En España se generan 900.000 toneladas de residuos textiles al año, y a nivel global, más de 120 millones, con solo un 8 % reciclado. En 2025 la moda debe buscar un futuro más consciente con leyes innovadoras, materiales revolucionarios y un equilibrio entre diseño y ética.
‘Joan And The Sea‘ fotografías de Cayetano González
En un mundo donde la sostenibilidad se convierte en un llamado urgente para marcas y consumidores la industria textil se posiciona como un pilar clave en este 2024. Y es que, la moda no es solo gusto o clase, también es revolución y por eso, cada día miles de firmas procuran acercarse más a la combinación perfecta entre diseño, ética y respeto. Este año nos ha dejado nuevos retos para implementar de cara al futuro, enfocados en reducir el impacto medioambiental, fomentar la circularidad o fortalecer espacios sostenibles. Sin embargo, el gran hallazgo han sido los avances tecnológicos, las nuevas legislaciones y los diferentes modelos de negocio, fomentando la transformación hacia un futuro más respetuoso.
Espacios sostenibles
«El diseño disruptivo no solo desafía la estética, sino también la ética»
‘Destello de la Candidez‘ fotografía de Kevin Roman
Parece que por mucho que la moda quiera avanzar y que la necesidad de cambio sea un hecho, las firmas y los empresarios no logran encontrar la fórmula de crear espacios conscientes y respetuosos. Por ejemplo, Global Fashion Agenda (GFA) creó una iniciativa de impacto, a través del Foro Mundial de Moda Circular (GCFF) con la finalidad de estimular la acción global y local en los países fabricantes, acelerando y escalando el reciclaje de deshechos textiles posindustriales a largo plazo. Este hallazgo se traduce en logro gracias a los avances en cuatro de los países claves en la producción textil como son, Bangladesh, Indonesia, Camboya y Vietnam. Creando así una hoja de ruta para la moda circular, con fecha a 2035. Quizá, por eso, son cada día más las marcas que intentan adaptarse a las nuevas necesidades optimizando materiales. Y es que, tal y como cita, Thomas Tochtermann, presidente de Global Fashion Agenda y organizador del congreso, Global Fashion Summit. «El presente de la industria textil está fragmentada, lo que impide avanzar y encontrar soluciones«. Una afirmación que respalda el largo camino hacia una evolución textil, además de la necesidad de adquirir compromisos por parte de las organizaciones, siendo mucho más responsables. Sin embargo, el empresario, Paul Polman, se mostraba más optimista y describía algunas posibles mejoras dentro del sector. «Es necesario el compromiso de todas las marcas«, afirmaba. Para más tarde añadir, «Hay que liderar con transparencia, no con objetivos creados por departamentos legales, o de relaciones públicas o de comunicación«. Pero, ¿realmente se puede liderar con transparencia dejando a un lado los objetivos de estos departamentos? Probablemente sea posible, pero para llevar a cabo estas acciones es necesario que el enfoque de la comunicación sea honesto y comience desde dentro. Logrando así un diálogo entre los profesionales con su público y consumidores. En cambio, «No podemos esperar mientras las marcas se lo piensan, necesitamos acuerdos de compra y compromisos a largo plazo«, sentenciaba Peter Majeranowski, cofundador de Circ. Una reflexión que acompaña a la realidad actual y es que, a pesar de todos los avances en el sector, las legislaciones entre diferentes países dificultan los acuerdos y su evolución.
Datos e iniciativas
«No hay una manera sostenible o ética de producir mercancía barata»
‘Joan And The Sea‘ fotografías de Cayetano González
Si bien no vamos a descubrir algo nuevo en cuanto al impacto de la industria en el planeta, hay afirmaciones que lanzan desde plataformas eco, que nos dejan con la boca abierta. «Desde el año 2020 las compras impulsivas han aumentado hasta un 72%», «Entre los años 2016 y 2021 consumimos a nivel mundial más del 75% que durante el Siglo XX» o «Desde 1970 nuestra población global se ha multiplicado, pero nuestra extracción global de recursos se ha tripicado». En este caso, hablar de iniciativas nos lleva a Ecodesign Requirements for Sustainable Porducts Initiative (ESPR), que desarrolló un reglamento de ecodiseño para productos sostenibles y que tan solo el 52% de las organizaciones están familiarizadas con este tratado. Un dato realmente impactante, ya que, construir una industria más sana y comprometida, nace a partir de este tipo de reglas y su adaptación. Y si tan solo tienen conocimiento de este reglamento un 52% de las identidades, conocen aún menos, el pasaporte digital de producto, (DPP), parte del proyecto de ESPR y destinado al almacenamiento de información para mejorar la transparencia y sostenibilidad. Lo que realmente nos hace preguntarnos, ¿Realmente es tan complicado adaptar estas nuevas praxis a las empresas?. Probablemente no, sin embargo, las organizaciones deben estar asesoradas y mantenerse al corriente de las nuevas normativas que entran en vigor, así como, adaptarlas y confiar en el liderazgo de transparencia. Por ejemplo, la Agenda Global de Moda (GFA), en la cumbre mundial de la moda de Copenhague, lanzó una edición especial de la Agenda de los directores ejecutivos de la moda, con el fin de trasladar un recurso estratégico, orientado a las organizaciones de moda hacia el logro de una industria positiva para 2050. A través de cinco oportunidades de cambio fundamentales. Más tarde, en septiembre, GFA publicó un informe inverso en los modelos de moda circular, centrándose en cómo pueden aprovechar la logística inversa para cultivar un sistema de moda circular eficaz y holístico.
Compromisos
«Las redes sociales alimentan un ciclo interminable de fomo «
‘A Coral Story‘ fotografía de Alfonso Leach
Entonces, si tan solo el 52% de las identidades conocen el reglamento de ESPR, ¿Cómo se deben comenzar a adoptan los compromisos? Lo más lógico sería integrar este código en todas sus praxis, permitiéndoles poder avanzar y añadir propuestas eco e innovadoras. Y es que, si las empresas ganan más dinero cuantos más productos venden y las nuevas tendencias nos obligan a seguir comprando, ¿Quién debe responsabilizarse? Como consumidores no nos llegamos a plantear si realmente necesitamos esos productos. Por eso, hay quien afirma que de alguna forma, la novedad es todo lo contrario a la sostenibilidad. Lo que resulta una crítica para las empresas, pero también para los consumidores que necesitamos formar nuestro ideal. Hay quienes echan la culpa a las redes sociales. En la era en la que nos encontramos estamos expuestos a las compras hasta de desconocidos. Parece un acto meramente ilícito y sin maldad, pero la realidad es que convierten en adicción las novedades. También hay quienes hablan de la edad y ese complejo a que pase el tiempo, discriminando esos productos usados y convirtiéndolos en elementos viejos e indeseables. Pero mientras nosotros especulamos sobre los posibles compromisos de la industria, la Agenda global de la moda lo tiene claro: guiar a la industria a pesar de todas las complejidades. Y es que, para esta asociación trabajar mano a mano y poder dar una forma diferente al concepto de la moda es esencial. En esta última edición celebrada en mayo, el Foro de innovación ha tenido más prescriptores que nunca, llegando a 31 proveedores en busca de soluciones. Otro de los compromisos que adopta la industria en este nuevo año es reforzar la infraestructura de reciclaje, incrementado instalaciones de segregación y de desechos industriales. Además de la implementación de tecnologías avanzadas para trazar y digitalizar flujos de residuos. Así como, creen estrictamente necesaria, la colaboración de identidades públicas y privadas, estableciendo alianzas con gobiernos locales, ONGs y marcas globales.
Avances
«Necesitamos desestigmatizar lo viejo»
‘Astenia Primaveral‘ fotografía de Helena Borjesson
Ante la gran pregunta, ¿Podemos hablar de avances? La respuesta es sí. No tanto como nos gustaría, pero sí. Y probablemente uno de los mayores avances de la industria textil es la tendencia tecnológica en este 2024. Según afirman los profesionales el mejor aliado de la sostenibilidad es la tecnología, lo que nos hace pensar que solo estamos viendo la punta del iceberg. La industria textil ha estado trabajando en varios estudios cuyos objetivos buscan el nacimiento de nuevos tejidos sostenibles y materiales, además de otros cambios relativos con la sostenibilidad. Impulsado por la demanda social y la legislación gubernamental, las empresas textiles deben adaptar sus actividades a modelos de negocios circulares, utilizando tejidos de base biológica o reciclados. Otro de los avances que nos hacen sonreír es la nueva ley de legislación sobre el ecodiseño, adoptada este año. Un hito en el mundo de la moda que prohibe la destrucción de productos textiles y calzado no vendido, además de establecerse requisitos sobre la durabilidad, reutilización y reparabilidad de las prendas. Este año se han introducido los pasaportes digitales de producto que ayudarán a ofrecer más transparencia sobre como se fabrican los artículos y su impacto medioambiental. A su vez, aumenta la moda a la carta y es que, la sobreproducción es un problema enorme, tal y como hemos comentado. Y centrándonos en materiales, aunque hace tiempo que se habla de las pieles de hongos, las algas han pasado desapercibidas. Y es que esta propuesta se ha convertido en una de las más prometedores, ya que Another Tomorrow se ha asociado con SeaCell, creando piezas a partir de la recolecta de algas de los fiordos de Islandia. Pero la novedad que más destaca en este último año es una nueva tecnología para reciclar tejidos mixtos. De alguna forma, el reciclaje sigue siendo uno de los mayores retos, ya que menos del 1% de las prendas usadas se convierten en ropa nueva. Esto obstaculiza esta ejecución es la separación de los materiales mezclados y ahí es donde Circ, entra en acción.
‘Distopik Golden Age‘ fotografía de Judith Adataberna
2024 ha sido un año clave para reflexionar y avanzar en una industria cada día más centrada en el progreso, en la búsqueda de materiales innovadores y biodegradables y el compromiso hasta llegar a las emisiones cero.
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