Paco Rabanne: 7 curiosidades sobre el maestro del metal y el plástico

18 / 02 / 2018
POR Jaime Martínez

Provocador y rupturista, sus vanguardistas creaciones superaron las tradicionales barreras de la moda al promover la utilización de nuevos materiales como el aluminio, el rhodoïd y el papel.

 

 

Fue la Guerra Civil española la que lo llevó a exiliarse en Francia junto a su madre y sus hermanos – su padre militar fallecía durante la contienda – con tan solo 5 años. Ella, costurera jefe del taller de Cristobal Balenciaga en San Sebastian, le dijo que en la moda podía hacer cualquier cosa, excepto una: “no tienes derecho a estropear la belleza de una mujer”. Consejo que Paco Rabanne (Francisco Rabaneda Cuervo, Pasajes 1934) siguió durante todos los años que pasó dedicados a una labor, hacia la que en un principio no sentía especial inclinación.

Sumándonos a las celebraciones por su cumpleaños este 18 de febrero, recordamos con estas 7 curiosidades a uno de los diseñador más brillante y revolucionario de la historia de la moda. Cuyas contribuciones abrieron el camino hacia la tecnología y la experimentación, que tan bien han sabido seguir desarrollando desde Iris Van Herpen – a quien tuvimos el placer de entrevistar en nuestro Número 10 – a Issey Miyake.

 

1. Ni Francisco ni Paco, llámame Franck.

Esa fue la idea a la que llegó un joven Paco Rabanne de 25 años a la hora de mostrar por primera vez sus diseños. Seis vestidos en forma de boceto que la revista Women’s Wear Daily (WWD) publicaba en 1959 firmados bajo el seudónimo de Franck Rabanne. Nombre que el diseñador no cambiaría por el de Paco hasta seis años más tarde.

Sus coqueteos con la moda empezaron con la venta de diferentes diseños y dibujos, con los que ayudaba a financiar sus estudios de Arquitectura en la École nationale des beaux-arts de París, donde estudió entre 1951 y 1963. Primero fueron esbozos de bolsos y zapatos para Roger Model y Charles Jourdan. Luego diseñó pequeños adornos artesanales y complementos, creativos botones, bordados y piezas de fantasía, que lo convirtieron en proveedor habitual de casas de Alta Costura como Nina Ricci, Givenchy o Balenciaga, junto a quien diseñaría tejidos tan singulares como el del abrigo de plástico y chenilla rosa de Gloria Guiness (1961), actualmente parte de los fondos del Victoria and Albert Museum de Londres.

 

Abrigo de Balenciaga con colaboración de Paco Rabanne y fotografía del diseñador.

 

2. Creador de vestidos “imposibles de llevar” (Unwearable).

Fundó finalmente su firma en torno a 1965, después de crear una exitosa línea de complementos y bisutería en rhodoïd, y de realizar una serie de colaboraciones junto a los estilistas más influyentes del momento, como Michèle Rosier, Christiane Bailly y Emmanuelle Khan.

Figura en imparable ascenso en el mundo de la moda, en 1964 exhibía sus primeros diseños: Twelve Experimental Dresses (Doce vestidos experimentales). Y dos años más tarde, el 1 de febrero de 1966, su primera colección de Alta Costura: Twelve Unwearable Dresses, o “12 vestidos imposibles de llevar fabricados en materiales contemporáneos”. Doce creaciones vanguardistas realizadas en metal y plástico, que desfilaron por los salones del emblemático Hotel George V de París sobre modelos con los pies desnudos y al ritmo de la música experimental de Pierre Boulez, en el que fue el primer desfile con modelos interraciales y ambientado con música. El espectáculo terminó convertido en todo un escándalo, consagrando a Rabanne como el más provocador y rupturista de la nueva oleada de diseñadores. Había nacido, en palabras de Coco Chanel, Rabanne “el metalúrgico”.

 

Fotografías de sus primeros desfiles y diseños.

 

3. Diseñó vestuario para Jane Fonda y Audrey Hepburn.

Además de vestir a actrices como Jane Birkin o Brigitte Bardot, Rabanne participó en la industria del cine diseñando parte del vestuario de Audrey Hepburn en Dos en la carretera (1967), de Stanley Donen. La actriz sustituía para la ocasión sus habituales diseños de Givenchy – su modista de cabecera – por las vanguardistas creaciones de Ken Scott, Michèle Rosier, Foale and Tuffin y Mary Quant, deslumbrando al público con un espectacular vestido metálico de centelleantes placas plateadas elaborado por Rabanne, que ya forma parte de la historia del cine y de la moda.

Aquel mismo año colaboraba con la saga James Bond en Casino Royale (1967), y un año más tarde ayudaba a erigir a Jane Fonda en el símbolo sexual de la década diseñando el vestido verde de Barbarella (1968).

 

Diseños para Audrey Hepburn y Jane Fonda.

 

4. Colaborador y amigo de Dalí.

“Solo hay dos genios en España, yo y Paco Rabanne”, aseveraba un Salvador Dalí que no tardó en incluir al diseñador entre su circulo más próximo de artistas y creadores. Ya en 1966 el Maestro del surrealismo mostraba su intención de que fuera él el responsable de diseñar el vestuario de su nuevo “ballet contemporáneo”.

Ejemplos de estas colaboraciones pueden verse en la película documental narrada por Orson Wells Soft Self-Portrait of Salvador Dali (1969), y en los diferentes proyectos que realizaron junto al fotógrafo suizo Jean Clemmer.

 

Dalí junto a modelos con diseños de Rabanne y fotografías de Jean Clemmer.

 

5. Revolucionando la moda: Costuras sin hilo ni aguja.

Rabanne siempre ha defendido ser un hombre de su tiempo, rechazando – no sin razón – el adjetivo de “futurista” con el que se pretendían encasillar sus creaciones, “Estamos en los años sesenta y yo me inspiro en los sesenta”. Era el tiempo de la revolución sexual, los viajes espaciales y las revueltas estudiantiles, y todo aquel ambiente de inconformismo, juventud y rebeldía es lo que utilizó para romper las tradicionales barreras de la moda. Llegando hasta el límite de idear un sistema de costura en el que aguja e hilo, fueron sustituidos por alicates y enganches metálicos.

Al contrario que el resto de sus coetáneos como Yves Saint Laurent, Courrèges o Pierre Cardin, Rabanne fue el único que se preocupó por buscar nuevos materiales y técnicas con las que construir sus insólitas creaciones. Trajes en rhodoïd, prendas de aluminio y papel, piel tricotada, cuero remachado, encajes moldeados en plástico, vestidos Do it youserlf la moda era entendida por Rabanne como un universo sin límites reservado para la experimentación y la creatividad, no para el revisionismo. Un campo en el que idear diseños tan sorprendentes como el vestido de placas de oro y diamantes engarzados que creó para Françoise Hardy – una de sus musas – en 1968.

 

Françoise Hardy con vestido de oro y diamantes.

 

6. Perfumista: de Calandre a Olympéa.

Con la mayoría de los perfumes que llevan su nombre convertidos en rotundos éxitos de venta, la perfumería ha sido un campo especialmente beneficioso para el diseñador. Paco Rabanne pour Homme, La Nuit, XS, Ultraviolet, One Million, Invictus o Olympéa forman parte de una larga lista de fragancias que comenzaba con Calandre en 1969. Todas fueron creaciones elaboradas “por” o en colaboración “de” la española Puig. Familia de perfumistas, a la que el diseñador vendió la totalidad de su firma en 1987.

 

7. Escritor y ¿profeta?

Siempre controvertido, una de sus facetas que más polémicas han generado ha sido la de su trabajo como escritor y divulgador de profecías. En 1991 salía publicado Trajectoire, el primero de sus más de una decena de libros. Muchos convertidos en auténticos best sellers, en ellos habla de temas que van desde la búsqueda de la satisfacción espiritual, a la proyección extracorpórea y los viajes astrales.

Respecto a sus predicciones, resultó especialmente llamativa la que divulgó en 1999 coincidiendo con el lanzamiento de su libro 1999, le feu du ciel. Pronosticando para el 11 de agosto de aquel mismo año “el fin de una era” y la caída de la estación espacial MIR sobre París. “No soy yo quien lo dice, es Nostradamus”, declaraba al periódico francés La Dépêche du Midi, señalando a su vez que “las profecías no son inevitables”.

 

Jane Birkin y Serge Gainsbourg (1969) y abrigo de cuero remachado (1967).