«La valentía fue mi mayor lección. No tengo los miedos que mucha gente tiene. El miedo a futuros impredecibles, el miedo a que las cosas vayan mal, el miedo a los extraños, el miedo a las autoridades…»
La primera edición de No System se publicó en 1999 bajo la condición de que el precio se mantuviese en 9,99 libras para que sus protagonistas pudieran comprarlo. 21 años después volvió a publicarse este fotolibro que narra en primera persona la vida nómada de una Techno Traveler. Diez años de viaje por Europa organizando festivales clandestinos recogidos en más de 200 fotografías junto a imágenes de diario íntimo y objetos efímeros de Vinca Petersen.
En 1994, tras pasar por los squats de Londres, Petersen decide volver a casa de sus padres, trabajar durante 6 meses en un supermercado y ahorrar el dinero suficiente para comprarse una autocaravana y echarse a la carretera junto a Alien Pulse, un colectivo sound system compuesto por veinteañeros ingleses y alemanes con un estilo de vida en paralelo al sistema: en comuna, autogestionados a base de vender camisetas, montar bares a prueba de ravers, dedicados a seguir la estela de los lugares donde pudieran asentarse y desplegar sus equipos de sonido llevando música y magia donde quiera que montasen la fiesta.
Vinca tomó fotografías durante todo su camino, afición que le venía desde niña, y finalmente las reunió en No System. Publicado por primera vez con Steidl en 1999, el libro ofrece una visión modesta y tierna, rozando a veces lo maternal, de un mundo no mostrado hasta entonces, representando la hermandad que se crea conviviendo en circunstancias límites y el ambiente que generan determinadas drogas sin necesidad de hacer alusión directa a ellas.
Ha publicado otros dos fotolibros: Future Fantasy con Ditto en 2017 y Deuce and Quarter con IDEA en 2018. En ellos se narran distintas facetas de su vida como adolescente modelo, raver… pero siempre bajo el concepto de trazar un camino propio y cubriendo la vida al estilo de road movie. La calidad y humanidad de su testimonio lleva en sí un poso social muy potente, la humildad con la que se muestra al mundo hace que el resultado sea accesible a todos. Aunque intenten normativizarnos, si la tecnología no llega a absorbernos del todo, como seres humanos seguimos teniendo la necesidad vital de reunirnos, bailar, llegar al trance y celebrar la vida.
No System is back!
¿Hay mucha distancia entre el lugar en el que naciste y en el que vives ahora?
¡Esa no es una pregunta fácil de responder! Nací en Corea del Sur porque mi padre trabajaba allí. Luego viví en Rumania y Suecia hasta que finalmente comencé la escuela en el Reino Unido. Viajé durante mis 20 y luego, cuando cumplí los 30 y nació mi hijo, me instalé en Ramsgate, Kent, y acabo de mudarme a la Isla de Skye
Además de tu trayectoria como fotógrafa, modelo y artista colaboras con diferentes organizaciones sociales, formaste la tuya propia ¿puedes contarnos sobre tus compromisos sociales?
Nuestras vidas son siempre un viaje, una historia que se desarrolla, y mi viaje me alejó poco a poco de la obsesión por crear libertad para mí misma y pasar a crear libertad también para los demás. Unos años después del nacimiento de mi hijo fui a estudiar Bellas Artes en la Universidad y durante este tiempo encontré la obra de Joseph Beuys y su teoría de la Escultura Social. Había estado participando en largos viajes a Ucrania llevando ayuda a los orfanatos allí y me di cuenta de que esto podría convertirse en una pieza de Escultura Social: formé Future Youth Project y compré un gran autobús rojo y comencé a llevar personas que normalmente no tendrían ninguna oportunidad de viajar tan lejos en largas aventuras a Ucrania para trabajar en proyectos creativos allí. Nos centramos en dar apoyo a un grupo de hombres y niños discapacitados en instituciones estatales muy remotas; creando clases para ellos en las que aprenden a pintar, dibujar, jugar y crear con la ayuda de nuestro terapeuta artístico ucraniano. Antes de que se establecieran estas clases, los hombres no tenían nada que hacer en todo el día y se volvían muy distantes, estresados y, a menudo, pasaban todo el día simplemente balanceándose hacia adelante y hacia atrás y autolesionándose.
La primera edición de No System salió en 1999 ¿por qué decidiste sacar una segunda en 2020? ¿Qué diferencia hay entre la primera y la segunda?
¡Porque durante 20 años gente de todo el mundo me pidió que lo reimprimiera! La primera edición se había vuelto muy cara y nunca me gustó la idea de que No System fuera exclusivo, eso funciona para algunos libros, pero no para este ¡Creo que todos deberían tener la oportunidad de verlo!
Mantuve la segunda edición exactamente igual que la primera. El libro estaba ‘más allá de mí’ en este punto, pertenecía a la gente, así que cambiarlo me parecía incorrecto. Hubo mejoras simples en el papel y la encuadernación, pero el contenido es una copia exacta; incluso utilicé los escaneos originales de hace 20 años.
¿Ves mucha diferencia entre la cultura rave de hoy y la que viviste? ¿Qué crees que ha podido afectar para perder esa magia presente en los noventa que se extendió hasta los dosmiles?
No creo que haya perdido la magia, imagino que es solo un tipo diferente de magia. En la década de los noventa teníamos muy pocas formas de comunicación y ninguna red social, así que, por supuesto, vivir «el momento» era mucho más fácil. Eso crea una cierta calidad de experiencia.
Pero hoy, como en los noventa, la gente tiene sed de libertad y comunidad. Una fiesta rave es, y siempre será, un lugar al que ir, desprenderte de tu vida y entrar en un mundo creado temporalmente para llevarte a otro lugar. Desde que existen los humanos, se han reunido para bailar y celebrar juntos. Durante los últimos cientos de años, los encuentros que solían caracterizarse por bailes como eventos religiosos, o celebraciones de diferentes épocas del año o momentos como la cosecha, han sido destruidos lentamente por cada vez más restricciones. Siempre habrá personas que no puedan soportar esta constricción y tengan que liberarse, moverse y reír, aunque solo sea por una noche.
Raves que se consideraban espacios radicales se están convirtiendo en terreno de influencers ¿Crees que las redes sociales han puesto la cultura rave en peligro de extinción? ¿O todavía hay grupos que se mantienen a salvo, respondiendo radicalmente a lo que está sucediendo en el mundo?
Claro que el capitalismo afecta a las redes sociales y todo lo afecta, pero siempre hay gente que se escabulle y se abre camino por el mundo. Cuanto más auténtico seas, menos te afectarán las presiones de las redes sociales y el efecto homogeneizador del capitalismo. Hay algo muy poderoso en crear tu propio camino en la vida, absolutamente único para ti. Es más difícil de lo que parece, pero es una forma muy satisfactoria de tomar decisiones y hacer planes. Claro que lleva mucho tiempo conocerse realmente a una misma; para eso es bueno tener una comunidad a tu alrededor y ver cómo te reflejas en los demás.
Lanzaste Future Fantasy con Ditto en 2017, mientras escribo esto lo tengo sobre la mesa, sin duda es de mis fotolibros favoritos hasta la fecha. A grandes rasgos ¿qué cuenta uno y otro? ¿En qué puntos de vitales te encontrabas?
Future Fantasy se creó a partir de la parte de mi archivo que abarca el momento en que dejé la escuela a los 17 años y estaba tratando de ir a raves y trabajar al mismo tiempo; se trata de la dualidad de alguien que se convierte en un adulto con esas responsabilidades, al mismo tiempo que se genera de la emancipación del hogar y los padres y el deseo alocado y tierno de querer disfrutar de esa libertad.
No System comienza cuando tengo alrededor de 21 años y decido dejar la ‘vida normal’ y unirme a los Sound System que viajan por Europa organizando raves y festivales ilegales. No System comienza conmigo comprando mi primer vehículo para vivir y emprender esa aventura.
¿Qué mensaje te gustaría transmitir a las nuevas generaciones con tu libro?
Siempre he querido animar a las personas a buscar la libertad que desean. Ya sea físicamente o dentro de sus propias mentes. Mis libros tratan literalmente de mi vida, pero también podrían conectarse directamente con las experiencias de otras personas. Cuando hice la instalación de 700 fotografías de 25 metros de largo ‘A Life of Subversive Joy’ (Sweet Harmony, Saatchi Gallery, 2019), lo que vi en las personas que vinieron a verla fue una sensación de que era un reflejo de sus propias vidas. Todas las personas con las que hablé dijeron lo mismo: podían sentirse a sí mismos y reconocer sus propias experiencias dentro del trabajo.
Brevemente, ¿cuál crees que fue la mayor lección de la vida en la carretera? ¿Es la alternativa estrella para sensibilizarnos con los demás y con el medio?
La valentía fue mi mayor lección. No tengo los miedos que mucha gente tiene. El miedo a futuros impredecibles, el miedo a que las cosas vayan mal, el miedo a los extraños, el miedo a las autoridades. No tengo miedo de esas cosas porque una experiencia tras otra me enseñó que las cosas nunca son tan malas en realidad como uno piensa que serán. Además de poder poner las cosas en perspectiva. Entender qué es importante y qué no.
Es muy interesante ver a todas las personas ahora darse cuenta de que si puedes trabajar a través de Internet y no tienes responsabilidades que te mantengan apegado a un lugar físico, puedes vivir en un vehículo. La gente (en este mundo sobrevalorado) empieza a pensar que la libertad que se obtiene al vivir en un vehículo no es solo la libertad de cuerpo y mente, sino también la libertad financiera.
¿Ha cambiado tu trabajo o tu vida desde que se publicó el libro? De ser así, ¿cómo lo has notado?
Mi vida ha cambiado y evolucionado mucho desde que publiqué No System. ¡Ahora tengo 52 años y entonces tenía 26! Pero gran parte de la filosofía y muchas de las ideas que rodearon esos primeros años todavía influyen en mi vida. Siento que todavía tengo menos miedo que mucha gente y también confío en el futuro; no me preocupa lo mismo que a otros. Vivir y celebrar, como hacíamos mientras organizábamos raves y festivales ilegales por toda Europa, me dio un sentido de comunidad, libertad, humor y alegría que aún resuena en mi vida.
En definitiva ¿qué te hizo abandonar ese estilo de vida? ¿Cuál fue la parte más difícil de tu época de raver?
Al final, huir de la policía es agotador. También tenía muchas ideas creativas y proyectos que quería realizar y eran imposibles de hacer desde un camión.
También quería tener un hijo y, para mí, era importante darle a este niño un ‘lienzo en blanco’ para que se convierta en quien era y no se le impongan mis ideas.
La verdad es que no se me ocurre nada difícil de afrontar en general. Hubo momentos difíciles, a menudo relacionados con la mano dura de la policía y el acoso constante. Pero en general, lo bueno compensa lo malo, como suele ocurrir en la vida.
¿Podrías compartir algún proyecto futuro o actual en el que estés trabajando?
He pasado los últimos dos años construyendo una casa de balas de paja con materiales totalmente naturales. Mi carpintero, James, mi hijo, Archie, y yo compartimos la misma idea: queríamos construir utilizando técnicas y materiales de construcción natural, tanto nuevos como antiguos, y crear una casa que pudiera integrarse en el sector inmobiliario actual. Formamos parte de un movimiento que busca cambiar las técnicas y los materiales de construcción para que sean más saludables para nosotros y para el planeta. A menudo vemos casas ecológicas grandes y muy caras, o casas ecológicas que por su extrañeza se hacen inaccesibles, pero queríamos construir una casa relativamente asequible y «normal» que otros pudieran copiar. Trabajé con la Escuela de Construcción Natural y aprendí de su fundadora, Barbara Jones, y de sus cursos prácticos basados en las casas construidas por otros. Luego, cuando llegó el momento de construir la mía, la escuela impartió tres cursos sobre mi construcción y trabajé junto a otros estudiantes. Es una excelente manera de aprender sobre construcción en un entorno relajado pero intensamente educativo, con todo tipo de personas, desde arquitectos hasta agricultores, desde jóvenes hasta personas mayores. También hubo gente dispuesta a venir a ayudar durante unos días como voluntaria. Fueron muy divertidos y les encantaba estar en la Isla de Skye, donde está la casa. Cada vez que James, Archie y yo nos quedábamos sin energía, ¡alguien aparecía y nos insuflaba energía!
Estoy creando un nuevo proyecto que incluirá una película, exposiciones y un libro sobre la experiencia de ser una mujer de 50 años, mudarse a una comunidad isleña remota y construir una casa con la ayuda de muchas otras personas. En cierto modo, el libro refleja No System: el sentido de comunidad y la búsqueda de superar los límites de la creatividad dentro y fuera de la propia vida.
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