Un análisis pormenorizado pretende concluir cuáles son las combinaciones por las que se decantan los consumidores actuales.
Saint Laurent otoño-invierno 2019
Desde el icónico little black dress popularizado por Audrey Hepburn en ‘Desayuno con diamantes’ hasta la emblemática camisa blanca masculina de Julia Roberts en ‘Pretty Woman’. La gran pantalla ha constituido uno de los grandes hervideros de tendencias, convirtiendo ciertas prendas en fenómenos virales de alcance global desde hace décadas. Del mismo modo, las pasarelas, lugar de encuentro de diseñadores, analistas y prescriptores, nos ofrecen un sinfín de propuestas temporada tras temporada tratando de captar nuestra atención. Un reto mayúsculo que requiere de un estudio detallado de las formas, las caídas, las texturas… y los colores. Y es que, como ya adelantaba el español Cristóbal Balenciaga, «un modisto debe ser pintor para el color», resaltando la importancia de este pilar básico de la moda.
Tagwalk, el motor de búsqueda fundado por la estilista Alexandra Van Houtte bautizado como ‘el Google de la moda’, presenta ahora un informe en el que recoge las tendencias cromáticas imperantes de hoy en día. Su análisis pormenorizado pretende concluir cuáles son las combinaciones por las que se decantan los consumidores actuales, así como qué colores han visto reducida su presencia en las pasarelas. Para ello, recoge las colecciones presentadas por las distintas marcas de moda durante las últimas cuatro temporadas. Una efectiva metodología que aglutina propuestas de primavera-verano y otoño-invierno, atendiendo tanto a firmas emergentes como Marine Serre como a maisons consagradas como Saint Laurent.
La reinterpretación del little black dress de Versace (izq.) y la versión renovada de la camisa blanca de Balenciaga (dcha)
De acuerdo con el informe, las tonalidades estrella son: el negro, el blanco, el azul, el beige y el gris, por ese orden. Cinco colores caracterizados por su adaptabilidad, a los que les siguen de cerca los tonos pastel, el rosa, el rojo, las tonalidades neutras y el verde. En cuanto a las variaciones advertidas en los últimos meses, destacan el repunte de los tonos tierra, al que se recurre un 156% más respecto a los tres años previos, así como el auge del neón y el flúor, con un incremento del 40% respecto a 2017. Mientras, el mostaza, el borgoña, el azul marino, el naranja y el morado ven disminuida su popularidad, siendo incorporados en su lugar en pequeñas dosis o adheridos a complementos.
Yeezy, Stella McCartney
La segunda parte del informe se sumerge en la paleta de colores enérgicos y brillantes. El rojo, el azul o el rosa son algunos de los más recurrentes a la hora de conformar propuestas monocromáticas. Llama la atención el protagonismo concedido por Saint Laurent a las tonalidades llamativas, habiendo aumentado su uso en más de un 160% respecto a temporadas anteriores. En contraposición a los colores saturados, el ‘total black’ representa el 9% de las propuestas presentadas en las últimas cuatro temporadas. Entre sus mejores embajadores, Balenciaga, Dolce & Gabbana o Celine, sin tilde y bajo la dirección creativa de Hedi Slimane. Pero si hay una firma que encarna a la perfección el color negro en los últimos tiempos, esa es Valentino. Y es que los 25 primeros looks de su colección otoño-invierno 2020 tenían como denominador común la ausencia de energía lumínica, de pies a cabeza. Tagwalk también repasa la presencia del tándem blanco-negro en las pasarelas, destacando la labor de Issey Miyake o Jeffrey Dodd por reivindicar esta combinación clásica.
Valentino otoño-invierno 2020.
Los colores neutros encarnados por Yeezy o Jil Sander se presentan unidos a términos como ‘minismalismo’ o ‘masculino’, de acuerdo con los resultados de búsqueda analizados por la plataforma. Por su parte, los bloques de color presentes en marcas como Lacoste o Molly Goddard suelen aparecer vinculados al estilo preppy y la logomanía. El tercer y último apartado del informe se refiere a las tendencias en moda masculina. El lila se impone en las propuestas de menswear, al igual que los tonos pastel y rosas. Una demostración de que la paleta cromática se desvincula, cada vez más, de estereotipos, clichés y etiquetas de cualquier índole.
