Según la ONU, el 72% de las mujeres perdió su trabajo en junio y la violencia de género aumentó de manera alarmante durante los sucesivos confinamiento.
Mujeres en Chad. Imagen vía: PNUD.
La ONU y su programa para el desarrollo, el PNUD, alertan de que 47 millones de mujeres caerán en la pobreza extrema. Además, dicha organización no prevé que la pobreza disminuya hasta 2030. Si bien 2020 ha dejado un aumento de la pobreza del 9,1%, esta afecta especialmente a mujeres y niñas.
Ello se debe, sobre todo, a la inseguridad laboral que acecha a las mujeres, mucho mayor que en el caso de los hombres, y que se ha visto incrementada por la crisis económica derivada del coronavirus. Las mujeres que han conseguido conservar su trabajo se exponen, además, a unos salarios más bajos. A ello hay que sumar que las mujeres y las niñas son las que se hacen cargo del hogar y de la familia, cuidados que se han hecho más necesarios durante el confinamiento. Si bien las mujeres se han hecho cargo de estos trabajos, ellas no han recibido la misma atención ni siquiera desde el punto de vista sanitario: la desigualdad también se ha hecho palpable desde el punto de vista del acceso a la salud.
Las mujeres no solo salen perjudicadas económicamente de la crisis. También han aumentado las llamadas a los teléfonos de ayuda contra el maltrato, así como el ciberacoso y las agresiones. El confinamiento ha provocado, en definitiva, una violencia mucho más intensa y generalizada. De este modo, la brecha entre hombres y mujeres es mayor que hace tan solo un año. Ante esta situación, la ONU y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo proponen incrementar la protección a las mujeres y las ayudas económicas.
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