The Rosie o valerse de las artes gráficas como arma de empoderamiento femenino

09 / 05 / 2019
POR Alegría Olmeda

Un proyecto de Debi Hasky para el IED Barcelona que pretende reconocer la labor de la mujer en el ámbito cultural y artístico mediante un espacio coworking y un diseño sugerente.

 

Un día Borja Martínez, de Lo Siento Studio, propuso en clase a sus alumnos del IED Barcelona , Escuela Superior de Diseño, el desarrollo de una marca, pero no al uso, sino de una manera un tanto singular: en lugar de buscar la personalidad para la marca, los estudiantes deberían realizar un ejercicio de autoexploración y crearla a partir de sus propios rasgos, opiniones, expectativas, visión del mundo…

 

 

Debi Hasky, estudiante del Título Superior en Graphic Design, Motion Graphics and video no lo dudó y, a partir de su compromiso feminista, y su sentido del humor, propuso The Rosie, un espacio de coworking solo para mujeres y un estudio hecho para descubrir artistas emergentes. “En ese momento, una amiga pintora estaba buscando un estudio y comentamos lo bien que estaría que existiera un tipo de espacio así. Y aunque inicialmente lo concebí como un punto de encuentro artístico, hablando con Borja surgió la idea de convertirlo a través de los mensajes y los elementos visuales en algo más, que buscara una reacción”, nos cuenta Debi. 

 

 

El uso de frases directas en contraste con la paleta de colores suaves o el estilo de ilustración son reflejo de su personalidad, pero también una manera de tratar de acercar su mensaje a todos los públicos, incluso a aquellos inicialmente menos receptivos.

Además de The Rosie, un proyecto académico muy visual, Debi trabaja también ese trasfondo reivindicativo potente en su proyecto de ilustración: imágenes colorful en diferentes formatos en las que la diseñadora no oculta sus inseguridades y nos recuerda el potencial del género femenino desde el humor. Sí, también somos muslonas, ¿y qué?

 

 

 

Las ilustraciones de Debi surgen con la idea de transformar los problemas expresando sus sentimientos. Empezó su trabajo gráfico en su estancia en Panamá. Por el hecho de ser mujer, cada día tenía que someterse a comentarios y situaciones desafortunados, incluso cuando iba al supermercado. “Es sorprendente y bonito recibir mensajes de gente explicándome el impacto positivo que ha tenido mi trabajo. Yo dibujo para expresarme y me encanta comprobar que hay tantas personas ahí fuera compartiendo mi visión y la de muchas otras mujeres. Ese es el feedback que siempre he recibido: una sensación de hermandad, de no sentirse sola en las cosas que vives o sobre las que piensas”, nos comenta.

Y es que el feminismo es, como lo describe la propia Debi en su proyecto, «una hermandad que necesita ser escuchada por cualquier persona de cualquier género».

 

Puedes seguir a @debihasky en Instagram y descubrir cómo materializar tus ideas en www.iedbarcelona.es