Carla Fuentes: Los Conductores

15 / 12 / 2025
POR Eduardo García

La artista Carla Fuentes presenta «Los Conductores» en la Galería Río & Meñaka de Madrid del 18 de diciembre al 24 de enero de 2026

Carla Fuentes es una de las voces más sensibles de la pintura figurativa contemporánea en España. La artista valenciana (que fue portada de #VEIN10) se formó en Bellas Artes y Diseño de Moda, y aunque comenzó su trayectoria como ilustradora, su trabajo ha evolucionado hacia la pintura figurativa. Su obra transforma escenas cotidianas en imágenes cargadas de intimidad, donde el retrato se convierte en un espacio para explorar vínculos, emociones y silencios compartidos.

En Los Conductores, su próxima exposición en la Galería Río & Meñaka, Carla sitúa la acción dentro del automóvil, un espacio íntimo y en movimiento que funciona como escenario emocional. A través de una pintura elegante y precisa, captura momentos de tránsito, espera y memoria, construyendo una narrativa sutil que habla de relaciones, desplazamientos y estados de ánimo. Recuerdos, viajes, amores y relaciones vividas sobre cuatro ruedas.

Hablamos con ella, a tres días de la inauguración:

Tu abuelo José aparece como una especie de mito fundacional en el texto de la expo. ¿En qué momento entendiste que esa anécdota familiar podía convertirse en el motor conceptual de una serie?

De alguna manera u otra los coches siempre han tenido un vínculo nostálgico en mi familia. Es como que recordamos etapas a través de coches que tuvimos o viajes que hicimos en él. Mis abuelos por ambas partes eran muy humildes y el tener coche significó muchas cosas entre ellas prosperidad.  Él se saco el carnet con más de 50 años e imaginármelo cambiándole los parachoques por unos de madera me hace gracia porque es un reflejo de como somos, siempre agregamos o cambiamos las cosas para hacerlas “mejores” o nuestras. Es como un gesto que es muy familiar y a través de esa anécdota e entendido muchas cosas. Los coches para mi significan nostalgia del pasado, de viajes hechos, de lugares ya conquistados. A parte de estéticos también, me apetecía hacerles un homenaje a través de la pintura.

 

 

En Los Conductores hablas del coche como un escenario íntimo, casi cinematográfico. ¿Qué significado tiene ese espacio —cerrado, móvil, transitorio— para ti?

Cuando vives en un pueblo alejado de todo tener coche con 18 años significa todo. Es como si tu vida adulta iniciase de pronto cuando puedes conducir. Para mi fue y sigue siendo una independencia inexplicable. El coche rompe muchas cosas de la infancia o al menos así fue para mi. Mi primer coche fue un micra negro del 2004 que tuve hasta hace poco. He vivido tantas cosas en él que despedirlo fue un drama. Sentía que tenia vida, que era alguien. Lloré muchísimo. Con él se fueron muchas cosas, mis 20, viajes y anécdotas. En esta exposición el coche es tratado literalmente a través de sus formas, plasmado en todos los cuadros, pero también intentando trasladar a cada obra algo de nostalgia y de melancolía. Los retratos no dejan de ser rostros clásicos, pero al estar contextualizados dentro de un coche adquieren otro significado. Trabajar las sombras que se generan en las caras de los personajes y también las formas geométricas en ellos ha sido un reto para mi a nivel profesional.

 

 

Tus obras siempre dialogan con la memoria y lo cotidiano. ¿Qué recuerdos o imágenes fueron los primeros en llegar cuando empezaste a pensar esta exposición?

Me di cuenta que desde que empecé a trabajar y a dedicarme al arte siempre terminaba haciendo un cuadro con un personaje dentro de un coche. Son temas recurrentes a los que de una manera inconsciente voy volviendo. Me gustan también mucho las escenas en el cine que pasan dentro de un coche, las road movies. Los viajes en coche y lo que significan para mi. Me apetecía dedicarles un tiempo y tratar la nostalgia a través de ellos.

 

La nostalgia en tus cuadros nunca es melancólica del todo, tiene algo juguetón, casi pícaro. ¿Cómo trabajas ese equilibrio entre ternura y humor?

Soy de generar escenas simples pero que a la vez hagan reflexionar al espectador. Incomodarlos de alguna manera y que se hagan preguntas. A la vez mis personajes son muy característicos porque busco un tipo de rostro algo caricaturizado. Es una mezcla de inquietud, ternura y humor como tu bien dices.

 

 

Mencionas las geometrías curvilíneas de los coches, y cómo las aislas para encontrar nuevas posibilidades. ¿Cuánto tiempo necesitaste para descubrir estas “bellezas ocultas” de la vida diaria?

Trabajar con óleo implica una manera de pintar muy particular. Es como que terminas relamiendo el pincel sobre el lienzo todo el rato, te invita a generar volúmenes y pinceladas muy sutiles que se acercan al realismo, y me encanta.  Pero echaba de menos pintar como lo hacía cuando empecé, de una manera bruta, imperfecta, sin miedo al error. Con materiales secos. Y para más casualidades de las primeras cosas que empecé a hacer así fueron coches. Quería llevar esa manera de hacer más primitiva a obras más grandes y serias. Trabajadas con óleo también pero sobre otros soportes como el contracolado, que es menos poroso y puedes usar materiales secos como el gráfico o la barra de oleo generando texturas muy interesantes. El pintar coches y formas geométricas también me ha ayudado mucho a salirme de mi cotidianidad. He visto belleza en esto también.

 

Ilustración de archivo de Carla Fuentes (2012)

 

En Madrid los coches cada vez son más neutros, más uniformados. ¿Esta pérdida de color en las calles ha influido en tu decisión de pintar vehículos que parecen venir de otra era emocional?

Ha habido momentos que he pensado que debía de dejar el color a un lado y hacer quizá obra más neutra, menos saturada. Pero claramente estamos perdiendo el color en todo. En la ropa, en los interiores, en las fachadas, en las casas…. Es muy triste ver como todo es gris, blanco, beige, o negro. El uso del color se está perdiendo y es porque el color da miedo. Así que me he negado y he vuelto a usar mucho rojo, amarillo, azules. Colores primarios y saturados. No voy a ser yo, que amo los colores, la que deje de usarlos.

 

Has dicho que cuando despediste tu Micra negro lloraste muchísimo. ¿Crees que los coches funcionan como contenedores afectivos? ¿Pueden guardar versiones pasadas de quienes fuimos?

Si, y puede resultar una chaladura, pero gracias a Tik Tok me he dado cuenta que no soy la única. Tengo una carpeta llena de gente despidiendo a sus viejos coches.

 

 

En la exposición hay viajes, amores, amigos, desconocidos… ¿Qué tipo de historias te gusta capturar cuando pintas a alguien conduciendo? ¿Tu eres más de conducir o de que te lleven?

A mi me encanta conducir. Como en el anuncio de BMW. Coger el coche, poner musica e ir a cualquier lado me da paz. Desde niña soñaba que conducía. Es algo de los Sagitarios que tenemos piernas de caballo y nos gusta correr.

 

 

Si pensamos en el coche como un símbolo generacional: ¿Qué dirías que diferencia la relación que tu generación tuvo con los coches de la que tienen los jóvenes de hoy?

Hay demasiados coches, y mucho de algo es una mierda. Cada vez son más grandes y ocupan más espacio. Ademas de que contaminan las ciudades. Los jovenes están entendiendo los coches como un problema porque lo son. Abusamos demasiado de las herramientas que hemos creado para hacernos la vida más fácil. Y además tener un coche es un lujo que pocos se pueden permitir.

 

 

En la galería Río y Meñaka, Los Conductores convive con un espacio muy particular. ¿Cómo dialogan las obras con el lugar en el que se exponen?  ¿Cambian cuando las ves colgadas ahí?

Cambian mucho y cuando salen del estudio y los veo en paredes limpias y blancas los miro con otros ojos. Los veo de una manera más pura y con menos ruidos. Los consigo ver acabados y les doy el beneplácito de ser un cuadro.

 

Si tuvieras que elegir una sola obra de la exposición como “llave” para entrar en todo el universo de Los Conductores, ¿cuál sería y por qué?

La última que he pintado y la más grande (más de dos metros de ancho), que se títula “Ciegos de estrellas volviendo de Barraca” inspirada por una anécdota de juventud saliendo de una discoteca. Los siguientes los quiero hacer más complejos y más surrealistas, como sueños locos. Ya estoy empezando a pintar la siguiente ronda y tengo ganas porque van a ser muy psicodélicos y divertidos.

 

Después de esta exposición, donde el movimiento y el tránsito son protagonistas, ¿hacia dónde te apetece conducir en este 2026?

Pues poder seguir pintando y haciendo cine, que es lo que más me gusta.

 

«Los Conductores» de Carla Fuentes en la Galería Río & Meñaka de Madrid del 18 de diciembre al 24 de enero de 2026

Imágenes cortesía de Carla Fuentes