¿Qué hay de nuevo? Auges, caídas y olvidos

22 / 07 / 2024

¿Qué hay de nuevo? La columna de Estel Vilaseca

Hace unos días pude ver, por fin, el documental “Auge y caída de John Galliano”, disponible en Filmin. Si te interesa la moda y todavía no lo has visto, no te lo pierdas. Dirigida por Kevin Macdonald, demuestra una clara intención de alejarse de la autocomplacencia habitual en este tipo de producciones y aborda con acierto la complejidad de su protagonista y la industria para la que trabaja. El famosísimo diseñador fue despedido de Dior y cancelado del mundo de la moda tras su graves insultos antisemitas y filonazis en 2011. Sólo tres años después, en octubre de 2014 se anunciaba su vuelta como director creativo de Maison Martin Margiela. El realizador, lejos de minimizar esos hechos, los coloca en el centro del relato, analizando lo que ocurrió desde múltiples ángulos con declaraciones de varios de los protagonistas. Mientras Sidney Toledano, entonces CEO de Dior, perdona a Galliano por las afirmaciones que le costaron su despido, resulta especialmente conmovedor el único testimonio de las víctimas que Macdonald consiguió. Philippe, todavía afectado por la agresión, declara que para él no hay perdón.

 

Si bien Macdonald negaba en mayo con vehemencia tener que ver con las estrategias de blanqueamiento del personaje que circulan desde hace meses por internet, lo cierto es que los rumores de que Galliano regrese a una de las grandes marcas no dejan de crecer. Sin ir más lejos, estos días, en la cuenta de fashion gossips @misstweedoofficial se anunciaba que Galliano no planea renovar su contrato con Margiela cuando acabe en octubre y que sería más que posible que regresara a Dior. Al mismo tiempo apuntaba que Givenchy podría dar, pronto, la bienvenida a Sarah Burton. Si bien parece improbable el regreso de Galliano a Dior – “¿Por qué la gente quiere que Galliano regrese a Dior? Eso no ocurrirá, nunca” exclamaba Hanan Besovic de @ideservecoture en una conversación junto a Odunayo Ojo @fashionroadman – lo que está claro es que el interés por el diseñador se ha disparado en los últimos meses, gracias a sus dos últimos desfiles en Margiela como al estreno del documental el pasado mayo, tal y como confirma Google Trends.

 

Dejando al lado las especulaciones y más allá de la cancelación y perdón a Galliano, que ocupa un papel central en el documental, hay algo que me interesó particularmente: los dos personajes secundarios que lo acompañaron y que participaron en la creación de su universo creativo: Steven Robinson y Amanda Harlech. Robinson, que empezó cosiendo botones cómo becario en el estudio de Galliano en Londres en 1988, estuvo a su lado a lo largo de 19 años hasta, literalmente, el día de su trágica muerte por sobredosis. Este particular Sancho Panza era la persona que, según palabras de Stephen Jones hacía realidad las ideas de John: “fue el gran motor y realizador en Galliano, especialmente en Dior”. Suzy Menkes, en su obituario, escribió que era “el alter ego del diseñador de moda John Galliano”. El propio Galliano explicó entonces, abril de 2007, a WWD que “Steven ha sido mi roca, mi amigo más querido y no alguien destinado a dejarme. Era mi familia”. La periodista Dana Thomas, autora del imprescindible “Dioses y reyes. Ascenso y caída de Alexander McQueen y John Galliano” y una de las grandes ausentes en el documental, ofrece un testimonio más oscuro de Robinson (¿puede que por eso ella fuera cancelada del documental?). En varias ocasiones y a través de testimonios anónimos, lo describe como “manipulador” y “maquiavélico”, haciéndolo responsable de crearle a Galliano una dependencia enfermiza hacia él en la toma de decisiones que, como consecuencia, lo aisló del equipo: “su metodología consistía en ser indispensable para John”.

Como contrapartida, la figura de la consultora Amanda Harlech, que aparece menos contextualizada en el documental pero no por ello deja de ser importante es, según cuenta Dana Thomas en su libro, un personaje “clave, clave, clave”. Aunque en muchas ocasiones se la llama musa, Harlech ha sido mucho más que eso. Galliano se refiere a ella como su “directora creativa”, y Thomas escribe que: “desarrollaba temas y paletas de colores”. Más adelante explica cómo, cuando Galliano desembarca en Givenchy, a ella se la ficha para que colabore “en la inspiración general y la concepción del montaje de sus desfiles”. Esta mujer que se formó en Oxford especializándose en la literatura de Henry James, acompañó a Galliano desde 1985 hasta 1996, momento en el que John fue fichado por Dior y, al no asegurarle él un puesto a su lado en la casa, se vio forzada a buscarse una alternativa. Ésta llegó gracias al editor André Leon Talley que la introdujo en Chanel para trabajar al lado de Karl Lagarfeld, unión que duró hasta la muerte del diseñador alemán. Con una educación refinada, una sensibilidad estética muy desarrollada y vocación de servicio, Harlech se suma a una larga lista de mujeres que a la sombra de grandes diseñadores contribuyeron a enriquecer su universo creativo. Henriette Negrin, socia creativa de Fortuny y co-autora del famoso Delphos. Mitzah Bricard, unas de las mujeres más influyentes en el estudio de Christian Dior. Coqueline Courrèges, co-fundadora de Courrèges y mujer de André Courrèges con el que hicieron dupla creativa toda la vida; Loulou de la Falaise, mano derecha de Yves Saint Lauren y responsable de muchas de las obsesiones estéticas atribuidas al diseñador, además de animarlo a lanzarse al prêt-à-porter. Sería importante no olvidarnos de todas ellas.