Pilar Pedraza: «necesitamos menos hechiceras y más ingenieras»

12 / 12 / 2023
POR Diana García Kulikova

Hablamos con la autora de Brujas, sapos y aquelarres.

Presentar a Pilar Pedraza no es tarea fácil, porque quizás sea una de las mejores escritoras a nivel nacional y eso lo demuestra la multitud de premios que acumulan sus libros. Pilar Pedraza es doctora en Historia, ha trabajado durante muchos años como profesora en el departamento de Historia del Arte en la Universidad de Valencia, donde también se licenció. Está especializada en distintos temas como eHistoria del Cine, el Barroco, el Renacimiento y la historia de la misoginia. Gracias a Pilar tenemos una traducción de El Sueño de Polífilo de Francesco Colonna. Ha escrito otros ensayos como Espectra. Descenso a las criptas de la literatura y el cine, que ganó el premio Ignotus al mejor libro de ensayo en 2005. Pero en esta entrevista vamos a intentar ceñirnos a la reedición y ampliación de su ensayo Brujas, sapos y aquelarres (Valdemar), por mucho que nos gustase preguntarle sobre otros temas. Las brujas son mujeres que han aparecido también anteriormente en algunas de sus novelas como en La fase del rubí, Paisaje con reptiles o Lobas de Tesalia. Como veis, las cualidades de Pilar hacen que escritora del género del terror se le queden cortos.

Pilar Pedraza por Énkar Neil para Jot Down

Pilar, he oído en distintas ocasiones llamarte “La Reina del Gótico”. No creo que este apelativo disguste, pero me sorprende porque muchos personajes de tus novelas estén ligados a la cultura grecolatina. ¿Qué tiene de especial para ti esta época?

No me considero una especialista en el gótico o el terror, sino una escritora que aborda los temas que le interesan y crea personajes e historias de diversas épocas, como todos los escritores que merecen ese nombre. A la larga, estos calificativos crean confusión y sólo sirven para confundir a los lectores. Por suerte, éstos saben lo que leen y lo que les gusta, y leen a sus autores favoritos, sin dar importancia al género. A mí, quizá porque soy doctora en Historia, me interesan diversos momentos para situar mi narrativa, desde la Antigüedad Clásica, que me apasiona, hasta la actualidad, pasando por la Revolución Francesa. En la trilogía Las Antiguas es donde mejor se aprecia esto. 

Muchos de tus ensayos están repletos de exquisitas referencias cinematográficas y de obras artísticas que analizas, coordinándolo con el tema que tratas, ¿ya tienes pensadas esas obras con anterioridad antes de escribir el ensayo o van apareciendo?

En la narrativa van apareciendo, porque están en mi memoria y en mi universo imaginario. En el ensayo, constituyen el objeto de la obra, ya sean literarios, artísticos o cinematográficos, especialmente estos últimos, ya que he publicado mucho sobre cine, bien sobre películas (Metrópolis, La mujer pantera, etc.), series (Vampiros en las sombras) o cineastas (Fellini, Jean Cocteau, Dario Argento y Agustí Villaronga (sobre quien actualmente tengo un libro en prensa). En Brujas, sapos y aquelarres, el objeto “bruja” está tratado en diversos campos, de lo histórico y mitológico a lo cinematográfico actual. Cuando escribo ficción surgen más o menos espontáneamente mis fetiches artísticos y, si son buenos, se quedan en el texto y pienso que lo enriquecen. ¡Ojalá no me equivoque! 

¿Cuáles han sido y son tus referentes en la escritura? ¿quiénes, quizás, te han inspirado?

A lo largo de mi trayectoria, desde la adolescencia hasta la actualidad, he vivido rodeada de libros y de obras de arte y películas, no sólo de género fantástico, sino clásicas y modernas, de todo tipo y de diversas épocas, desde la cultura griega y romana, que impartí en la Universidad durante varios años, hasta las vanguardias cinematográficas, que enseñé en mi última etapa como docente. La Ilíada, las Metamorfosis de Ovidio o el Satiricón de Petronio comparten mi biblioteca con el realismo y naturalismo francés, el barroco español, el fantástico romántico, el decadentismo y simbolismo de fin del siglo XIX, las vanguardias y el realismo mágico latino. Hay autores que me han influido especialmente como Gustave Flaubert, Gustav Meyrink, Joris-Karl Huysmans, Lautréamont, Franz Kafka, Émile Zola, Ramón María del Valle-Inclán, Sidonie-Gabrielle Colette y todos los grandes escritores del fantástico empezando por Sheridan Le Fanu. La lista es interminable, pero estos son imprescindibles para mí. 

¿Crees que el género de terror es el que mejor describe tus obras?

Para nada. Mi escritura tiende a lo oscuro y siniestro, y a lo fantástico de Todorov, pero es literatura, sin importar el género. Toda ella, naturalmente, está unida por un estilo que los lectores y editores identifican como mío, hable de lo que hable, desde mercados romanos o islas tropicales, hasta damas italianas perversas o funcionarias actuales. 

Muchos de los grandes escritores han escrito género de terror, ¿es el terror un género apartado de la LITERATURA en mayúsculas?

No. No existe literatura en mayúsculas, existe buena, mediocre o mala literatura sin importar el supuesto género. Los clásicos antiguos o contemporáneos no tienen género.

La anterior edición de Brujas, sapos y aquelarres salió en 2014. Muchas personas no hemos podido disfrutar de la obra hasta ahora gracias a la reedición, porque estaba descatalogada y de segunda mano era imposible adquirirlo, porque se llegaba casi a especular con él. Por eso fue genial la noticia de la reedición, pero ¿qué te llevo a querer ampliarlo?

Desde la primera edición ha pasado el tiempo suficiente como para que el objeto de estudio haya crecido, bien porque se ha escrito sobre él en el intervalo, bien por el cambio de modas y el nuevo interés por la figura de la bruja, o bien porque se han producido varias películas interesantes sobre brujería. Había que recoger todo ello para que el libro estuviera al día, en la medida de lo posible.

Nombras a Medea, ¿por qué es tan difícil entenderla? ¿hay que entender a Medea?

Medea es un personaje mítico interesantísimo, del que se suele tener una idea falsa y pobre. Afortunadamente, contamos con la tragedia de Eurípides y películas geniales como la de Lars von Trier y la de Pasolini para comprender a esta figura en toda su complejidad y belleza. Es bárbara (extranjera), es semidiosa, es hechicera y es mujer traicionada. Sacrifica a sus hijos por un motivo plausible, no sólo por celos, sino para que no sean maltratados o eliminados por la princesa Glauce, la nueva esposa de Jasón. 

¿Las brujas tienen un dios o son ellas las diosas? ¿Por qué crea terror y espanto esta figura? Una mujer con atributos poderosos ¿da miedo?

Para los cristianos, el señor de las brujas es Satán, pero las brujas modernas (wiccanas) son ateas o creen en una Gran Madre, y las antiguas son protegidas por la diosa ancestral Hécate. Una mujer con atributos poderosos puede dar miedo, pero es más inteligente aliarse con ella para afrontar los retos de la sociedad, cosa que los cristianos nunca han entendido, aunque sí las culturas orientales y primitivas.

¿El cristianismo también se ha beneficiado de alguna forma con las brujas?

El cristianismo ha procurado matar a todas las que ha podido, tanto los católicos como los protestantes. Centenares de mujeres inocentes, calificadas de brujas, murieron en la hoguera en las plazas de los mercados de Europa en el siglo XVII, y también más tarde en los actuales Estados Unidos por culpa de los colonos puritanos, como sucede en el caso de las brujas de Salem. La Inquisición ha sido el brazo principal de esta persecución y exterminio de mujeres, pero no el único, también el brazo secular, la justicia, ha contribuido históricamente a esta plaga misógina, a la que no ha sido ajena la política, como sucede con Juana de Arco, por ejemplo. 

Uno de los capítulos del libro es sobre la bruja vieja, la vejez, que es todavía un tema que no conseguimos superar. Cada vez los ideales de belleza son más crueles, las cremas antiedad se venden cada vez más e, incluso, a determinadas edades, parece que las mujeres dejamos de interesar. Da igual lo consciente que seas de esto que nos la cuelan, ¿perdemos el tiempo con esto?

El feminismo nunca pierde el tiempo, actúe sobre lo que actúe, especialmente en la política, la reivindicación de la igualdad, la defensa de los derechos civiles de las mujeres o la lucha contra los estereotipos que cosifican o degradan a las personas en razón de su apariencia, edad o género. Lo peligroso, en este sentido, es sucumbir a la indiferencia, la sumisión o el pasotismo. Las mujeres estamos en lucha constante desde la Revolución Francesa y nuestra sedición, no por silenciosa o no violenta, carece de poder. No necesitamos ser brujas ni jugar a serlo, necesitamos menos hechiceras y más ingenieras, menos estrellas y más presidentas. Esa es la clave del libro para quien tenga la paciencia de recorrerlo y extraer su mensaje.

Otro tema que sale en relación con las brujas es el de la seducción, la sensualidad, el desnudo y lo erótico. Se trata, una vez más, de un tema que parece que no superamos: una foto con un pezón femenino todavía crea escándalo, en redes sociales se censuran. Si somos viejas mal, pero si seducimos, también. Los cuadros de Rosaleen Norton o los de Félicien Rops de los que hablas en el libro todavía crean controversia. ¿Seguimos sabiendo seducir o se ha hipersexualizado todo? Y, si se ha hipersexualizado, ¿por qué sigue causando controversia?

Ese no es el tema del libro. En él no se habla de sexualidad, sino de erotismo artístico y del miedo al poder de la mujer, que en determinados periodos históricos ha sido demonizada, transformando su imagen en la seductora femme fatale. En cuanto a las polémicas en las redes sobre determinados asuntos, no suelen tener mucho fuste y conviene no dejarse llevar. Es mejor leer buena literatura y ver buen cine, y después opinar más allá de los tópicos.

El humor es un recurso que usas mucho, así que entiendo que, sobre todo, quieres que la gente disfrute leyendo tus obras, pero si quisieras que la gente se quedase con algo sobre Brujas, sapos y aquelarres ¿qué sería?

Par mí, el humor es un modo de expresar ironía, de distanciar, de hacer que las cosas no sean blancas o negras, y también de divertir. Yo tengo humor dentro y fuera de lo que escribo y me encanta que los lectores disfruten con ello, pero lo que realmente pretendo es divertirme yo misma con ese juguete e instrumento genial que es el lenguaje.

No sé si has pensado en reeditar alguno de tus otros ensayos o tienes un tema en mente para escribir.

Estamos en ello. Próximamente saldrá una monografía sobre el genial cineasta mallorquín Agustí Villaronga, recientemente fallecido, a la que he dedicado mucho esfuerzo y amor y, por lo que respecta a la ficción, me encuentro entretenida con un libro de relatos en la onda de Arcano Trece.

Muchas gracias por vuestro interés por mi trabajo. Espero haberos proporcionado algunas claves de él desde la sinceridad y la pasión por la cultura.