho, la franja estructurada en términos numéricos, lejos de separarlas, las acerca generando un vínculo profundo que resulta en conversaciones que beben de la filosofía, la sociedad y la ciencia.

“Se conocieron como dos mujeres con orígenes diferentes, familias diferentes, viviendo en países diferentes, pero teniendo una raíz común”, leemos en el manifiesto que acompaña a la iniciativa, en cuya traducción al lenguaje visual han participado el fotógrafo Jordi Terry, la estilista Carla Ruíz y el tándem formado por Marta García y Teresa Correa, al frente del maquillaje y la peluquería de las instantáneas que protagonizan estas dos mujeres, cuyo diálogo se debate entre las diferencias intergeneracionales, los puntos de encuentro y las reflexiones de marcado carácter existencialista. “Ambas se toparon y aunaron pensamientos a la distancia de 33 años de tiempo que las separan”, explica el texto introductorio que acompaña a la propuesta visual.

Desde la aceptación de uno mismo hasta la trascendencia de la moda en las personas, especialmente en las mujeres. “Márgenes” evidencia que el diseño no conoce de edades, sino de actitudes. Y es precisamente por este motivo por el que, tanto Ionela como Adriana, visten prendas muy similares en las imágenes que acompañan la entrevista que presentamos a continuación. “El objetivo es evidenciar las similitudes y diferencias entre los extremos del tiempo”, recalcan.

Hablamos con sus dos protagonistas para conocer cómo y cuándo surge este proyecto, qué conclusiones han sacado en claro y cuáles son sus planes a medio y largo plazo.

Adriana, Ionela, imagino que ahora os conocéis perfectamente, después de haber conversado largo y tendido y tras haber desarrollado “Márgenes”. Pero, ¿qué impresión tuvisteis la una de la una cuando os conocisteis? ¿Cuándo y de qué forma se produjo este primer encuentro?

Adriana: Partiendo de la base de que nadie se conoce perfectamente y tampoco es necesario esto, ya que no sería constructivo pensar así, el encuentro tuvo lugar en julio de 2020, en una reunión de conocidos. Hubo un flechazo a partir de un diálogo fluido, encontrando de una manera sorprendente ideas comunes. Conocía desde hace años a su padre, quien nos visitaba cada vez que veníamos a Alicante. La primera impresión que tuve de Ionela fue que era una persona extremadamente madura y profunda, pese a su corta edad. Parecía que me reencontraba a mí misma en mi juventud, dialogando con mis compañeras de instituto o facultad. Debatiendo ideas y construyendo planes de futuro. Era como si hubiese regresado en el tiempo, proyectándome a mí misma ahí, pero de una forma desatada, sin juzgar, sin interpretaciones.

Ionela: Desde hace años no juzgo a la gente antes de conocerla. Es mejor no esperar nada de nadie, así todo serán sorpresas y las decepciones carecerán de amargura. Cuando conocí a Adriana y empezamos a hablar, sentí una conexión con ella, tal y como ha comentado. Era ese tipo de personas con las que te encuentras e inicias conversaciones profundas. Echaba de menos algo así. Son momentos fugaces en los que compartes todo lo que tienes en tu cabeza y te entienden. Son personas que no juzgan. Y ella lucha por sus ideales en sus acciones diarias.

Dos mujeres de orígenes diferentes, familias diferentes, viviendo en países diferentes”, comentáis en el manifiesto que acompaña vuestra propuesta, antes de desembocar en la que consideráis vuestra raíz común. ¿Qué nos podéis contra acerca de este punto de encuentro generacional?

Adriana: El encuentro generacional lo hemos vivido en función de unas “baselines” que sirvieron como fundamento sobre el que desarrollamos nuestra conversación. Cabe destacar la diferencia territorial, ya que Ionela vive en España y yo en Bélgica. Nos sorprendió enormemente ver que los problemas sociales entre ambos países son mucho más similares de lo que esperábamos: inmigración, integración de los migrantes en la sociedad, la educación y el papel de la mujer en la sociedad, etc. Además, tenemos un background lingüístico diferente, y el rumano ha servido como puente entre nosotras. Ionela habla con su familia en español, habiendo nacido y crecido en España. Pero debido a sus orígenes, ha conservado el rumano como idioma. Sin embargo, mi idioma materno es el rumano, y tan solo lo utilizo para hablar con mi madre y con mis amigos de allí. Fue entonces cuando me pareció que debíamos desarrollar el diálogo en rumano, salpicado de expresiones españolas e inglesas.

Nuestro ritmo de vida es muy diferente. En España se come cuando en los demás países se preparan para acabar la jornada laboral, se cena cuando los demás están en la cama… En el terreno laboral, también advertimos importantes diferencias. Mientras yo estaba cansada de una intensa aunque satisfactoria vida laboral, y ya había vivido experiencias internacionales, Ionela estaba en los inicios de su vida laboral, llena de entusiasmo, con el deseo de viajar y conocer mundo. Y por último, cabe destacar la brecha en el dominio de lo audiovisual y la tecnología. Ionela me ha enseñado mucho en este ámbito.

Otro de los aspectos en los que no coincidíais, atribuible a la franja de edad que os separa, tiene que ver con la concepción del tiempo. ¿Cómo entendéis cada una de vosotras este concepto y en qué notasteis las diferencias?

Adriana: Realmente, cuando comencé a hablar con Ionela, yo no constaté una diferencia de edad. Nuestras discusiones se polarizaban por temas, los cuales no tenían nada que ver con nuestra vida personal, entrábamos en una especie de idioma filosófico, creativo. Durante nuestra conversación, llegué a la conclusión de que el tiempo se estructura en tres planos diferentes paralelos. El tiempo existe en segmentos, regresa y deja de existir. Pero hay que añadir un cuarto componente, y es que el tiempo crea en nuestro mundo el concepto de hechos. Sólo la física cuántica y la astronomía pueden imaginar el moverse a través del tiempo, porque de hecho ellas sí que reconocen su existencia.  Nosotros, como criaturas humanas, no percibimos esto pese a que exista.

Ionela: Yo lo veo de forma más pesimista, siento que huye y se nos escapa entre los dedos, con incertidumbre. Adriana, al contrario que yo, tiene muy presente que dos meses son algo fugaz, siente mejor las medidas del tiempo.

Sin embargo, hubo dos cuestiones en las que parecíais estar completamente de acuerdo. Ambas profesáis amor hacia la moda y estáis satisfechas con vuestra condición de mujeres. ¿Cómo habéis aprovechado estos puntos en común en “Márgenes”?

En nuestro diálogo hemos hablado mucho sobre las tendencias en la moda, cómo nos vestimos, qué nos gusta, etc. Hemos discutido e intercalado en nuestra discusión los aspectos sociales de la condición de la mujer, cómo este hecho se ha reflejado en las tendencias actuales, cuáles son las expectativas y cómo podemos posicionarnos para lograr que las mujeres tengan más confianza en sí mismas, etc. El tiempo influencia también cómo se visten las personas a lo largo de las etapas de su vida. Teóricamente, deberíamos vestirnos con aquello que nos gusta, pero esto no se cumple en la vida real de las mujeres, las cuales se sienten obligadas a vestirse a medida que envejecen, mientras las más jóvenes se ven influenciadas por las tendencias. Con la moda podemos hacer saltos en el tiempo, e incluso podemos jugar con ella y crear ilusiones de rejuvenecimiento, de reinvención o de envejecimiento precoz.

Creemos que cada mujer debe sentirse libre para soñar, tener grandes aspiraciones, valorarse y elegir lo que quiere hacer en su vida. El único límite debería estar en la intensidad de su propio esfuerzo. También pensamos que toda mujer puede ser un ejemplo, un “role model”, para ella misma y para las demás. La mayoría de las mujeres, independientemente de su entorno o su edad, sufren en un momento dado de sus vidas una pérdida de confianza en sí mismas. Y esta pérdida de autoestima es una semilla que nos paraliza cuando aún somos unas niñas, la cual afecta infinitamente más a las mujeres que a los hombres. No solo en España, sino en todo el mundo.

¿Cómo definiríais el proyecto que ahora desveláis en una única frase?

Adriana: El concepto de “Márgenes” es una búsqueda continua de similitudes y diferencias entre seres humanos y diferentes puntos de referencia, vistos a través de tres dimensiones: el tiempo, el espacio, y la naturaleza humana.

Ionela: Simplemente añadir que “Márgenes” consiste en mostrar que las diferencias que nos separan son sutiles, detalles nimios que no deberían discriminarnos ni etiquetarnos en la sociedad por cuestiones de edad, origen, forma del cuerpo, etc.

El miedo al mañana, el reconocimiento de uno mismo y los cambios personales son algunas de las cuestiones que abordáis. “Lo interesante de la moda es que nos transforma en viajeros del tiempo porque el diseño no conoce de edades, sino de actitudes”, explicáis. ¿Cómo surge vuestro interés por la moda, y de qué forma os servís de ella para expresaros y conoceros a vosotras mismas?

Ionela: Adriana ha sido una adolescente y una mujer elegante, y esta elegancia venía de un contexto comunista y un régimen cerrado y estereotipado en el que creció. Las mujeres jóvenes debían competir en elegancia con las mujeres maduras y adineradas. La conclusión es que las mujeres jóvenes eran influenciadas por sus madres y sus familiares, viéndose ataviadas en ropa arcaica que evidentemente no favorecía su cuerpo y las envejecía demasiado. Cuando creamos el proyecto “Márgenes”, pensamos en llevar la misma ropa: prendas vaporosas, provocativas sin llegar a ser vulgares, emanando color, forma y jovialidad.

Adriana: Hemos optado por lo que nos ha parecido más natural, moda “de jóvenes” para aparentar un aire fresco, sin esconder las arrugas y optando por un maquillaje natural que no esconda ni falsee la realidad. “Márgenes” quiere ser una idea atractiva para cualquier edad. Debemos dejar a un lado los prejuicios.

Tal y como comentáis en “Márgenes”, el miedo parece ser intrínseco al ser humano. Hacia los demás y hacia nosotros mismos. ¿Cuál creéis que el temor más preocupante y de qué forma podemos combatirlo?

Adriana: Las mujeres, en un momento dado, abandonan lo que realmente les gusta porque no están satisfechas con su apariencia. Y nosotras queremos corregir esto. Es entonces cuando nos preguntamos qué significa ser mujer en 2020, por qué todo el mundo quiere ser joven, y un sinfín de interrogantes.

Ionela: ¿Por qué el ser humano siente una inquietud inexplicable en la oscuridad? Porque no sabemos que hay ahí. Eso nos aterra, el no ser, el dejar de existir, el fin. Queremos hacer tanto en tan poco tempo que cuando todo acaba, sentimos que ni hemos empezado. Pero es todo cuestión de perspectiva. Un niño de 10 años cree que ha experimentado muchas cosas, pero a los 20 se despierta con la sensación de no haber hecho nada. Una persona de 30 años está empezando a vivir la vida y así sucesivamente. Algunos miedos son inherentes al ser humano por su sentido de supervivencia.

¿Y cómo disteis forma al proyecto, en medio de una crisis sanitaria mundial? Imagino que tuvisteis que superar varios obstáculos.

Adriana: El proyecto se creó a través de teléfono, Whatsapp y e-mail entre agosto y octubre, nada más dejar España y volver a Bélgica. Cuando Ionela y yo acordamos casi todos los detalles, ella inició la búsqueda de fotógrafo, estilista, equipo de maquillaje, etc.

Ionela: Adriana se preocupó de la logística, es decir, la preparación del lugar de grabación, la renovación del jardín de su casa, proponiendo ubicaciones dado que conocía el lugar. Preservamos en todo momento las medidas sanitarias, incluyendo pruebas de antígenos a todos los presentes. Otro reto fue hacer llegar a Adriana a España.

Como curiosidad, la creación del proyecto ha tenido lugar en el período más importante de nuestro siglo, mientras un fenómeno astronómico que ocurre cada 200 años sucedía: Júpiter y Saturno se encontraron. Dicho fenómeno se denomina La Gran Conjunción o El Gran Encuentro. Suele decirse que cuando se encuentran estos planetas, cambiamos de época y pasamos a la época Aquarius, definida por la comunicación, lo visual y la información.

¿Qué conclusiones sacáis después de haber materializado vuestras conversaciones, similitudes y diferencias en este proyecto?

Adriana: Vamos a realizar otras secuencias de proyectos similares en otros lugares y países. Pero otra idea se cruzó en nuestra mente, consistente en crear una asociación destinada a facilitar a las mujeres el acceso a su propia realidad a través del diseño, la moda y otros medios que se desarrollarán al largo del desarrollo de nuestras acciones. La asociación se llamará Bergamota, y buscaremos medios artísticos para aumentar la autoestima y la ambición, visibilizaremos el amplio abanico de profesiones que existen, utilizaremos el paso del tiempo como herramienta terapéutica y el reloj siempre será nuestro símbolo. Lo único que podemos adelantar es que nuestro proyecto continuará en Bélgica, donde incluiremos mucho diseño español.

Créditos:

Fotografía: Jordi Terry

Cast: Ionela Bona & Adriana Godeanu Metz

Estilismo: Carla Ruíz

MUAH: Marta García Pardo & Teresa Correa Ginestar de @Letsmakeupschool