La ONU clasifica de «emergencia medioambiental» al fast fashion

02 / 04 / 2018
POR Natalia García

La industria textil es la segunda que más gasto genera de agua a nivel mundial: 2.700 litros son necesarios para producir una camiseta de algodón. A pesar de ello, el 40% de las prendas que compramos, no son usadas y terminan en vertederos.

 

 
El fast fashion representa una clara “emergencia medioambiental”. Así lo ha establecido la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el evento Fashion and the Sustainable Development Goals: What Role for the UN? , en el que se ha puesto a la industria en el punto de mira como uno de los principales problemas medioambientales, debido a los impactos negativos en el entorno y la salud.

Los datos expuestos en este ciclo de ponencias dedicado al sector son claros. Según los participantes en el encuentro, como Olga Algayerova, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa o Birgit Lia Altmann analista de la ONU la industria ha subestimado el impacto que tiene en el desarrollo de nuestro planeta.

El gasto mundial de agua y las emisiones a la atmósfera, el principal problema


Este negocio de $2.5 trillones de dólares es el segundo usuario de agua a nivel mundial, generando el 20% del gasto mundial total. La producción de una camisa de algodón requiere 2.700 litros, la cantidad que una persona bebe en dos años y medio, según ha expuesto Altmann.  El 10% de las emisiones mundiales de dioxido de carbono son emitidas por la industria y el cultivo de algodón es responsable del  uso del 24% de los insecticidas y el 11% de los pesticidas, a pesar de abarcar solo el 3% de la tierra cultivable del mundo. En lo que respecta a los desechos, el 85% de los textiles se envían a vertederos, es decir, 21 mil millones de toneladas al año.

“Está claro que la industria de la moda debe cambiar sus engranajes y ser responsable con el medio ambiente”, ha afirmado Algayerova. Sin embargo, los datos no demuestran solo una amenaza sobre el planeta.  Más allá del impacto ambiental, la industria de la moda está estrechamente vinculada a cuestiones laborales, de género y pobreza. 1 de cada 6 personas en el mundo trabaja en un puesto relacionado con la moda, y el 80% de toda la cadena son mujeres, que realizan un trabajo forzoso y mal remunerado.

Más recursos para prendas menos duraderas


Si bien el impacto de la industria de la moda ya es un hecho hoy en día, es probable que aumente aún más en las próximas décadas. Altmann ha expuesto que a raíz del fast fashion se crean hasta 52 micro-temporadas a lo largo del año y que el consumidor promedio está comprando un 60% más que en el año 2000, pero cada prenda se mantiene menos en el tiempo y el 40% de la ropa adquirida nunca se usa.

En definitiva, según los datos arrojados por la ONU, si la industria no empieza a ser más consciente sobre el problema, el futuro no promete ser muy alentador. Para el año 2030, habrá 5,4 mil millones de personas de clase media, frente a los 3 mil millones que había en 2015. Esto conducirá a una mayor demanda de ropa y otros bienes que definan estilos de vida de ingresos medios. Si el consumo continúa a su ritmo actual, se necesitarán tres veces más recursos naturales para 2050 en comparación con lo que se usaron en el año 2000.