La marca reivindica la manufactura artesanal y presenta en Madrid su apuesta por el modelo distintivo de lona, que viene ahora con aires retro.
Con ese ambiente industrial del espacio Impact Hub, que recuerda a los talleres donde la firma elabora su calzado, Victoria presentaba su nuevo concepto de zapatilla, bajo el abrazo de más de 200 asistentes. En esta ocasión, su apuesta se cimienta directamente sobre la elaboración artesanal, y siguen creyendo firmemente en su modelo de lona tradicional, al que dan un toque vintage con los colores crudos y el detalle de cuero del talón.
La mítica Victoria conocida por todos nace en 1950, al incorporarse la técnica del vulcanizado a la producción. Hasta el evento se trasladó una máquina de este tipo para mostrar el proceso mediante el cual, combinando presión, calor y temperatura, el caucho se funde con el algodón, obteniendo así un material más resistente.
La nueva horma, confeccionada entre innovación y maquinaria tradicional, es un diseño contemporáneo que nace con el fin de aportar comodidad. El resultado es, por tanto, una plantilla interior de máximo confort que se combina con lonas de algodón 100% orgánico, más gruesa y rústica de lo habitual, con cordones y forro del mismo material.
Allá por 1915, en un pequeño pueblo de la Rioja, Gregorio tuvo la brillante idea de crear una zapatilla a la que bautizaría con el nombre de su primer amor: Victoria. Desde entonces estas deportivas se han convertido en sinónimo de nuestros veranos de infancia, encarnando valores tan necesarios como la tradición. Elena Gallén ha sido la encargada de plasmar todo ese atractivo mediante su serie fotográfica still life: una obra vanguardista que reivindica la fabricación de productos clásicos adaptados a las tendencias del momento, definiendo a la perfección lo que la marca pretende transmitir.
Fotografía: Elena Gallén
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www.calzadosvictoria.com
