Guionista. Directora. Fotógrafa. Chloé Wallace añade el título de escritora a su larga lista de oficios artísticos con los que nos ha enamorado. En #VEINDIGITAL hablamos con ella a propósito de la publicación de ‘Hola, Stranger’ (Lava Editorial, 2023). Una historia que se escribe con el paso de los años y esperamos que siga creciendo con la edad.
Foto cortesía de Chloé Wallace
Si Chloé Wallace presenta algo, allí hay que ir. Su visión personal de la belleza hace de su mundo algo que se comparte en cada trabajo. Madrid, Londres, Nueva York y Los Ángeles son algunas de las ciudades que han estado presentes en su recorrido. Ha escrito para cabeceras como Vogue o Glamour, además de haber realizado su cortometraje, ‘Deseo’, seleccionado en festivales cinematográficos de todo el mundo. Y ‘Un Cuento Perfecto’, la primera serie que ha dirigido y se estrenó de forma global en 2023. Ahora, ‘Hola, stranger’ (Lava, 2023) la encumbra como escritora. A golpe de notas y capturas de pantalla del teléfono móvil realizadas a lo largo de los años en las distintas ciudades donde vive y trabaja, Chloé Wallace reelabora sus distintas experiencias vitales en una serie de ensayos autobiográficos caracterizados por su honestidad y un sentido del humor despojado de artificios y cinismo.
Tu debut en las letras con una ópera prima que nos deja con ganas de más. Has dirigido, fotografiado y trabajado en diversos medios y firmas como colaboradora. ¿Crees que tu mirada estética baña todo lo que tocas? Me es fácil identificarte tras un proyecto. Te sigo de hace tiempo y siento tu toque. ¿Qué crees que puede ser?
Qué bonito que me identifiques, gracias. Me siento vista y qué bonito es sentirse así. Sinceramente, no puedo decirte qué es. No soy tan autoconsciente. Aún no he sido capaz de identificarlo. ¿Tú qué crees que es?
Yo diría que te reconozco por tu alto sentido estético.
Sí, la estética es algo que me importa mucho —de hecho, hay un capítulo en concreto que justo menciona esto—, al final, es una forma de enseñar lo que a mi me parece que es bello. Compartir. ¿Quizá intentar mostrar otro punto de vista en cuanto a la belleza? Compartir que quizá hay otras formas de mirar, de ver, y de entender.
Es un libro tan sincero que me parece algo así como desnudarse. Por ahí dicen que la escritura debe de ser sincera para conectar. Lo eres -escribiendo y por los otros trabajos que te conocemos- y has cautivado a mucha gente con ello. ¿Cómo crees que ha ido cambiando eso conforme has crecido? Los años nos pueden dar paz en algunas ocasiones, pero en muchas otras la implacable sensación de que la vida se nos queda corta, ¿no?
Totalmente. Nunca hay suficiente tiempo para hacer todo lo que queremos, por lo menos para aquellos que entienden que la vida va más allá de nuestra burbuja. Supongo que sobre todo los que somos conscientes del privilegio. Yo creo que siempre he sido transparente, creo que eso nunca ha cambiado. Es lo único constante de mi vida, tengo muy poco filtro. No sé por qué. Quizá ahora soy más cauta con quién comparto esa transparencia o con quién me muestro vulnerable, pero creo que aún estoy aprendiendo. A veces me gustaría ser un poco más opaca por protegerme.
Foto cortesía de Chloé Wallace
Viviste durante mucho tiempo en Estados Unidos. ¿Con qué te quedas de Nueva York? Es una ciudad de contrastes. Una parte del libro se escribe allí.
Justo he soñado esta noche que volvía a Nueva York. Hace un año que no voy y la sensación con la que me quedé en el último viaje fue muy agria. Quizá porque estaba en un momento complicado. Me quedo con la sensación de libertad que me otorgó la ciudad cuando llegué, aunque sea un cierto espejismo —si no estás ganando mucho dinero, es difícil mantener eso de forma constante—. También esa sensación que te da EE.UU. en general de que ‘puedes conseguir cualquier cosa’ está muy latente en Nueva York, en lo creativo sobre todo, y quizá sea mi lado americano, pero es algo que alimenta mi ambición y que me inspira un montón. La ciudad en sí es inspiración interminable.
El libro pasa por Berlín, Madrid y hasta los asientos del AVE. ¿Con qué te quedas de esos sitios de los que hablas? ¿Crees que cada situación y sitio visitado ha contribuido a ser quien eres -personalmente y profesionalmente-?
Me quedo con exactamente eso: lo que aprendí en cada momento, lo que sentía en esa ciudad, en ese lugar. Aparte de contribuir, creo que lo que más hizo fue enseñarme. Quizá algo negativo, quizá algo positivo, pero aquí estoy gracias a esos momentos y esos lugares.
Foto cortesía de Chloé Wallace
Disfrutar de nuestras virtudes y aprender de nuestros defectos es complicadísimo, ¿no crees?
Muy complicado. Pero también lo es ser comprensivo, no juzgarse, no dejar que los defectos te coman. Ser humano es complicadísimo. Jajaja.
Buscarse a una misma es otra cosa complicada. Este manuscrito pretende ser eso. «Estoy tan perdida» es un capítulo ¿Cuándo te perdiste? ¿Puedes decir que te vas encontrando?
Creo que me perdí en el momento en el que nací. O quizá en el momento en el que empecé a ser consciente. Al final, siento que todos estamos —o nos sentimos— perdidos en algún momento de nuestra vida. Yo me siento perdida constantemente, aunque tenga muy claro hacia donde voy, o donde estoy. Quizá porque tengo una meta tan específica o clara, que cuando me siento muy lejos, me siento que no estoy nada encaminada. Y que yo estoy siempre intentando entender qué estoy haciendo, qué siento, por qué reacciono de x forma… Pero sí, gracias a los años, a la terapia, a mis amigas… Cada vez me cuesta menos volver a encontrarme o volver al camino.
Foto cortesía de Chloé Wallace
El bullying. Es un tema importante en ‘Hola, Stranger’. Puede ser muy difícil recordar esa etapa. ¿Cómo la viviste?
Bueno, pues la viví terriblemente, jajaja. A cualquiera que le hagan bullying lo va a vivir de forma complicada. Que te acosen es una mierda, da igual el grado de acoso. Yo me he dado cuenta de que a lo largo de los años me he hecho mucho gaslighting a mí misma: quizá no fue para tanto, quizá lo recuerdo mal, bueno, aquí estoy, estoy viva, estoy bien, estoy feliz… entonces no debió ser tan grave, ¿no? Creo que es una forma de sobrevivir a las preguntas constantes de ¿por qué yo? O simplemente… ¿por qué? O quizá una forma de sentir algo de poder sobre mí misma.
Defines este proyecto como un no-diario. ¿Por qué?
Porque no es un diario real en el que he hecho un ejercicio de escribir todos los días, pero sí es una confesión, y un vistazo para quien lo lea para conocerme muy bien. Al final en un diario, escribes tus secretos, tus miedos, tus pensamientos banales… Y eso he hecho yo con Hola, Stranger, creo. Pero sin ser consciente de que lo estaba haciendo.
Hablas de una ansiedad presente en tu día a día. ¿Crees que ha crecido con los años?
Sí. A veces desaparece, a veces soy capaz de domarla. Creo que está siempre ahí, pero creo que es imposible ser humano hoy en día y no tenerla en cierto grado. Vivimos en un estado de crisis continuo: guerras, crisis climática, genocidios, derechos humanos en peligro, violencia machista, bombardeo de información, comparaciones continuas online, distorsión física, contratos de mierda … Y un largo etcétera. ¿Cómo no vamos a estar ansiosos? Es que me parece lo más normal del mundo.
¿Hacia dónde vas?
Ahora mismo estoy en una furgoneta en Valencia, localizando mi próximo proyecto. Emocionalmente voy en busca del autocuidado. A un lugar más generoso, intentando poner límites, ya no solo a aquello que me hace daño, si no a mí misma. Para cuidarme y no desgastarme —al final creo que la vida va de sentirse lo menos desgastado posible y poder disfrutar de cuando estamos bien: cuando estamos con nuestros amigos, con nuestra familia, cuando conducimos por carreteras bonitas con atardeceres espectaculares—. No sé. Voy hacia donde sea que me quiera llevar la vida, pero con cariño y respeto. Y los próximos meses, pues a disfrutar de Valencia y de Madrid. El próximo año, con suerte, a algún lugar en el que no haya estado aún.
Foto cortesía de Chloé Wallace
Sigue el trabajo de Chloé Wallace en su perfil de Instagram
–