Tibidado Lovers

El proyecto textil A-CAPS de Alejandra de Miguel, presenta sus nuevos diseños con este editorial de Berta Pfirsich

Laura es un año mayor que Jordi. Lo conoció estando los dos esperando para una tutoría y de hablar mucho con él pensó que estaría bien poder acompañarlo a casa caminando por las calles de Barcelona.

Jordi tiene problemas en clase porque no se concentra, está obsesionado con las formas de los objetos y mira las cosas todo el rato. Laura está estudiando para veterinaria porque quiere cuidar a los búhos de los bosques del pueblo de su padre. Jordi tiene puesta junto a la cama de su cuarto una reproducción de la rosa de La Bella y la Bestia que se la regaló su abuela porque siempre que veían la película lo que más le preocupaba a él de niño era que la rosa no perdiera sus pétalos y el amor siguiera siendo posible y esta rosa que le regaló su abuela es perfecta porque es de plástico y como nunca estará viva nunca podrá morirse. Laura querría haber tenido una hermana pequeña en vez de un hermano.

Un día se darán un beso en la entrada del Tibidabo y la boca de Jordi le sabrá a Laura a Cheetos y la boca de Laura le sabrá a Jordi a protector labial Carmex.

El color preferido de Jordi es el verde oscuro. Laura se duerme todas las noches imaginando que viaja a una playa de una isla mazo lejos y se va metiendo en un mar turquesa poco a poco hasta que el agua le cubre del todo y aguanta el aire sumergida mientras peces con los ojos grandes bailan a su alrededor.

Laura escribirá una carta para Jordi pero no se la dará nunca y un día la leerá un novio de Laura dentro de quince años y la romperá sin decirle nada y Laura se pensará que se le ha perdido en la mudanza.

Laura se siente incapaz de comprender a las personas, la gente para ella es igual que seres sin forma que viven en otras galaxias, no puede entender nada de lo que dicen o hacen. Jordi descubrió el cadáver de su abuelo en el baño y tuvo que avisar a su padre, tenía siete años y ahora cuando piensa en ello le parece que son imágenes de una peli que vio de pequeño. Laura tiene un periquito gordo que se llama Boliches. Jordi se quita los zapatos al entrar en casa y los deja alineados en la entrada. En un campamento hace tres años Laura hizo con un rotulador Edding 3000 una pintada debajo de su cama que decía Eres La Puta Ama Lo Sabes?

Cuando Laura y Jordi sean viejos y se acuerden de hace setenta años no recordarán los nombres, ni los lugares, ni las frases que se dijeron, sus recuerdos serán los olores y los sabores y las ganas de volver a caminar juntos por las calles de Barcelona.