Fabio Encinar o cuando la defensa de la libertad es una fiesta

20 / 02 / 2018
POR Anna Pardo

El diseñador madrileño nos sumerge con su nueva colección en el Nueva York de 1969 para reivindicar el fin de los sistemas políticos opresores y abusivos, dándonos pie a celebrar la alegría de vivir.

 

 
Fabio Encinar, de tan sólo 26 años, presenta su última propuesta después de desfilar en el Off de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. En su corta carrera, ha vivido en Londres, Bilbao y Madrid, ciudades que le han otorgado diversos puntos de vista para poder crecer a pasos de gigante en la industria de la moda. Una mezcla de casualidades y duro trabajo han definido, hasta la fecha, su carrera. Su profesión es su gran amor y así lo defiende: «Si el arte es emoción y despertar sentimientos, la moda, en ciertos casos, lo consigue». El madrileño siente debilidad por indagar en universos marginales y oscuros para inspirarse, y así lo ha plasmado en su nueva colección. Moire, sedas salvajes y satén son algunos de los tejidos seleccionados para mostrar la decadencia que nace cuando una época floreciente muere. #VEINDIGITAL habla con Encinar, el diseñadir consigue maravillarnos con su universo creativo y que nos enamoremos de su obra.
 
Encinar es una marca de reciente aparición en el sector de la moda ¿cómo habéis planteado su evolución durante este corto periodo de tiempo?

Todo nace de forma casual. Al terminar los estudios sentí que tenía que hacer algo con mi colección de fin de carrera. Tenía el apoyo de trabajar para otra firma. Así que todo fue por probar y ver qué pasaba. Con el tiempo la cosa se ha ido poniendo más seria. Encinar está empezando a hacerse fuerte como firma.

Fabio, has estudiado en Londres y en Madrid y, además, has trabajado para diseñadores como Ion Fiz, ¿qué puedes contarnos sobre los pasos previos al nacimiento de Encinar?

Londres fue casi una escapatoria. Mi mejor amigo era David Martin, que años más tarde fundó Odda Magazine, y los dos estábamos un poco quemados de Madrid. Yo tenía 18 años y el reto de ir a Saint Martins era una aventura. A los dos nos gustaba. Después vino Madrid y, simultáneamente, Bilbao. Allí trabajé con Ion Fiz 3 años, hasta que un día me llamaron de Ogoza, el grupo responsable de Barbour en España, y me propusieron entrar allí. Contar con el soporte de otro puesto de trabajo ha ayudado mucho a que Encinar pueda nacer y desarrollarse. Toda ayuda se queda corta para una firma que quiere arrancar.

La inspiración es algo esencial para los creadores, ¿de dónde suele proceder la tuya? Puedes contarnos qué revistas y libros lees, qué música sueles escuchar…

Las colecciones de Encinar parten de inspiraciones nuevas cada temporada. Es indiscutible que todas tienen un hilo conductor, una misma estética. Siempre me han apasionado temas muy marginales y oscuros. Me inspira más una historia trágica y real que un final feliz. Cuando dibujo necesito música. En el estudio tengo un tocadiscos que no para de sonar. Desde Sinéad O’Connor hasta Chromatics. Soy un loco de Carlos Saura. Y, aunque suene a tópico, Almodóvar me parece brillante. Soy un madrileño muy enamorado de mi ciudad. Hace unos meses descubrí a Luca Guadagnino a través de un amigo que me hablaba alucinado de su cine, y tenía razón. Ahora todo el mundo está a tope con él por Call me by your name. Pero gracias a este amigo, descubrí su estética y su forma de ver la belleza de cerca. Con la mezcla de estos elementos proviene la inspiración de cada colección. La posguerra española o las maras sudamericanas también me han atrapado mucho. Creo que todo tiene un hilo, un nexo en común, y eso es maravilloso. Tener la capacidad de encontrar belleza en el dolor o en lo cruel que puede ser la vida en un momento dado.

 

 
¿Qué es para ti la moda? ¿Cómo la relacionas con el arte?

La moda es mi forma de ver las cosas y mi única herramienta funcional de enseñar a los demás esa visión. Es una manera de gritar quedándote callado. Hay un eterno debate sobre si la moda es arte o no lo es. Puedo estar horas en el Guggenheim viendo a Rothko y emocionarme sin parpadear. La misma sensación tengo viendo el recopilatorio de la obra de Martin Margiela. La moda me emociona, despierta algo que hace que tenga la necesidad de expresar lo que siento. Es como cuando estás muy enamorado y quieres que todos sepan cuanto quieres a la otra persona. Si el arte es emoción y despertar sentimientos, la moda, en ciertos casos, lo consigue.

¿Cómo definirías Encinar con una palabra?

Libertad.

La moda es un sector muy amplio, lleno de grandes profesionales a los que admirar, ¿tienes algún diseñador o casa de moda fetiche?

Hay muchos. Me fascina Céline, Martin Margiela, Jacquemus y Études. He estado muchos años obsesionado con Acne. Además, me encanta las colecciones que producen Juan Vidal, Marni y Marques’Almeida.

 

 
Nos gustaría hablar de la moda a nivel nacional, ¿qué opinas de la situación del sector en España?

Todo está cambiando, poco a poco, pero en buen camino. Ya no se vive de subvenciones. Creo que todo va marchando en buena dirección gracias a incorporaciones al sector como Charo Izquierdo al frente de la Fashion Week. Ahora todo va a costar un poco más de esfuerzo, pero evoluciona. La necesidad de abrirnos al exterior es un hecho. En eso reside el verdadero éxito comercial, la moda al fin y al cabo es eso, un negocio. Lleno de sueños e ilusiones, pero un negocio.

Alérgenos fue la primera colección completa para mujer, ¿cómo planteaste este reto inicial?

Desarrollé la colección durante el final de la carrera. Fue una forma de escapar de tantos años de contacto con tejidos, trabajos que te piden hacer, órdenes de profesorado… Era una colección blanca, con muchísimas texturas y tejidos diferentes. Como cuando una toile impoluta espera las correcciones, quería trasmitir la emoción que siento al verla perfectamente ensamblada.

La última colección defiende los derechos del colectivo LGTBI a través de un acontecimiento histórico que tuvo lugar en el año 1969 en Nueva York, cuéntanos más sobre el origen del concepto de esta propuesta.

Llevaba tiempo viendo películas de temática reivindicativa en el Nueva York de los 60. La marginalidad y la clandestinidad que rodeaba a toda la sociedad LGTBI me llamó mucho la atención. Posteriormente, descubrí la figura de Marsha P. Johnson y aluciné. Dos transexuales casi anónimas, ahora algo más conocidas gracias a Netflix, como eran Sylvia Rivera y ella misma, se enfrentaron al sistema policial y generaron algo tan explosivo como los disturbios de Stonwall. Buscando más información, encontré otra versión de los hechos en la que el director había creído más conveniente poner como líder de la revuelta a un hombre blanco homosexual. Me pareció absurdo, quisieron contar uno de los hechos más reivindicativos de la historia reciente y lo hicieron siguiendo el gusto estético del público. Así que empecé a ver documentales de la época para profundizar aún más. En YouTube hay miles de reportajes y testimonios. Más tarde, Netflix realizó su propio documental sobre el tema y todo fue rodado. A mí me fascinaba su valentía y sus ganas de libertad. Admiro cómo eran capaces de convertir todo en una fiesta. Ellas veían los desfiles de Saint Laurent y querían recrear ese modelo para ponérselo esa misma noche e ir de fiesta por el Village. Ese es el concepto que quería transmitir: la fiesta de aquellos días. Creaban looks espectaculares con unas cortinas y salían a defender sus libertades sin perder el optimismo y las ganas. Aunque recibían palizas a diario no perdieron su alegría.

 

 
¿Cómo has conectado la inspiración y el concepto inicial con el resultado final de las prendas?

Hemos buscado tejidos del momento, siendo el moire un buen ejemplo. Además, se han bordado mensajes en camisetas, como el mítico Love is not a crime de Marsha. Estos productos están a la venta en el concept store Anclademar. Además, contamos con ilustraciones de Fran G. Beivide. Nos ha gustado la idea de hacer una mezcla entre lo que la época transmitía, el look disco, y lo que las transexuales defendían, su visión del glamour excesivo. La película París is burning ha determinado la estética de la colección. Todo lo que hemos contado se ha intentado ligar con carácter propio de Encinar.

Siguiendo con las características de la propuesta, ¿cuáles han sido los materiales escogidos y las siluetas seleccionadas para esta colección?

Moire, seda salvaje, lúrex, satén, mucha gasa bordada a mano por By Luneville… todo lo que nos transmitía la época. Podemos ver volúmenes imposibles, lo que he considerado ostentoso y casi hortera. Hombros muy marcados como las propuestas de Saint Laurent de los 70, vestidos con volantes inmensos… Hemos huido de la discreción, buscando las ganas de llamar la atención.

Las imágenes tienen una magia especial, ¿cómo desarrollaste la idea de plasmar la esencia de tu colección en fotografías?

Tanto en la pasarela como en el lookbook, que se pueden ver en nuestra página web, apreciamos la imagen del lujo. El mármol, las sillas de bambú, los biombos chinos antiguos… pero todo ello con sábanas y un ambiente polvoriento. Reproduciendo la decadencia consecuencia de una bonita época pasada. En las fotografías que ha realizado Guille Sola, con solo algunas prendas, conseguimos transmitir muy bien mi visión de la historia. Jugando con las sombras y la combinación de piezas.

 

 
Como diseñador joven, ¿cuáles serían tus consejos para todos los creadores que quieran iniciar su propio camino en la industria?

Yo hice las cosas casi sin pensar, por probar, guiado por impulsos. No sé si diría que sigan ese ejemplo. La moda es un mundo muy bonito y gratificante, pero hay que estar preparados para superar obstáculos. No todo es dibujar cuatro prendas bonitas. Hay que saber jugar en el campo de batalla.

Por último, nos gustaría hablar del futuro de Encinar, ¿qué puedes explicarnos de los proyectos que tienes en mente para las próximas temporadas?

Vendemos en un par de plataformas online fuera de España. Además, estamos desarrollando nuestro propio punto de venta a través de internet. Preferimos ser cautos e ir despacio pero seguros de que lo que sale a la luz. Asegurándonos a cada paso de mostrar el estilo y la fuerza que caracteriza a Encinar.

 

 

Modelo: Helena Eguiazabal (UNO Models)

Fotógrafo: Guillermo Sola

 

 

www.fabioencinar.com