El nacimiento de Venus, símbolo de la cultura pop

10 / 08 / 2018
POR Irati González

Lady Gaga, Andy Warhol o Beyoncé son algunos de los artistas que han hecho de la obra de Botticelli un icono del arte contemporáneo.

 

El nacimiento de Venus, Sandro Boticelli (1484)

 
Cuando la familia de los Médici comisionó El nacimiento de Venus a Sandro Boticelli, nunca podrían haber previsto la fama, las transformaciones y apropiaciones que esta obra maestra sufriría más adelante. Hoy, como bien recoge la plataforma Artsy, la interpretación de la diosa del amor del pintor renacentista temprano, está prácticamente en todas partes. Ha sido mezclada, parodiada y renacida en las bellas artes y en la cultura pop, y utilizada infinitamente como una herramienta de marketing para sugerir calidad y cultura.
 

Lady Gaga, «Artpop» (2013)

 

 
En la portada del álbum 2013 de Lady Gaga, Artpop, diseñada por Jeff Koons, aparece una escultura desnuda de la cantante, con el pelo largo tapándole los pechos y una bola azul estratégicamente colocada entre sus piernas. Detrás de ella, fragmentos de obras de arte como El nacimiento de Venus, de Botticelli, y Apolo y Daphne, de Gian Lorenzo Bernini, se despliegan en un histórico collage del arte.

Pero las referencias de Botticelli se extendieron más allá de la portada del álbum: en el video musical de la canción «Applause«, la estrella del pop busca convertirse en Venus, vistiendo un puñado de conchas marinas en el sostén y una voluminosa peluca rubia. Además, en otra canción de Artpop explícitamente titulada «Venus», Gaga escribe una oda a la diosa del amor.
 

Rip Cronk, Venice on the Half-Shell (1978)

 

 
El artista Rip Cronk, como muralista en residencia del Centro de Recursos de Arte Público y Social de Los Ángeles en los años 70 y 80, recibió una comisión para completar la pared de Venice on the Half-Shell (1981), su primera interpretación a gran escala del trabajo de Botticelli. La Venus del siglo XX de Cronk usa patines, pantalones cortos, calentadores de piernas y un top corto; ella ya no es rubia. La mitad de una concha de almeja gigante se cierne detrás de ella mientras patina plácidamente por el paseo marítimo de Venice Beach.
 

The New Yorker (1992 y 2014)

 

 
Sí, la Venus de Botticelli es también una chica de portada. La pintura del Renacimiento ha sido el tema de al menos dos ilustraciones de portadas del New Yorker desde la década de 1990. En la primera, para un número de mayo de 1992, la ilustradora Susan Davis reemplazó la suave brisa de Zephyr con el aire caliente de un secador de pelo. Venus, vestida con una túnica blanca-amarillenta y sosteniendo un cepillo redondo en su otra mano, está claramente acicalada. Es una versión humorística de la pintura original, que representa a la diosa que emerge del mar en toda su belleza natural y sin adornos. Y en la segunda portada, de Roz Chast para el número del 4 de agosto de 2014, Venus es llevada a la costa solo para ser recibida por un enjambre de cámaras de iPhone, en lugar de una suave brisa y una delicada túnica.
 

Dr. No (1962)

 

 
Incluso James Bond tuvo un poco de El Nacimiento de Venus. En 1958, el novelista Ian Fleming publicó su sexta novela sobre el Agente 007 y el capítulo ocho lo situó en una costa jamaicana. «Toda la escena, la playa vacía, el mar verde y azul, la chica desnuda con mechones de cabello rubio, le recordaron algo a Bond», escribió Fleming. «Buscó en su mente. Sí, ella era la Venus de Botticelli, vista desde atrás». El libro pronto se adaptó a una película, el Dr. No de 1962, que presentaba a Ursula Andress como Venus saliendo del mar, pero en una playa del Caribe, con un ajustado bikini blanco, dos grandes caracolas y armada con un machete en la cintura.

Cuarenta años más tarde, en Die Another Day (2002), Halle Berry consiguió un momento propio de Botticelli cuando interpretó al agente Jinx Johnson junto a Bond de Pierce Brosnan.
 

Andy Warhol, Venus (1985)

 

 
Warhol, quien se encontró por primera vez con un ordenador personal en la fiesta de cumpleaños de Sean Lennon, se incorporó en 1985 como portavoz de Commodore (el rival de Apple en ese momento). Estaba intrigado por la posibilidad del dibujar a través del ordenador, y utilizó ProPaint para crear versiones digitales de sus autorretratos y latas de sopa Campbell’s. El año anterior, había completado una serie impresa titulada «Detalles de retratos del Renacimiento», en la que recortaba, aplanaba, simplificaba y recoloreaba porciones de obras, incluido El nacimiento de Venus. Así que no sorprende que Venus haga una aparición en estas obras de arte con un tercer ojo cortesía de la herramienta copiar y pegar.
 

Yin Xin, Venus, después de Botticelli (2008)

 

 
Hoy, las pinturas de Xin se caracterizan por la forma en que retraba el arte canónico occidental para incluir características chinas, y Venus, después de Botticelli (2008), ofrece un excelente ejemplo de ello.

El lienzo, recortado para mostrar solo la cabeza de la diosa, revela largos y ondulados mechones que se han transformado de rubio a negro; sus rasgos faciales ahora se leen como asiáticos en lugar de europeos. Como Stefan Weppelmann escribe en el catálogo del show de 2016 de V & A «Botticelli Reimagined», la pintura de Xin, «en su combinación de elementos occidentales y del Lejano Oriente, recalca hasta qué punto nuestra percepción de un artefacto cultural depende y está determinada por la cultura que produce eso.»
 

David LaChapelle, Renacimiento de Venus (2009)

 

 
El mundo de la moda ha estado interesado desde hace mucho tiempo en Venus, desde una portada de Vogue estadounidense, hasta el vestido de noche de Elsa Schiaparelli y el collage en el de Dolce & Gabbana. Aunque el fotógrafo David LaChapelle se retiró del rodaje de las revistas de moda en 2006 para centrarse en el arte, él también comparte una fascinación con la diosa de Botticelli.

En su versión, Venus está bronceada y tonificada, vistiendo solo una corona de oro y un par de brillantes tacones de color verde azulado. A diferencia del original de Botticelli, hay un aire de sexualidad cruda, enfatizado por el caparazón, que se ha convertido en un símbolo para sus genitales en lugar de una plataforma para atravesar las olas.
 

Awol Erizku, retratos de embarazo y maternidad de Beyoncé (2017)

 

 
En las imágenes publicadas para anunciar su embarazo, Beyoncé reivindica el papel de Venus, haciendo eco de la actitud recatada de la diosa de Botticelli al sostener sus manos frente a sus pechos y acunar su vientre. Además del exuberante arreglo floral en el fondo de la imagen, que evocan la pintura del siglo XV.

Un retrato de maternidad, tomado después de que nacieran los gemelos, hace referencia más explícitamente al Nacimiento de Venus, con la pose de pie de Beyoncé y un espectacular vestido de Palomo Spain a modo de túnica. Sin embargo, a diferencia de la diosa, ella mira hacia la cámara.

Via: Artsy