5 claves del estilo de Twiggy, la primera supermodelo de la historia

28 / 09 / 2020
POR María Leache

Tras convertir su corte de pelo pixie en un icono de los Swinging Sixties, la maniquí ha revelado que en realidad no lo quería así. Aprovechamos esta confesión para analizar su peculiar gusto.

Twiggy con su característico maquillaje y corte de pelo.

Hace unos días, la supermodelo se unía a Jessie Ware y su madre Lenni en su podcast ‘Table Manners with Jessie Ware, donde conversaron sobre su vida y su carrera. Para sorpresa de todos, cuando Jessie le preguntó por el corte pixie que la había convertido en un icono de los años sesenta, Twiggy reveló que, en realidad, no lo quería así. 

Tal y como contaba, la maniquí fue al salón Mayfair de Leonard Lewis únicamente para que le lavasen y arreglasen el cabello. Pero, cuando Leonard la vio, le pidió poder probarle su nuevo corte de pelo y esta era demasiado tímida como para negarse. Al día siguiente, su larga melena castaña, que tanto le había costado dejar crecer, se transformó, al cabo de siete horas, en un pelo muy corto y rubio platino. El fotógrafo de belleza Barry Lategan le tomó una foto que Lewis colocó en el salón y le sirvió para llamar la atención de un periodista, quien le propuso su primera sesión de modelos. Ya sea por su icónico corte de pelo, su excéntrica mirada o su atrevimiento con los accesorios, lo cierto es que Twiggy tiene un estilo inconfundible que transformó el mundo de la moda. Estas son las claves con las que analizamos la imagen de la primera supermodelo de la historia. 

Fotografía de David Newell-Smith vía The Observer.

 

1. Corte de pelo pixie. 

Aunque hayamos descubierto que su origen fue un accidente, sin duda, su corte de pelo pixie ha sido el culpable de convertirla en la primera supermodelo de la historia. Con su larga melena castaña cortada, engominada y teñida de rubio platino a lo garçon, sus rasgos juveniles se acentuaron, consiguiendo una imagen que recordaba a una muñeca. Tal fue el éxito de su corte de pelo que llevó a  bautizarla como embajadora de la firma capilar L’Oréal Professionnel.  

Twiggy cortándose el pelo.

Fotografía Peter Stuart/REX USA vía Everett Collection.

 

2. Protagonismo en lo ojos. 

Si hay algo que llamaba la atención de Twiggy era su mirada. Por aquel entonces, las modelos se maquillaban ellas mismas para las sesiones de fotos y la maniquí dio con la fórmula para convertirse en el centro de todas las miradas. Con un lápiz negro hacía parecer sus ojos mucho más grandes, delineando el pliegue del párpado superior en forma de banana y dibujando las pestañas inferiores para dar la sensación de que iba totalmente cargada de máscara. Algo que aprendió experimentando antes de ir a un club Mod en Harrow los sábados por la noche. Así, a la vez que enmarcaba su mirada a la perfección, le concedía un toque de muñeca moderna. Pronto se comenzaría a llamar ‘twigs’ a esas pestañas dibujadas en la zona inferior del ojo y firmas como Yardkey empezaron a distribuir maquillaje de ojos inspirado en la modelo. 

Fotografía vía Everett Collection.

 

3. Complexión delgada y poca estatura.

Twiggy, con su 40 kilos de peso y su 1,68 de estatura, no encajaba con los cánones de belleza de los años sesenta. A pesar de esto, su complexión demasiado delgada y su poca estatura no la frenaron a la hora de probar suerte y, poco después, ya estaba trabajando como modelo. Su rostro con facciones armónicas le permitió crear un estilo propio durante una época en la que las modelos no gozaban de popularidad y aún eran simples maniquíes. La maniquí abrió camino a la era de top models con nombres como Kate Moss o Audrey Marnay. 

Fotografía Peter Stuart/REX USA vía Everett Collection.

 

4. Estilo sencillo y moderno

El armario de Twiggy estaba formado por prendas básicas a la vez que llamativas para su época. Minifaldas y vestidos cortos en silueta de A protagonizaban la mayoría de sus estilismos. Sus favoritos, los de manga larga con un toque marinero. Aunque también lucía otros tantos en colores vivos y flores que complementaba con zapatos con un pequeño tacón o las clásicas Mary Jane en blanco roto. Además, era muy común verla con prendas unisex, entre las que se incluyen trajes de chaqueta y pantalón y camisas de estilo masculino, así como con elementos militares.  Ambos le conferían cierto aire de androginia que contrastaba con su imagen de muñeca moderna. 

Fotografía Popperfoto vía Getty Images.

Fotografía Mirrorpix vía Everett Collection.

5. Maxi pendientes, a todo color y desparejados 

Si sus looks solían ser bastante minimalistas, Twiggy daba todo el protagonismo a los accesorios. Fue pionera en llevar maxi pendientes de llamativos colores y desparejados entre sí. Una moda que luego se convertiría en icono de la época. Otro de sus complementos favoritos eran la gafas de sol, tal era su apego por ellas que consiguió popularizarlas a todos los niveles. Y si hablamos de sus preferencias en cuanto a accesorios, no podemos olvidar las piezas con detalles en glitter, tanto por el día como por la noche. Una prueba más de que era una mujer libre a la que no le importaba, en absoluto, el qué dirán.

Twiggy con sus característicos maxi pendientes.