Ramiro E «One More Time»

10 / 12 / 2014
POR #VEINDIGITAL

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Yo, que soy de otra generación, conocí a Ramiro E. haciendo fotos de streetstyle, cuando aún no existía la palabra streetstyle. Aunque su auténtica pasión son los retratos,  unos retratos casi tan especiales como él mismo. Si su técnica es buena, el casting de anónimos es siempre impresionante. El resultado, bellezas distraídas, caras inexpresivas, chicas languidas, sangre diferente.

«One More Time» es una exposición Pop Up, que recupera fotografías que realizó entre 1997 y 2004, cuando comenzó a desarrollar su estilo, a encontrar sus temáticas y las expone como simple testimonio generacional de una época para que unos las descubran y otros la recuerden.

Un concierto de Les Rythmes Digitales, Daft Punk pinchando en Madrid sin máscaras en el año 1997, sus primeras fotos con los diseñadores de La Casita de Wendy, su primera chica «Ramiro E», todas estarán mañana en Pelonio (Calle Lope de Vega 47, Madrid).

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El periodista Daniel García, editor de moda de Icon El País ha escrito este texto que acompañará la exposición:

Recuerdo la primera vez que Ramiro nos llevó a tres amigos a su «grieta favorita», en una pared del barrio de Metropolitano, para hacernos un retrato (él siempre ha defendido el amateurismo, pero con tics de artista de la vieja escuela). Corría el año 2000 y aquello era un acontecimiento, como si Alberto García-Alix te hubiera pedido que posaras para él en 1985. Nos dábamos cuenta del privilegio, pero también teníamos la vaga sensación de estar registrando un punto de no retorno. Porque hay un Antes de Ramiro y un Después de Ramiro. Después ya nunca volverías a mirar a una cámara con tanta seguridad, ni a vestir así, ni a llevar el pelo de esa manera.

Tu ‘ramiro e’ no era un retrato que enseñarías a tus padres, sino el que inmortalizaba tu lado más freak, ese que tú mismo te esforzabas por destacar. Ese del que, con el tiempo, no sabías si te acabarías arrepintiendo, sobre todo una vez inmortalizado en dos dimensiones. Hoy todos hemos cambiado mucho, menos Ramiro. Ya no lleva mullet, camiseta negra con las mangas cortadas y una banda de tenista en la frente, pero da igual. Quince años después, ha secuestrado la juventud para sí mismo y para las chicas inocentes y los chicos encantados de conocerse que sigue retratando. Los de esta exposición son sus orgullosos antepasados: representantes de lo que significaba ser muy joven y vocacionalmente rarito (o eso queríamos pensar) en el cambio de siglo.Pero Ramiro no se conformaba con fotografiar a sus amigos y conocidos (conocidas, sobre todo) en el Nasti, en el Nitsa, en el Festival de Benicàssim o donde tocara. Lo que más le gustaba era escaparse a la sala Macumba, en la estación de Chamartín, en busca de grupitos de bakaladeras que saciaran su gusto por lo límite. Claro que todos lo éramos un poco: en el Nasti o en el Nitsa, nuestra estética consistía en vestir como niños, pero beber como expresidiarios.

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Fotografías Ramiro E. «One more Time» 1997-2004