Las modelos negras se han hartado y reclaman peluqueros que sepan tratar su cabello

14 / 03 / 2019
POR Antonina Cupe

Desfilan sin peinar u optan por peinarse ellas mismas en casa. La polémica demuestra que no es oro todo lo que reluce y que aún queda mucho por hacer en materia de diversidad en el mundo de la moda.

 

Olivia Anakwe, Aubé Jolicoeur y Aaliyah Hydes 

 
La semana de la moda para la temporada primavera-verano 2019 contó con el casting más diverso en términos raciales hasta la fecha –aún no tenemos los datos de la que acaba de finalizar–. The Fashion Spot analiza la diversidad racial, de talla y de género de las principales semanas de la moda –Nueva York, Londres, Milán y París por el momento– desde la temporada primavera-verano de 2015, en la que tan solo un 17% de las modelos no eran blancas. La industria se interesa más que nunca por conceptos como la diversidad y la inclusividad, aunque dicho interés parezca empezar y acabar con la pasarela si tenemos en cuenta la cantidad de escándalos de índole racial –D&G, Prada y Gucci entre otros– que sacuden la industria últimamente. Queda claro que la diversidad en equipos de diseño, marketing, ventas y demás es inexistente. Para el análisis de la temporada primavera-verano 2019 se examinaron 229 desfiles y 7.431 castings que revelaron que un 36,1%, es decir 1 de cada 5 modelos, eran de color, un aumento comparado con el 32,5 de la temporada anterior. Nueva York sigue siendo líder en diversidad racial con un 44,8%, cifras que elevan el porcentaje global, seguida de Londres. Milán es la única que nunca ha contado con más de un 30% de modelos no caucásicas. La sursudanesa-australiana Adut Akech Bior destaca por ser de las modelos más populares de la temporada.
 

Adut Akech Bior en el desfile Crucero ’19 de Chanel.

 
Octubre de 2018. Semana de la moda de París. El equipo del mítico programa francés “52 minutes de mode” se cuela entre bambalinas durante los desfiles más importantes de la semana de la moda parisina. Uno de los reporteros se acerca a  las modelos Aaliyah Hydes y Naomi Chin Wing en un backstage y les pregunta si creen que hay suficientes peluqueros que sepan tratar cabello afro. Ambas ponen caras de incomodidad. “Vamos a tener problemas”, asegura Aaliyah. “No podemos hablar de eso, sino tendremos problemas”, añade Naomi. El reportero insiste y pregunta el por qué. “Porque soy negra y nadie quiere oír hablar de este tema”, responde Naomi zanjando la conversación. Hace ya dos años, la modelo London Myers se atrevía a quejarse en las redes sociales sobre la situación que viven las modelos negras. En un video que colgó en Instagram se la ve en cámara rápida sentada en un backstage a la espera de que algún peluquero se ocupe de ella. La joven acaba desfilando sin peinar. El reportero de «52 minutes de Mode» la ve en un desfile y le pregunta sobre el asunto. “A veces tengo que peinarme yo misma antes de venir. No quiero tener que depender de mí misma en una sala llena de peluqueros profesionales” lamenta London. “He llegado a llorar antes de un desfile porque no estaba peinada. Tenía que hacerlo yo misma. No creo que eso sea justo. Necesito sentirme guapa igual que las modelos blancas” añade.
 
 

London Myers en el desfile de Louis Vuitton primavera-verano ’18.

 
Awanda Pérez lleva años inmersa en el mundo de la moda como modelo, bloguera y empresaria. No estaba al tanto de la polémica en torno al video de London Myers, pero no le sorprende demasiado. “Sé por mi y a través de otras compañeras, que casi todas, en alguna medida, hemos sufrido en nuestra piel algún tipo de anécdota afro” afirma. El cabello es una de sus pasiones, por lo que creó en 2012 Gonaturalspain, una plataforma que busca valorizar el cabello afro en su estado natural. “Es algo muy habitual la escasez de buenos profesionales cualificados o que no tengan miedo a tratar con éxito nuestro cabello” nos comenta.  El año pasado fundó Minoire Models, una agencia de modelos negras o racializadas en Madrid. Sus chicas han desfilado para firmas como Maison Mesa en la última edición de la semana de la moda madrileña y han protagonizado diversas campañas. “Siempre hemos tenido la suerte de contar con grandes profesionales que han sabido respetar la naturaleza estética de las chicas, en este caso, en su mayoría de cabello afro” asegura. Para ella la admiración juega un papel importante en la relación de muchos peluqueros con el cabello afro. “Por suerte en la mayoría de los casos, tenemos un tipo de cabello tan bonito, que se suele escoger el dejarlo tal cual está”. Néhémie Saldana es peluquera y trabaja en un salón “multitextura” de París: Studio Ana’e. Ella no ve lo de dejar el cabello tal cual está como un elogio. “Cuando veo desfiles me pregunto por qué ninguna modelo negra luce peinados más trabajados. Eso le da al público la impresión de que el cabello afro solo puede dejarse natural, salvaje o sin forma, cuando no es verdad”, apunta. Y es que lo mas común es verlas lucir su cabello natural si lo tienen corto o con cornrows –trenzas pegadas– si lo tienen más largo. Néhémie hace hincapié en la actitud con la que algunos peluqueros se enfrentan a este tipo de cabello. “A veces hacen comentarios muy desagradables acerca del cabello afro. Que si tienes demasiado pelo, que si tienes un pelo difícil. He llegado a escuchar a una chica referirse al cabello afro como pelo púbico”, lamenta.
 
 

Desfile de Jacquemus  primavera-verano ’19.

 
Ambas tienen claro dónde está la clave para acabar con este problema. “Yo invitaria a que haya más formación” apunta Awanda. Y es que en la mayoría de academias de peluquería no se enseña a trabajar con diferentes texturas. Más tarde, esos profesionales se encuentran con desafíos a los que no saben hacer frente. “Si no conoces el cabello rizado o afro, como peluquero prefieres no arriesgarte. Pero claro, eso frustra a la clientas. Así que imagínate una modelo que tiene que desfilar y que siente que su peinado no está a la altura de lo que lleva puesto” destaca Néhémie.  Hace tan solo un par de días, la modelo Olivia Anakwe elegía Instagram para compartir su experiencia antes de uno de sus desfiles: ningún peluquero supo peinarla, tuvo que ir en busca de alguna modelo negra que supiera trenzar y una nail-artist –evidentemente negra– acabó abandonando su puesto de trabajo para ocuparse de ella. “A los peluqueros negros se les exige saber trabajar el cabello de cualquiera, ¿por qué no se aplica esa misma regla a los demás?”, escribió en una larga publicación con la intención de concienciar sobre la necesidad de un cambio.
 

 
Desfile de Valentino  primavera-verano ’19.

 
Para el peluquero y maquillador Kley Kafe, el cabello afro no tiene secretos. En su Bahía natal, la diversidad no es un deseo, sino una realidad. Comenzó a interesarse por la peluquería gracias a unas vecinas que tenían el cabello afro y desde entonces le fascina. A él no le sorprenden las quejas. “Cuando trabajé en la semana de la moda de Madrid, todas las niñas negras y latinas hacían cola para pasar por mis manos.” Su formación y experiencia le han convertido en alguien capacitado para responder a las necesidades de todo tipo de mujer, independientemente del tono de su piel o de la textura de su cabello. Pero ese no es el caso de la mayoría de profesionales. “Somos minoria. Ellos a parte de no estar acostumbrados, es que no les sale rentable tener 5 tonos de base de maquillaje oscura o comprar cosas específicas para un pelo afro porque los van a tocar una o dos veces cada seis meses”. Destaca también el desconocimiento. “La gente se cree que el pelo afro no se necesita peinar y que la piel negra no necesita maquillaje”.  Sobre esa idea extendida de que el cabello afro es mucho más complejo, el peluquero asegura que es un mito. “Al igual que planchar o alisar el pelo lleva su tiempo, pues hacer un rizo bonito o un afro bien hecho necesita su tiempo y sus productos adecuados. A la falta de ellos, se inventan la excusa de que ya está perfecto” apunta. La diversidad está de moda en las pasarelas, pero las modas son inevitablemente pasajeras. “Nuestros antepasados han luchado mucho. Y aunque a nosotros nos está tocando luchar, pero de una forma mucho más suave gracias a todo lo que han luchado ellos, todavía nos queda mucho para conseguir que esa diversidad sea real y verdadera”.
 

Desfile primavera-verano ’19 de Jacquemus.

 
En la formación está la clave para acabar con esta problemática de la que durante mucho tiempo nadie quiso hablar y que, gracias a internet, está saliendo a la luz. La diversidad se tiene que dar a todos los niveles y no solo en los más visibles, como es el caso de las pasarelas. Temporada tras temporada, la industria nos ha confirmado no tener intención real de cambiar. Nos contenta con gestos vistosos como la diversidad en los castings, mientras, dónde se toman las decisiones, las cosas siguen más o menos igual. Pero los clientes, cada vez más conectados y cada vez más participativos –las redes sociales han sido clave en la difusión e impacto de todas las polémicas a las que está haciendo frente la industria –no dudan en hacer presión para que la diversidad deje de ser por fin la gran asignatura pendiente del mundo de la moda.