Olga Picasso: La bailarina que conquistó al pintor malagueño

01 / 07 / 2019
POR Daniela Calderón

Los lienzos pintados a lo largo de su matrimonio y los documentos personales recientemente hallados nos permiten ahora descubrir una turbulenta relación que inspiró a Picasso más allá de la muerte de su esposa.

Pablo Picasso y Olga vía Russian Beyond

Hasta el 22 de septiembre, el CaixaForum de Madrid presenta su exposición ‘Olga Picasso’, compuesta por un amplio catálogo de archivos personales de Olga, descubiertos recientemente por el nieto de ambos, Bernard Ruiz-Picasso. A su vez, se muestran las obras que el pintor produjo durante este periodo de su vida.

La exhibición busca contextualizar las pinturas de Picasso con el estado de su relación y cómo él retrata a Olga en función de la etapa en la que se encontrara su romance.

Retrato de Olga, 1918

Olga nació en 1891 en Ucrania, donde siendo aún muy joven se convirtió en bailarina de ballet y se unió al Ballet RussersEsta compañía estaba preparando en 1917 su nuevo expectáculo, ‘Parade’, dirigido en colaboración por Sergei Diaghilev y Jean Cocteau. Por su puesto, la participación de Cocteau terminó por implicar a su gran amigo, Pablo Picasso, que estuvo al mando del diseño del set y el vestuario de la función.

Aquí, entre bambalinas surgió el amor entre la pareja de artistas. A partir de este momento, Olga se convirtió en la modelo por excelencia del periodo más clásico del pintor. Ella, por su parte, abandonó su vida profesional para vivir este romance en Barcelona, hasta que obtuvo la visa francesa y ambos se trasladaron a París.

Olga Khokhlova, vía Museu Picasso

En sus retratos, Olga parece a menudo, triste, pensativa y solitaria, lo cual se explica a través de la correspondencia que continúa manteniendo con su familia que sigue viviendo en una Rusia turbulenta y a punto de estallar.

En 1921 nace el primer hijo de la pareja, Paul, y las representaciones que Pablo hace de su mujer se dulcifican para convertirla en una figura maternal, dulce y cálida que recobra la alegría ausente en los primeros retratos.

Tras esta almibarada etapa, Picasso se enamora de una joven mujer, Marie-Thérèse Walters, que se convierte en su amante mientras su matrimonio con Olga continúa. Así, mientras Pablo se recrea en la juventud de su nuevo amor, las pinturas que hace convierten a su esposa en un personaje iracundo y violento, que parece reflejar el estado de la relación entre ambos.

El nacimiento en 1935 de Maya, la hija del pintor y Marie-Thérèse, precipitó la separación del matrimonio, aunque siguieron legalmente casados hasta el fallecimiento de Olga en 1955. A lo largo de estos años, la ucraniana no pudo recomponer su corazón roto y siguió enviándole a Pablo una desgarradora correspondencia donde le echaba en cara todo lo que no hizo por salvar su historia de amor.