La infinita curiosidad de Laura Weissmahr

31 / 01 / 2025
POR Juan Marti

Hablamos con la celebrada actriz que concluye el viaje que ha supuesto protagonizar “Salve María”, la última película de Mar Coll.

 

Muchas veces se nos olvida que el cine no está solo hecho para entretener; a veces, también está creado para impactar, para hacernos reflexionar e incluso mantenernos en vilo durante toda una noche. Laura Weissmahr es una actriz a la que le interesa hacer este tipo de cine. Ella no se anda con rodeos; quiere darnos un golpe directo en la cara con sus proyectos y sumergirnos en ese pozo oscuro que es el alma humana, plagada de pasiones incontrolables. Por eso, no había nadie mejor que Laura para encabezar la aclamadísima nueva película de Mar Coll, Salve María. En la cinta, una joven madre, impactada por un parricidio, ve cómo sus pensamientos se encaminan hacia direcciones siniestras e inquietantes. El aplauso unánime de la crítica ha hecho que Laura se lleve un Premio Gaudí y una nominación a los Goya como mejor actriz revelación. Porque saltar sin red, lanzarse al abismo, es un acto de fe que merece un gran reconocimiento. Laura ya se ha recuperado de la fiereza del proyecto y está lista para un nuevo y largo viaje hacia la oscuridad.

 

Están siendo unas semanas muy intensas para ti, ¿no crees?

Muchos, pero estoy muy contenta. Lo mejor que me ha podido pasar es que me han dado otro proyecto y ahora estoy ensayando para él. Fue muy guay porque la semana pasada comencé a ensayar y fue como: «Vale, esto es el trabajo, ¿sabes?». Desde julio no había rodado nada, y con toda la promoción y tal, me he sentido súper disociada. Repites las mismas cosas una y otra vez y da la sensación de que la gente te trata de manera algo rara, como si no supieran bien cómo hacerlo. Es como interpretar a un personaje extraño. Pero ahora ya he vuelto al trabajo de verdad, mucho más tranquila, y han salido las nominaciones, ¡y aquí estoy!

 

Tus nominaciones se veían venir, ¿no crees?

Pero me han comido muchísimo la oreja, entonces era como: «Vale, pero si no me dan la nominación, no solo me decepciono yo, sino también a vosotros», ¿sabes? Y yo no sabía si sería capaz de gestionar esa situación.

 

 

¿Cómo te has estado preparando para tanta alfombra roja?

 Yo incluso en la calle creo mis propios personajes, y por eso, en la alfombra roja, hago lo mismo. Es como jugar a un juego que me hace mucha ilusión. Tiene un punto de logística, claro, pero me ayuda mucho a elevar mi ánimo. Es esa sensación que te recorre cuando sales por el barrio con un lookazo que te hace sentir muy, muy guapa y la dueña del lugar. Durante los Premios Gaudí, yo estaba muy tranquila, rodeada de gente que conocía, muchos amigos de la industria. Me hacía mucha ilusión el simple hecho de estar ahí, además fui con mi hermana pequeña. Lo único que me rayaba era el discurso, porque cuando subí a recoger el premio me puse muy nerviosa, no quería que se me olvidara nada ni parecer tonta. Creo que resolví la situación bastante bien.

 

¿Mandas sugerencias a tu estilista cuando vais a elaborar el look?

Tenía muchas referencias en mi móvil, pero se me acaba de romper. Así que le dije que quería dos cosas: la primera, llamar mucho la atención, y la segunda, llevar algo barroco, con un corset o algo así. Me gustó mucho el último desfile que Galliano hizo para Margiela.

 

¿Qué tal gestionas la timidez?

Las personas más extrovertidas también sienten timidez a veces, pero ahí me ayuda mucho el look. Me refiero a lo fashion, a la moda. No se trata de llevar ropa de marca, porque, por otro lado, durante toda mi vida me he vestido con ropa que he encontrado en la basura humana, y aún así siempre he sido la más guapa (risas). Además, en el cine, la ropa es tremendamente importante. Puedes ensayar todo lo que quieras, pero el cincuenta por ciento del trabajo lo hace el vestuario. En Salve María, yo tengo 32 años y mi personaje tiene 33, pero, por mi cara, que es un poco más de niña, parece que tengo menos. Además, es importante cómo se viste el personaje. María tiene un look más moderno, o como lo quieras llamar. Y la directora me decía que, con ese estilo, parecía más pequeña, y de cara también me veía más joven. Entonces, con el vestuario, hicimos un trabajo para darle una actitud distinta. También se trabajó desde la actuación, obviamente, pero gran parte del cambio vino del vestuario, que ayudó a darle un aire más sobrio, más serio, más femenino y más adulto. Porque, al final, asociamos ciertas tendencias y formas de vestir con personalidades más maduras. Yo no me vestiría como María, pero es que ella es escritora. Tampoco queríamos que cayera en los estereotipos de escritora que viste con traje y chaqueta, algo muy masculino. Rompimos con todo eso añadiendo cosas como transparencias o animal print. Así, también dejábamos entrever un poco la peligrosidad del personaje.

 

 

Se nota mucho la evolución del vestuario según avanza la película y sobretodo, en el final.

Ya que mencionas el final de la película, me gustaría que ganara muchos premios para que tenga la visibilidad que se merece, ya que se estrenó durante la semana en la que el temporal «Dana» azotó Valencia, y eso hizo que se resintiera mucho en taquilla. En todas estas galas de premios, mucha gente me felicita, pero no han podido ver la película.

 

Es una película difícil de ver, pero que merece mucho la pena.

Es un thriller, y un thriller tiene que provocar angustia; es una película prácticamente de terror. Estos géneros cinematográficos no son para cualquier momento del día, hay que verlos cuando apetece. Pero eso no quita que quiera que se vea mi trabajo, creo que eso es muy importante. Y sobre todo, porque la ha dirigido una de las mujeres más importantes que hay en el cine español actual: Mar Coll. Trabajar con ella ha sido un sueño.

 

Salve María ha debido de ser una experiencia increíble para ti.

Esta película me ha traído cosas muy bonitas, como hacerla en primer lugar, demostrarme a mí misma que sé hacerlo, hacer un papelazo total. Y todas estas nominaciones, toda la prensa, todo eso es maravilloso. Y sobre todo, parece que me está trayendo más trabajo. Espero que esto se mantenga, porque ningún premio, ni uno solo, te asegura más trabajo. Esa es la clave. Si me va a traer más curro, sería maravilloso.

 

Háblame de cuando terminaste el rodaje de la película.

 o el proceso de casting lo viví muy bien, vale, con nervios absolutos, pero luego también pasó que no solo fue nervios, sino que se alargó muchísimo el proceso porque Mark se enamoró de mí desde el primer casting, pero luego tuve que hacer dos o tres más porque la producción no lo veía claro. Querían apostar por una actriz famosa, ya sabes. Cuando me dieron el papel y llegaron los ensayos, me dio una especie de síndrome del impostor, ya que yo la anticipación la llevo muy mal. Por eso, había días en los que llamaba a mi novio llorando. Todo eso acabó cuando empezamos a rodar. Yo soy una chica que necesita vivir la acción, vivir el momento. El estar ocupada rodando me impidió pensar de manera negativa. Haber hecho esta película me ha hecho sentir por primera vez que lo he hecho bien, me ha brindado una seguridad nueva. Y me estoy agarrando a ella con todas mis fuerzas. Sé que llegarán momentos de agobio, de menos trabajo, pero intento vivir el presente y agradecer todo lo que me está pasando. ¡Eso sí, el curro es importante! ¡Necesito trabajar!

 

 

Totalmente, pero no hay que dejar que algunas cosas nos fastidien el presente. Ahora estás aquí y estas bien.

 Tengo una hermana pequeña que es dos años menor que yo, y es trabajadora social en Suiza. Vive en un ambiente muy distinto, ¿sabes? Ella es creativa a su manera, pero nunca ha estado rodeada de gente creativa ni nada de eso. No entiende mucho de mi mundo, pero nos queremos muchísimo. Y me acuerdo de un verano en el que le decía: «Ay, no sé, es que se van a estrenar muchas pelis, es que no sé cómo va a ir, igual cae en el olvido, no sé qué… es que no me quiero hacer ilusiones, realmente.» Y ella me paró y me dijo: «¿Cómo que no te quieres hacer ilusiones, Laura? O sea, solo con decir que no te quieres hacer ilusiones ya te estás haciendo ilusiones.» Entonces me dio un consejo que me quedó grabado: «Tienes 32 años, y cuando mires atrás, ¿cómo quieres recordar este momento? ¿Quieres recordarlo como un momento en el que no querías hacerte ilusiones o todo lo contrario?” Por eso puedo decirte que he vivido todo esto con muchísima ilusión, elegí tenerla. A veces pienso que tener ilusión no está de moda, que está mal visto. Me gustaría que eso cambiara, la verdad. Estos años han sido los primeros años en los que realmente he podido disfrutar de quien soy. Tu, yo, todos… Somos los protagonistas de nuestras propias películas y solo nosotros podemos decidir cómo queremos vivirla.

 

Tienes mucha razón diciendo que la ilusión parece no estar de moda.

Es que todos tenemos nuestros demonios y nuestras cosas, pero no tenemos que estar todo el día pensando en lo malo. Creo que en el momento en el que me encuentro, merezco tener ilusión, vivir ilusionada. Después de haber volcado tanta oscuridad en este personaje me siento liberada y muy cómoda.

 

¿Y no te apetece hacer un proyecto algo más ligero?

 Me encantaría participar en una película del estilo Toni Erdmann de Marin Ade. Me encanta Sandra Hüller. He de decirte que sigo teniendo ganas de hacer algo muy terrorífico, algo muy puro y psicológico. Estoy ya elaborando algo, muy al estilo Titán de Julia Ducournau.