María Medem gana el premio Artista Revelación en el Salón del Comic de Barcelona

06 / 05 / 2019
POR Mirena Ossorno

La joven autora se ha convertido en poco tiempo en uno de los talentos de cómic con más proyección del momento.

Abrir Cenit -su primer comic largo, publicado por la editorial Apa Apa el pasado 2018- es un poco como entrar en el Leopard Tree Dream de la película Cat People (Paul Schrader, 1982); espacios abiertos, tonos anaranjados y mucho thriller. Nacida en Sevilla en 1994, María Medem maneja el color y el espacio de manera muy personal. Página tras página, te hace pasar de la ensoñación al desasosiego sin que te des cuenta, igual que pasas de un sueño a otro mientras duermes. Hablamos con ella para que nos cuente cómo ha sido su experiencia en el salón de este año, entre otras cosas.

 

Sé que es muy típico preguntar esto pero ¿Qué supone para ti ganar el premio a Artista Revelación del Salón del Cómic de este año?

Me hace mucha ilusión, porque no me lo esperaba -esto también es típico decirlo (risas)-. Pero es verdad, ni Toni (el editor) ni yo lo creíamos realmente. Cuando lo dijeron me alegró mucho y a la vez me dio mucha vergüenza por lo de subirme al escenario. Algo que me hizo especial ilusión fue toda la gente que me felicitó y que se alegró por mí.

 

¿Crees que son importantes este tipo de premios a la hora de poder desarrollar una carrera sólida dentro del mundo del cómic?

No creo que sea condición para desarrollar una carrera sólida, pero sí que ayuda para que se conozcan obras y propuestas que de otra manera quizás pasarían más desapercibidas. En este caso, me parece que sirve también para fomentar la lectura y la producción de un cómic que puede ser más experimental o más extraño, y para dar a conocer a más gente todo lo que publica Apa Apa (la editorial). Y por supuesto, para darme ánimos para ponerme con otro cómic largo, que siempre es un proceso duro y eterno.

 

 

Este año el Salón ha vuelto a centrarse más en las viñetas y, además, ha hecho que editoriales pequeñas como Apa Apa tengan más presencia gracias a la zona Alter Barcelona ¿Cómo has vivido tú esta edición del festival?

Como no había ido antes, no puedo comparar con anteriores ediciones, pero creo que es muy necesario dar un espacio a editoriales más pequeñas o menos conocidas, es algo que enriquece a cualquier festival. Por lo demás, el tiempo que estuve, me lo pase bien y en el hotel, durante el desayuno, dos mesas a mi derecha estaba Daniel Clowes con su familia tomándose un cafelito, una situación que no pensé que fuera a dárseme nunca.

 

Vienes de Bellas Artes donde -por lo que he leído en alguna entrevista- algunos profesores criticaron tu manera de entender el cómic ¿Qué encuentras en el cómic que no encuentres otras disciplinas como la ilustración o la pintura?

Sí, más que criticar mi manera de entenderlo, simplemente no tenía noción alguna de lo que es el cómic. En relación con la pintura, con los cómics si sé cuándo he acabado una página, o cuando tengo que repetirla, pero al pintar siempre me cuesta mucho dar la pieza por terminada y creo que todas mis pinturas parecen un poco inacabadas. Aunque la pintura sí que me ayudó mucho a trabajar el color como lo trabajo ahora.

Con respecto a la ilustración, con el cómic tienes libertad para trabajar en una historia por los caminos que te apetezcan, aunque puedan ser equivocados. En la ilustración esta libertad es más reducida -aunque esto depende un poco del director de arte- pero creo que también se aprende mucho. Sobre todo maneras de resolver situaciones, porque trato temas que quizás jamás trabajaría en un cómic -como una ilustración que hice hace poco sobre las personas que deciden criogenizarse-, y me veo forzada a intentar interpretar un tema que siento ajeno a mí de una manera que al final me acabe resultando cercana. Lo que más disfruto del cómic aparte de lo evidente de poder narrar y dibujar, es el poder trabajar con el movimiento y las atmósferas.

 

 

¿Hay algún autor/a de cómic que te haya influido especialmente o al que le tengas un cariño especial?

Creo que Tomi Ungerer es el autor al que le tengo más cariño, por el cuento de los tres bandidos. En cuanto al cómic, también Moebius, que fue con el que descubrí otra manera de hacer cómic durante mi adolescencia, aunque hace mucho que no lo leo. También un artista que he recordado hace poco es Folon, que hacía carteles muy bonitos, y de pequeña tenía un libro enorme con sus obras por casa. Ahora mismo hay muchos autores que me gustan, aparte de todos los que han publicado Apa Apa en estos años <3 Me viene a la cabeza una autora que me gusta mucho que es Margot Ferrick. Saul Steinberg me encanta también, aunque no sea cómic.

 

Tu obra tiende a la abstracción, aunque en Cenit existe una narrativa más definida ¿Cómo es tu proceso de trabajo? Yo por ejemplo necesito tenerlo todo muy claro por escrito antes de ponerme a dibujar.

Sí, yo también trabajo así, sobre todo en los cómics más largos. Le doy vueltas a la idea de manera muy general -me concentro especialmente en el final- y después la pongo por escrito, y ese texto es el que uso de base para luego trabajar las páginas.

En las publicaciones más cortas utilizo también un texto, pero suele estar más oculto o es casi imperceptible. Pienso que en algunas ocasiones no hace tanta falta tener una trama o idea demasiado explícita y dejar más libre la interpretación, esto provoca también que la manera de trabajar sea más intuitiva y lúdica.

 

 

Cuando pasé de hacer historias de dos o cuatro páginas a hacer una de sesentaypico me di cuenta de lo diferentes que son las posibilidades de cada una. Por ejemplo, las cortas yo las concibo casi como un gag humorístico, en el que entras en una escena, interpretas algo, pero no sabes muy bien de donde viene o a donde va, lo cual da mucho juego. Las historias largas, en cambio, siento que nunca terminan, tiene que estar todo súper bien hilado ¿Qué diferencias encuentras tú entre una historia larga o una corta?

Sí, son maneras totalmente distintas de trabajar. Como lo que te decía antes de que en una me puedo permitir ser más sutil, y en la otra busco que la trama sea un poco más explícita. Pero también en una historia larga puedo trabajar mucho mejor el ritmo, algo que considero muy importante. De todas maneras me gustan las dos maneras de hacer cómic por igual. Hace un par de veranos me propuse hacer cómics de una página sin texto y los he estado haciendo durante todo este tiempo de vez en cuando, como una especie de ejercicio.

 

La mayoría de veces no suelo recordar lo que sueño y, cuando me acuerdo, me doy cuenta de que tienen mucho que ver con qué me está preocupando en ese momento ¿Qué importancia le das tú a los sueños? ¿Haces algún tipo de lectura de lo que sueñas?

No suelo darle vueltas al significado, pero sí los escribo cuando son particulares y cuando me dejan sensaciones que se alargan durante la mañana o me vienen inesperadamente durante el día. A veces sueño que estoy en lugares, ya sean paisajes o construcciones, agradables pero extraños y esos sí que los intento recordar para luego dibujarlos. Pero la mayoría de las veces, cuando trabajo con narrativas o escenas más oníricas, en lo que me fijo es en cómo funciona la realidad.

 

 

Tanto tus historias como tus imágenes me parecen muy reflexivas, casi filosóficas ¿Sueles leer algo relacionado con la filosofía y el pensamiento o simplemente son reflexiones y observaciones tuyas?

No, no al menos directamente, pero sí disfruto con las novelas y las películas más o menos introspectivas.

 

¿En qué proyectos estás trabajando ahora mismo?

Estos meses he estado trabajando en fanzines y en proyectos más cortos. Ahora estoy acabando una de estas publicaciones -que se llama Vereda, la estoy haciendo con Hugo Espacio y tendría que estar lista para Libros Mutantes. Y me gustaría empezar un cómic de formato medio ahora en mayo, porque me he dado unos meses de pausa de proyecto largos tras acabar Cenit, pero ya me apetece ponerme otra vez, creo que sobre todo porque me encanta ver las cosas terminadas.

 

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