Un vestido y un amor

05 / 10 / 2016
POR Caro Urresti

Del encuentro creativo entre la diseñadora Celia B y la ilustradora María Luque surgió «Latin Lover», una colección cargada de folk, naíf y estética patchwork.

 
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Fue durante el pasado verano porteño cuando Celia Bernardo, española radicada en Thailandia, y María Luque, rosarina que habita en la ciudad de Buenos Aires, se conocieron. El cruce de la explosión de color, sofisticación y femeneidad de la marca Celia B con la minuciosidad y fantasía de los micromundos (en los que uno quisiera vivir) de la ilustradora María Luque, se produjo gracias Martín Ramón. Dueño de Moebius, galería y librería dedicada a las ilustraciones y a los cómics, fue él quien le enseñó a Celia el trabajo de María. Ese momento lo describe Celia como “ amor a primera vista” y no dudó en proponerle hacer una colección en colaboración.
 
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Los dibujos fueron pensados, bocetados e ilustrados especialmente para que luego estuviesen sobre el cuerpo de mujeres. “Algunos retoman partes de otros dibujos míos, o aparecen imágenes recurrentes que suelo usar. Fue muy divertido hacerlos pensando que eso después iba a convertirse en una prenda, cambia un poco al momento de ponerse a dibujar” enuncia María.Para Celia, “La idea era aprovechar su estética con multitud de elementos, miniaturas y colores. A mí me apetecía un patchwork y un paisaje y María lo interpretó de maravilla. Del patchwork se sacaron más elementos para otros prints. Todas las estampas son exclusivas de esta colección. A mí me encantó trabajar con los dibujos de María, son muy especiales. Además tienen un punto étnico, naíf, divertido e irreverente que encaja muy bien con mis diseños.” Como puede verse, las dos afirman la alegría de haber trabajado con la otra, y de cómo las ideas de las dos pasaron a formar parte de un nuevo todo.
 
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Esta colección se llama “Latin Lover“ y las señas particulares de Celia B. están plasmadas en las prendas. Volúmenes femeninos, inspiración retro con un toque folk, incorporación de encajes, perlas, vivos metálicos, con la variante de la paleta de colores que fue la propuesta por los dibujos. Lo cierto es que Celia tiene un vínculo muy especial con Buenos Aires, de la misma manera que María lo tiene con los bares porteños. Son emociones que se intentan transmitir, se ponen en palabra, no logran racionalizarse y de esa manera mantienen intacta la magia.“Estoy enamorada de Buenos Aires! Es una ciudad con mucho encanto. La mezcla entre Europa y América Latina que hay, el aire retro que se respira, la actividad cultural, la agitada actividad artística. Es un sitio donde me gusta venir a menudo a inspirarme y adoro a la gente, simpatiquísima, cálida e interesante” nos cuenta Celia. Mientras María reafirma su hábito porteño : “Me encanta trabajar en bares, escuchar las conversaciones de las mesas vecinas, mirar la gente que pasa por la calle, manchar los dibujos con migas de medialuna. Me ayuda a que el dibujo salga más relajado, a no estar tan pendiente de cada decisión. Los bares de Buenos Aires son mi hábitat preferido, me encanta ir siempre al mismo bar, saludar a todos los señores que juegan ajedrez, conversar con el mozo. Muchas de esas conversaciones o las cosas que veo desde la ventana se van incorporando a los dibujos.”
 
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Hay dando vueltas por valijas y roperos nuevas prendas que nacieron de las ganas de dos mujeres. Tanto Celia como María no dudaron en compartir, en crear y hacer dialogando con la otra. Los hermosos mundos de fantasía de María se escaparon de hojas, cuadernos para envolver y vestir cuerpos , y así acompañar el andar cotidiano de muchas mujeres. Micromundos de seda y algodón que devuelven sonrisas, sueños y amor.
 
 
*un vestido y un amor, canción de Fito Páez, cantante y compositor rosarino.
 
 
Fotos y texto: Caro Urresti
 
 
Celia B
María Luque