Patineta Girls Melilla

16 / 12 / 2021
POR Alejandro Castillo y Rocío Madrid

La primera generación de chicas skater en Melilla. 

Noelia, Taranza y Marta

Poseen una energía fresca que rompe con los estereotipos edulcorados de skate y feminismo. Dejan fuera el postureo y la cultura del selfie: ellas patinan por necesidad, porque con este deporte consiguen el desahogo que las libera de sus rutinas, sintiéndose acogidas por la comunidad del skatepark, sin obviar las endorfinas que generan los golpes y el subidón de conseguirse cada truco.

Noelia López

@skate.melilla.girl forma parte de un fenómeno en torno al skate que pega fuerte desde el 2020, motivado entre otros, por la búsqueda de alternativas para divertirse sin salir de la ciudad. Poco que decir de la fuerza y ganas con las que llegan estas chicas que oscilan en edades que comprenden desde los 8 a los 21 años, entre cuyas aspiraciones se encuentran la de ser una gran skater y artista como Alba (2010), destacar en la equitación como Marta (2006) o las ganas de permanecer unidas viéndose en unos años compartiendo piso, como son los deseos de Taranza y Noelia. Y es que si algo hay que subrayar de este fenómeno es el concepto de gremio, uno que no excluye ni discrimina, que encuentra en un pequeño espacio de cemento con rampas, cajones y barandillas el sitio para disfrutar, compartir, aprender y crecer como personas solidarias y valientes.

Todas ellas encuentran su hueco en el skate, independientemente de dónde vengan o de cómo sean. No importa si son sanas y prefieren comer fruta como Elena (2010) o alimentarse a base de chorreantes kebabs como Elena G (2000). Su manera de relacionarse es de especial importancia en momentos donde la sociedad tiende cada vez más a las etiquetas y el aislamiento. Ellas dan una lección al mundo en sus momentos de convivencia durante los recreos 3.0 que pasan en el skatepark, un lugar donde ni el rango de edad ni el oficio suponen un problema: patinan pequeños y mayores, el policía y el camello, el yonki y el deportista en un respeto mutuo gracias a la unión que regala las ganas de manejar el patín. 

Elena Guijarro
Elena Guijarro y Antonio Bouras

Algunas de estas chicas también tienen la aspiración de dedicarse a la enseñanza y es esa enseñanza la más importante, ya sean mejores o peores en la disciplina, aprenden desde niñas que todos somos iguales, más allá de nuestras diferencias como individuos, edad o sexo. Y es que como dijo Jay Adams “No dejas de patinar porque te haces viejo, te haces viejo porque dejas de patinar.» Porque no envejecer no es una cuestión de años, sino de mantener las ganas de aprender.

Lo que queda claro es que si algo estamos  aprendiendo todos los que nos lanzamos a patinar en Melilla, es que el skate está siendo una válvula de escape para una pequeña ciudad fronteriza en estado de bloqueo. El skate consigue hacer que encuentres historias nuevas en un entorno donde sucede siempre lo mismo.

Por Alejandro Castillo y Rocío Madrid