Inadvertida en nuestro país, la compositora norteamericana se erige como una de las grandes promesas del RnB. A la espera de su actuación en el Primavera Sound y del lanzamiento de un tercer álbum que estamos deseando escuchar, te damos cinco motivos para empezar a seguirle la pista.
Lizzo por Andy Madeleine
Divertida, talentosa y malhablada –“Bitch” es una palabra irrenunciable en su vocabulario–, Melissa Jefferson (Lizzo) es la amiga que todas queremos tener. Su tercer disco, “Cuz I Love You”, que se publicará el próximo 19 de abril de la mano de Atlantic Records, ya ha puesto nuestros glúteos en funcionamiento con el adelanto de tres canciones que brillan por su descaro y sentido del humor. Si aún no has oído hablar de Lizzo, te damos cinco razones para abrir Spotify, teclear su nombre y dejarte embriagar por la energía positiva.
Jabari Jacobs / Atlantic Records
Su música es una inyección de endorfinas
Desde “Good as Hell” hasta el reciente “Juice” –convertido en aperitivo de su próximo trabajo–, los temas de Lizzo son el antídoto a los sentimientos de culpa, los prejuicios, el chantaje emocional y la mala leche. Que ya bastante tenemos con vivir en este mundo como para añadirle extras de dificultad. Y es que su música es como una fiesta con barra libre en compañía de tus amigos. Así que lo dicho: ya sea porque tengas un mal día, estés pasando por una ruptura o te quieras motivar antes de salir de juerga, Lizzo es la banda sonora que necesitas.
Tiene un directo explosivo
Basta con ver cualquiera de sus actuaciones en Youtube para afirmar que Lizzo tiene una presencia que nada tiene que envidiar a Beyoncé. No obstante, aparte de un talento natural para el ‘show business’ son varias las piezas que conforman el espectáculo de la diva.
Su carisma ha llamado la atención de la modelo Brooke Candy quien, junto al diseñador Seth Pratt, ha contribuido a definir un vestuario a base de licras, plumas, tejidos satinados y colores brillantes que encuentran la simbiosis perfecta con la personalidad de la cantante, lo que se hace extensivo a su ejército de bailarinas: The Big Girls. Y es ahí donde nos topamos con el tercer aliciente para verla en directo el próximo 1 de junio en el Primavera Sound. Este grupo de chicas, de diferente raza y complexión, dan la réplica a Lizzo mientras se retuercen salvajemente, levantando el ánimo de cualquiera.
Toca la flauta clásica mientras hace twerking (sin desmerecer ninguna de estas dos acciones)
Este punto bien podría incluirse en el anterior, aunque no es algo que se repita de forma regular en sus conciertos. Sin embargo, lo excepcional de esta habilidad bien merece una mención aparte, poniendo de manifiesto la formación musical de la compositora, quien lleva tocando la flauta desde los 12 años.
El twerking también tiene un papel relevante, ya que la misma artista ha llegado a definir su estilo como “Church with a twerk”, término que acuña a la perfección esa combinación entre soul y sus frenéticos movimientos sobre el escenario.
Ha colaborado con Prince y Missy Elliott
La trayectoria musical de Lizzo viene de largo y sus dos discos anteriores suponen una incursión estelar en el mundo del hip hop. Tanto es así que tras el lanzamiento de su álbum debut (Lizzobangers, 2013), fue llamada por el mismísimo Prince para incluir su voz en el tema “Boytrouble”. Poco después vinieron las colaboraciones con la rapera Big Freedia y el productor Ricky Reed, que también ha trabajado con Meghan Trainor y Jason Derulo.
A pesar de que los últimos temas de Lizzo parecen haber abrazado otros estilos como el pop o el funk, acaba de publicar junto a Missy Elliott el descaradísimo “Tempo” donde ambas hacen su particular oda a las tallas XXL en clave de hip hop. Un single que también estará incluido en el último trabajo de la cantante y que seguramente empiece a oírse con frecuencia en nuestro país.
Le hace un corte de manga a los estándares de belleza
Según ha confesado en varias entrevistas, Lizzo ha librado múltiples batallas consigo misma hasta aceptar y amar su propio cuerpo, por lo que ha terminado por tomarse muy en serio el crear una música inclusiva, pero especialmente dirigida a aquellos que han sido marginados por su aspecto, raza o condición sexual. Todo ello sin alcanzar la solemnidad propia de este tipo de discursos. Dicha convicción la ha llevado a ser denominada por Vogue como emblema del “body positive”, aunque ella misma ha criticado la perversidad del término: “Es algo que existe porque la negatividad hacia el propio cuerpo es lo normativo”. En este sentido, tanto las fotos promocionales de su último disco –en las que posa desnuda–, como las letras de sus canciones transmiten una idea que podría resumirse en una de sus afirmaciones: “No puedo levantarme un día y no ser negra. No puedo levantarme un día y no ser una mujer o dejar de estar gorda. Siempre he tenido esas tres cosas en mi contra, así que por la misma razón que lucho por mi misma, es mi deber luchar por los demás”.
Parece natural que el ascenso de Lizzo la lleve a gozar de la misma popularidad que Cardi B o Janelle Monáe, aunque tampoco le hacen falta más incentivos para seguir haciéndonos disfrutar de aquello que mejor sabe hacer. Tal y como reza en su tema “Scuse Me”: “No necesito una corona para saber que soy una reina”.
FIN.
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