‘Cazando impresiones’: la espontaneidad e intimidad de Sorolla en pequeño formato

04 / 03 / 2019
POR Alba Manuela Aracil

“Apuntes”, “manchas” o “notas de color”. Así llamaba el pintor valenciano a estos bocetos que acabaron valorándose como obras independientes. El Museo Sorolla recopila ahora un total de 227 óleos que el artista pintó desde su etapa de formación hasta su plenitud.

 

Playa de San Sebastián, 1900

 
El Museo Sorolla, que conserva la vivienda y taller originales del pintor, acoge hasta el próximo 29 de septiembre ‘Cazando impresiones’, una exposición que reúne 227 óleos sobre tabla, cartón u otros materiales en pequeño formato. La mayoría de estas obras pertenece a la colección del propio museo, pero 44 de las piezas expuestas forman parte de una colección particular, en su mayoría inéditas.
 

Mar, 1905

 
Durante su trayectoria profesional, Joaquín Sorolla (1863-1923) llegó a pintar alrededor de 2.000 óleos en este formato que bautizó como «apuntes», «manchas» o «notas de color». En ellos recogía de forma instantánea las ideas o impresiones que le provocaban todo aquello que le rodeaba.

Al principio se entendieron como obras inacabadas e íntimas que su autor utilizaba como un simple ejercicio pictórico sin mayor trascendencia o como previo ensayo de algunas de sus composiciones. pero pronto comenzaron a valorarse y se apreció en ellas la libertad creativa del valenciano. A partir de ese momento, esas «impresiones» cobraron una mayor importancia y empezaron a exponerse y cotizarse como muestras de lo más personal y original del pintor.
 

Playa de Biarritz, 1906

 

La muestra recopilada en ‘Cazando impresiones’ realiza un recorrido por la trayectoria del maestro del luminismo desde sus inicios hasta su etapa más desarrollada. En su fase de formación y consolidación (1880-1903), estas piezas de reducido tamaño actuaron como precedentes de obras más elaboradas y reconocidas. No obstante, poco a poco comenzaron a ganar terreno y protagonismo sobre el resto de composiciones, ya que Sorolla decidió utilizarlas como instrumento paralelo a su trabajo habitual. A través de estos pequeños óleos se manifestaba la visión más espontánea del artista.
 

Joaquín, María y Elena Sorolla García, 1897

 

Velas en la Playa de Valencia, 1886-1889

 
Más tarde, durante el transcurso de su etapa de madurez artística (1904-1911), realizó su primera exhibición monográfica en la galería Georges Petit (París, 1906). Allí, hubo una gran representación de sus «notas de color», que se presentaron al público como un reflejo de su afán de experimentación durante aquellos años. Más tarde, en 1909, su carrera estuvo marcada por las exposiciones individuales que tuvieron lugar en varios puntos de Estados Unidos como la Fine Arts Academy de Buffalo y la Copley Society de Boston. Años después, en 1922, expuso en el Art Institute de Chicago y en el City Art Museum de St. Louis. En todas esas exposiciones, Sorolla dio una gran protagonismo a sus «apuntes», que presentó como obras independientes.
 

San Sebastián, 1917-1918

 
En su etapa de plenitud (1912-1919), estuvo trabajando en una serie de murales encargados por la Biblioteca de la Hispanic Society. Esta petición consumía la mayor parte de su tiempo, pero el artista siempre recurría a sus «apuntes» para alejarse de la presión de las exposiciones y relajarse. En los últimos años, recogió en esos pequeños formatos la esencia de los paisajes al aire libre, sobre todo los de las playas de San Sebastián. Cada vez con más soltura y ligereza, reflejaba los rasgos y técnicas que posteriormente trasladaría a sus obras de mayor trascendencia.