La brisa de la costa atlántica, el agua fría , el refinamiento relajado de las vacaciones de lujo, la suntuosa decadencia veneciana, y el hedonismo de la Costa Azul han inspirado a la casa Chanel a crear una colección de tres fragancias frescas: “Les Eaux de Chanel”
Fotografía de Carlos Moreno
Pensadas para las vacaciones, para viajar, y a las que ahora se une una cuarta, recordando siempre desde París los aristocráticos lugares con mar vinculados a la biografía de Mademosielle. Las dos ciudades francesas Deauville y Biarritz, donde muy joven inició su actividad empresarial antes de abrir en París su definitiva y transcendente casa de costura. Lugar de vacaciones de la élite en la época de la joven Gabrielle, ella toma allí sus primeros baños de sol y hoy sobre todo Biarritz capital del surf, ambas con su estilo de vida más informal, relajado y deportivo, siempre chic, que conectaron muy bien con la idea de Coco de suprimir toda incomodidad e impostura en la moda. La alta sociedad se refugió allí durante la primera guerra mundial y comprendió sus propuestas liberadoras, simples y favorecedoras que la convirtieron a ella en el referente ya no sólo estético sino vital de la nueva mujer moderna.
A la Coco más adulta están dedicadas los otros dos perfumes, a Venecia ciudad en la que descubrió el lujo nostálgico junto al cosmopolita arquitecto y pintor catalán Josep Mª Sert y su mujer la pianista rusa Misia. Pare ella , lugar de duelo y reposo tras la dramática perdida, murió en un accidente de coche, de su gran amor y pieza clave en el inicio de su meteórica carrera, Boy Capel. La última incorporación a esta colección de “Eaux” está dedicada a la zona de la Riviera, lugar de residencia estival de la Coco madura y millonaria. En la web de Chanel, en el apartado “Inside Chanel” varios videos gráfica y visualmente fabulosos muestran material de archivo de todos estos momentos.
Esta serie de fragancias, disponible exclusivamente sólo en las “boutiques”, web y espacios de belleza Chanel, recupera el frasco, único de 125ml, modernizado del icónico Nº5 en su versión “Eau de cologne” de los años cincuenta , muy célebre por la foto en la que sensualmente Marylin Monroe, lo sujeta con la mano, mientras se aplica la colonia. “Paris–Deauville” (cítrico con un toque de albahaca), “París–Biarritz” (floral blanco con mandarina), “París Venise” (con vainilla y otras especias orientales ) y el último lanzamiento, la radiante “París–Riviera” (con naranja y madera de sándalo) son genderless, ligeros, suaves y amorosos, tienen la discreción del lujo , tan moderno, creado por Chanel en sus inicios: intimo, calmado, y por momentos poético.
