Diseñadora de moda y madre de tres niños, así es la vida y el proyecto de Marta Bahillo.
Foto: Adrià Cañameras
Cosmopolita, diseñadora de moda y madre de tres niños. Hablamos con Marta Bahillo sobra Babaà, su marca de moda textil dirigida tanto a los más pequeños de la casa como a los adultos. Además, nos cuenta cómo ha sido su trayectoria en el mundo del diseño, sus años viviendo en el extranjero y lo que supuso para ella la maternidad.
¿Quién es Marta Bahillo? ¿Cómo fueron tus inicios en el mundo de moda?
Soy diseñadora textil y madre de tres niños. Estudié diseño en Dublín y en seguida supe que quería especializarme en diseño de punto, lo que me llevó al mundo de la moda. Probé vestuario y estuve trabajando para varios artistas y firmas de hogar pero fue en Buenos Aires cuando trabajé para una marca muy grande en la que diseñaba gran parte del punto. Ahí decidí que algún día quería tener la mía propia.
De Madrid a Dublín, Argentina y de nuevo vuelta a Madrid. ¿Qué te ha aportado cada uno de los sitios donde has vivido?
Mucho. Me encanta observar la idiosincrasia de cada lugar y eso únicamente se disfruta conviviendo. Cuando fuimos a Argentina no sabíamos cuanto tiempo nos quedaríamos, al final fueron dos años y pude empaparme de su cultura. Me encanta vivir en diferentes lugares. Estoy casada con un irlandés y nuestros hijos van a un cole italiano, así que vivimos otras cultura aunque estemos instalados en Madrid.
¿Qué ha significado la maternidad en tu vida?
Ser mejor mujer. No significa que haya que ser madre para ser mejor mujer, pero para mí así ha sido. Tengo una fuerza que nunca tuve antes. Ahora trabajo para conseguir un estilo de vida para mi familia, este estilo de vida no consiste en mucho dinero, pero sí en cosas bien hechas y en tiempo bien empleado. Si viajamos nos llevamos a los niños, aprenden mucho y saben que no todo son comodidades. Además colaboramos con alguna ONG, como CEAR, donde aprenden sobre los refugiados. La maternidad me ha hecho darle más importancia a estas cosas y nunca relajarme en este aspecto, siempre intentar hacer más y mejor. Hay que educar a la generación que nos sigue y hoy más que nunca esto es fundamental.
Una vez establecidos de nuevo en Madrid formasteis Babaà, una marca dedicada tanto a los niños como a las mamis. ¿Dé donde surgió la idea?
Precisamente de mi trabajo en Buenos Aires. Allí me enamoré de todas la fábricas de Uruguay con las que trabajábamos, del diseño de punto en general, pero esas fábricas donde se cuida tanto el producto fueron clave para mi idea de desarrollar una marca propia.
Me di cuenta de que lo que había estudiado era mucho mejor incluso en el mundo laboral. Me encanta la fábrica, el proceso, la producción, no sólo la parte de diseño. Al regresar de Argentina ya estaba embarazada de Matilda, así que pensé que era un buen momento para comenzar algo propio.
Cuando comencé Babaà pensé en trabajar con mis contactos de Uruguay pero pronto cambié de opinión y decidí buscar las mejores fábricas en España, incluso buscamos en Portugal. La mejor está a las afueras de Barcelona y ahora producimos todo allí, es un orgullo.
Al estar embarazada de Matilda pensé en algo para niños, me parecía menos competitivo y más divertido pero enseguida comencé a hacer también moda para mujer, me encanta. Este invierno hicimos algo de hombre, así podemos tener a la familia Babaà, pero nuestros jerseys también son para gente sin niños, ya que mucha gente joven sin descendencia lleva Babaà.
¿Qué podemos encontrar en Babaà? Por cierto, ¿qué significa el nombre?
Ropa de punto de gran calidad hecha con materiales naturales y todo producido localmente, aquí en España.
El nombre viene de una nana que le solía cantar a Matilda todas las noches ¨Ba Ba Black Sheep¨, por supuesto relacionada con la lana y las ovejas
Por último, tu marido y tú trabajáis juntos para Babaà, ¿qué supone para vuestra familia el estar todos involucrados en la marca?
Supone felicidad y equilibrio. No podría hacerlo sin él, la verdad. Se lo agradezco mucho porque al principio no fue nada fácil. Se lo agradezco a todos realmente. La semana pasada estuvimos cinco días en la fábrica y como tenemos un bebé de tres meses fuimos todos. No te digo que sea fácil pero tiene muchas recompensas. Al volver en el coche les di las gracias a todos muchas veces por una semana genial en la que yo puede sacar mucho trabajo adelante. Todavía esta noche le daba las gracias a Matilda cuando se iba a dormir. Elías me dijo que cuando yo sea vieja él va a seguir yendo a esa fábrica, ¿no esta mal, no? Algo le debe gustar.