Mi experiencia en la TokyoMBFW: Extraña entre extraños

29 / 10 / 2015
POR Julia Coma

7 Saliendo del desfile de Divka

Contagiada por la idea de vivir rodeada de un mundo desconocido a veces me siento como Alicia. Advierto que aquello que escriba ahora no tiene nada que ver con “mi querido diario, i’m a trendy girl”. Después de una intensa semana llena de contrastes, reconozco que el resumen de algún modo resulta acido de relatar.

Tokyo es surrealista de percibir y vivir pero la TokyoMBFW ha sido la guinda para darme cuenta de que este país de las maravillas no tiene sentido para mis lógicas pero es divertido a más no poder. No he encontrado mucho freak, ni mucho glamour, ni mucho lujo, ni obviamente, tampoco una organización que hablara un inglés decente, así que la aventura estuvo ahí desde el primer día.

Todo empezó en mi correo electrónico, un bucle de ‘copy-paste ‘ para pedir mis ‘press-invitation’ a todas las firmas que intuía interesantes. Algunos de ellos tuvieron feedback muy rápido, así que me puse las pilas y organice mi tiempo.

Cada día fue la repetición de un patrón ritual:

Vestirme.  Un acto que hice pensando algo más en aquello que me ponía encima del cuerpo, pero sin morir de la histeria. Pues aunque respire pasión por las formas y el vestir siempre he preferido dedicar más tiempo a pensar en otras cosas que a morir en el intento de parecer alguien que no soy.

Estudiar japonés, que implica coger un metro abarrotado de gente en silencio, aguantar 4 paradas de la ‘Yamanote line’ y sumergirme en el barrio coreano para asistir a mi apasionante y dulce tortura de las mañanas.

Comer algo de camino al metro, escogiendo una entre todas las delicias de las neveras y expositores de las convinience stores, pasando por onigiris, sushi, mochis hasta el helado de calabaza o marron glacé.

2 interior Hikarie - Shibuya

Ir al centro comercial Hikarie en Shibuya, donde ocurrían la mayoría de los desfiles. Y una vez allí percibir sin parar y observar cada persona, personaje y acción.

3 Waiting

Hacer cola para entrar en algún desfile. Imprescindible señalar este momento, pues he pasado varias docenas de minutos dándole a la pantallita para distraerme.

6 Desfile Facetasm

Sentarme al lado de gente de pocas palabras y mirada impasible. Mirar a esa gente y a otra gente de alrededor. Y ver como descienden las luces…

8 Esperando ascensor

Ver el fashion show y dejar flotar la percepción entre formas, personas y miradas. Pensando, relacionando y observando a la vez las piezas y el movimiento de las muñecas lánguidas, un patrón de modelo muy infantilizado que me fascina.

5 Desfile Atsushi Nakashima

Y finalmente salir, andar entre barullo silencioso, hacer cola para el ascensor, enlatarme como una sardina en él, cruzar Shibuya entre la masa e irme hacia mi casa, en Daikanyama.

Pues bien, así pasaron siete intensos y extraños días en mi país de las maravillas, siete días que dejaran una marca anecdótica en mi recorrido creativo, un shot de energía para seguir explorando a mi alrededor.

A todo ello,quiero atreverme a destacar brevemente cuales fueron las propuestas que encontré más interesantes dentro de lo que vi. Realmente y siendo honesta no se si mi mirada es suficientemente experta, pero una tiene que mojarse.

Facetasm

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et voilà, arigato goizaimasu.