Manuela Vellés: “hablo de la inestabilidad, de la dificultad de alcanzar el equilibrio”

03 / 10 / 2018
POR Belén Rubiales

La actriz acaba de lanzar su primer disco, ‘Subo Bajo’, un recorrido musical que, a modo de montaña rusa, navega por los diferentes estados de ánimo que se suceden a lo largo de la vida. Así nos lo cuenta.

 

 
Aunque todos conocemos a Manuela Vellés (1987) por su carrera como actriz, la intérprete acaba de aventurarse en un papel que la engrandece aún más como artista, que nos la muestra más pura y más cercana, más íntima: la música. Con tan solo 15 años ya componía sus canciones y asegura que es algo que la ha ido acompañado de una forma u otra a lo largo de estos años. Ahora Manuela conjuga música e interpretación como el binomio perfecto para su vida, y se nutre de la libertad que le proporciona la composición y el poderse dirigir, esta vez como ella misma, a un público que se acrecienta por momentos.

‘Subo Bajo’ es un trabajo que nace directamente, sin tapujos, de la propia vida. Emociones y sentimientos nos llegan en forma de canciones que se adaptan a los estados de ánimos que arropan, dejándonos un repertorio amplio y heterogéneo en el que trabajos íntimos y acústicos se dan la mano con ritmos como el reggae o la rumba. Es un reto –logrado- para Manuela y un auténtico regalo para nuestros oídos; un trabajo que nace para acompañarnos en los momentos altos y bajos propios de nuestra particular existencia.
 
¿Cuándo y cómo empezaste en la música?

La música me ha acompañado siempre. Aprendí a tocar la guitarra con 12 años y a componer canciones con 15.  Siempre ha sido para mí una forma de expresión, de disfrute, de desahogo… Hace unos años me atreví con mi primer concierto y vi que la gente conectaba. Así que por fin me animé a grabar mi primer disco y estoy contentísima con mi proyecto.

A nivel lírico ¿Cuál es el nexo de Subo Bajo? ¿Qué historia cuenta tu primer disco?

El disco es un “subo bajo» de emociones. Cada canción cuenta un estado de ánimo. Algunas canciones son más delicadas, íntimas; otras más gamberras, divertidas… Hay desde una nana hasta un reggae o una rumba. Cuando hablo del Subo Bajo hablo de los altibajos de la vida, de como un mismo día te puedes acostar triste y a la mañana siguiente «amanecer cantando”. De la inestabilidad, la dificultad de alcanzar el equilibrio.
 


 

¿Cuál ha sido el mayor reto al que te has enfrentado al grabarlo? ¿Y la mayor sorpresa?

El reto ha sido sobre todo producirlo yo misma. El mundo de la música era para mí desconocido y tenía muy pocos contactos. He ido conociendo gente, escuchando, aprendiendo…Y también tomando mis propias decisiones. Eligiendo yo misma cada detalle con mimo.

¿Qué otra música te ha inspirado para componer?

Supongo que todo lo que he ido escuchando a lo largo de mi vida me ha inspirado. Desde pequeña he escuchado mucha música española, flamenco, pop, rock, o folk. También me gusta la música latina, artistas mexicanas como Carla Morrison o Natalia Lafourcade, o el grupo colombiano Monsieur Perine. Pero, para escribir canciones, me inspiran muchas cosas, sobre todo la vida.

¿Cómo te enfrentas al proceso de composición? ¿Por dónde sueles empezar?

Siempre cojo la guitarra, empiezo con una melodía e improviso la letra, según me venga a la mente. Luego busco rimas. Algunas canciones salen fácil, en un mismo día. A otras las dejo que reposen y al tiempo las vuelvo a retomar.
 


 

En cuanto a la producción ¿Cómo ha sido la experiencia en el estudio?

No era la primera vez que grababa en un estudio, por suerte. Tenía una idea previa de cómo iba a ser. Además, Mario Patiño y Edgar Beltri, los músicos y productores con los que he trabajado y grabado en su estudio, me ofrecieron la posibilidad de tener un mes entero. Tenía que ser un espacio creativo ya que las canciones venían solo con guitarra y voz, y había que darles a cada una su forma.

¿Te ha parecido extraño que alguien opinara sobre tu composición, tu voz o tu forma de interpretar?

En el momento en que haces público lo que haces, la gente va a tener una opinión. No me parece extraño, me parece conveniente. Solo espero que guste y que conecten con lo que hago.
 


 

¿Qué tiene la música que no tiene la interpretación? 

La música mueve montañas, llega directa al corazón, te acompaña en cualquier parte… Para mí tiene más fuerza, y en mi caso me permite ser libre.

En ‘Bailemos’ podemos disfrutar también del encanto de Adri, de La Pegatina. ¿Cómo surgió esta colaboración y cómo ha sido trabajar con él?

¡Ha sido estupendo! Cuando me ofrecieron la posibilidad de que Adri colaborase me pareció muy divertido. Tener a otro artista en mi disco, verlo cantar mis canciones…Era otra experiencia añadida. Lo he disfrutado mucho.

Ricard López Iglesias ha sido el encargado de expresar con sus ilustraciones la esencia de ‘Subo Bajo’ ¿Qué le ha aportado su trabajo al disco?

Lo busqué por Instagram. Recuerdo ver una ilustración suya y pensar: “Este vivirá en Nueva York o Tokio…” pero de pronto descubrí que vivía en Barcelona. Le escribí alabando su trabajo y congeniamos rapidísimo. Era justo lo que andaba buscando para las ilustraciones de mi disco: dibujos en acuarela, delicados, modernos, sencillos. Era muy importante que transmitiesen lo mismo que las canciones.
 


 

¿Hay gira ya a la vista?

Por ahora este año voy a ir haciendo pequeños conciertos en Barcelona, Zaragoza, Sevilla, Pamplona, Melilla… Iré viendo también fechas que pueda compaginar con mis otros proyectos.

¿En qué proyectos cinematográficos vamos a poder verte este año?

El 18 de Noviembre se estrena la película “Alegría Tristeza”, de Ibon Cormenzana. Narra la historia de un bombero (Roberto Álamo), padre de una niña, que sufre un trauma y se queda sin poder expresar sus emociones. Yo soy la psicóloga que intentará ayudarle a recuperarlas.

Este verano he estado rodando “La Influencia”, de Denis Rovira. Se trata de una película de terror en la que también participan Emma Suárez, Maggie Civantos, Claudia Placer y Alain Hernández. Se estrenará el año que viene.
 


 

Fotografía: Lucía Bailón

Maquillaje: Paula Soroa para Shiseido
Agradecimientos a la sala de conciertos del Café Comercial.