Después de desfilar durante tres años consecutivos en la pasarela EGO, el máximo de veces que una firma emergente puede hacerlo, Víctor se encuentra en un punto de inflexión. Con ganas de seguir apostando por su marca Victor Von Schwarz, en parte animado por la respuesta que sus prendas generan, trabaja duro para abrir una tienda en Taiwan en la que poder vender su propia firma junto a otras marcas afines.
Su diseños delicados, que mezclan oscuridad y fantasía, seducen en Asia por sus intrincados acabados artesanales, de los que él se encarga personalmente. Nacido en Sabadell, Víctor, que viene de una familia que ha vivido el declive de la industria textil, ha decidido seguir su instinto a pesar de que en casa nunca entendieron su elección. Con los pies en el suelo, pero sin perder la ilusión, sólo tiene una cosa muy clara, no quiere ser una firma que desfile y no venda nada. Concentrado en la producción de su nueva colección “Narcos y Sirenas”, planea sus próximos pasos. Nos reunimos con él para que comparta con nosotros este momento de cambios.
¿Cuándo decides que quieres ser diseñador de moda?
Yo quería hacer veterinaria, incluso llegué a estudiar el Bachillerato Científico para prepararme para ello. La moda siempre me había gustado; acompañaba a mis amigas a comprar, había sido mi hobby, pero mi familia viene del mundo textil y siempre me metían miedo. Mis padres y hermanos mayores se dedicaban a hacer tejidos. Somos de Sabadell, un lugar con mucha tradición en el textil, y ellos han vivido la caída de este mundo y me metían el miedo. Que no, que no, me repetían. Pero dio la casualidad de que no me llegó la nota para estudiar veterinaria, y mi amiga se apuntó a estudiar moda en la Escola de la Dona y me dijo, ven, apúntate que hay varias asignaturas que están libres, y lo pruebas. Mi amiga a los tres meses lo dejó y yo terminé los cinco años. Después también estudié un año patronaje a ICM.
¿Con qué aprendizaje te quedas de esa época?
Que era algo posible. Porque yo entonces lo veía como algo imposible, como un sueño muy lejano. Al estar ahí empecé a ver que era algo que podría ser un modo de vida. Algo que me apasionaba.
¿Te preocupa hacerte mayor?
Mucho! Acabo de hacer 29 años y me preocupa mucho. Aquí en Barcelona eres joven diseñador con 50 años, pero acabo de cumplir 29 y ya no soy tan joven.
¿Una vez estudiando, qué decían tus padres?
Te tengo que confesar que el primer año fingí que estaba haciendo un ciclo formativo de Citología y Anatomía Patológica. Como no tenía que coser, coló. Pero en el segundo año me descubrieron. Tenía que coser, hacer patrones…y ya me delaté. No se enfadaron, pero habían silencios incómodos. Incluso a día de hoy creo que preferirían que hiciera medicina, o algo así. No entienden como me he podido arriesgar tanto sabiendo lo mal que está el mundo del textil. Pero yo erre que erre. Pero yo veo que muchos amigos están trabajando, y a mi no me ha ido mal, he ido enlazando una cosa, con otra. Justo al salir de la escuela fui finalista en los premios FAD, luego me propusieron participar en la pasarela EGO, hice un EGO por año, el máximo son tres, hice los tres. Y ahora…
¿Y ahora qué?
Ahora voy a hacer colecciones más cortas y centrarme en comercializar Victor Von Schwarz. Quiero ir de visitante a la feria Woman de París, una en la que pueda encajar la firma para ver qué. Porque quiero verlo en persona, la gente me aconseja que vaya, que lo pueda ver.
¿Cómo se gestó la identidad de tu firma?
Significa Victor en Negro, porque al principio todo era muy negro, muy oscuro. Luego lo que he hecho es que todas las temáticas que inspiran mis colecciones tengan un transfondo oscuro. La primera era toda blanca, pero era sobre la dama de las nieves, que los señores que estaban en las montañas la congelaban con la mirada. La segunda, “Asian Perversion”, que habla de la sexualidad “pervertida” de los japoneses; y la última, “Narcos y Sirenas”, las sirenas atacando a los marineros.
¿Siempre hay un punto de fantasía, no?
Si tienes una historia te lo puedes imaginar más facilmente, ves el desfile.
Tus diseños están muy influenciados por Asia. ¿Cómo entra la inspiración asiática en Victor Von Schwarz?
Siempre me han fascinado los asiáticos. A partir de aquí me ha fascinado la cultura asiática, no tanto Japón, más el norte, Corea del Sur, el norte de China, Mongolia…Me fascinan las caras y sobre todo como se mueven. Los ideales de belleza, los estilismos que se montan y como son de distintos. Aunque luego cuando viajas allí te das cuenta que no son tan distintos. Cuando estaba viviendo en Taiwan, a veces me parecía que estaba en Andalucía. Peor a veces, sólo.
¿Cómo es el proceso creativo de las colecciones?
Como hago una al año, las ideas se me acumulan. No se como se me ocurre, a veces es la obsesión que tengo en el momento. Voy acumulando siluetas que me gustan y voy uniendo las ideas. Hay también mucho trabajo en los tejidos, bordados con cristales…lo hago todo yo. Ahora estoy haciendo un vestido para una celebrity.
¿Al final se trata un poco demi-coture, no?
Sí, ahora por ejemplo una clienta me ha pedido un vestido de la colección nueva pero con el bordado de mi primera colección. Y yo lo hago, sobre todo si hacen mixes con cosas mías. La base la envío a coser, pero el bordado lo hago yo.
¿Y de todo el proceso, con que parte disfrutas más?
El principio sobre todo, cuando tienes la idea, estás dibujando.Y también las pruebas de patronaje y cuando empiezas a coser. Luego la parte del final, cuando tienes que acabar de coser, el desfile…ya no me gusta tanto.
¿Tienes referentes?
Josep Font, hice las prácticas con él.
¿Y qué tal la experiencia?
Muy guay. Además era cuando estaba Josep Font, en la fase final. El equipo era muy pequeño y estábamos todos juntos. Los dos primeros meses estuve dibujando y el último mes fui asistente. Genial. Aunque le tenía un poco de miedo, la verdad. Era muy callado, muy amable, pero muy tímido. ¡Y claro, para mi era Josep Font!
Entrevista y fotos extraídas de VEIN MAGAZINE nº4
Créditos
Fotografía por Eskenaziencursiva
Maquillaje y peluquería por Joe Buj
Modelo: Russy Jin (Uno Models)
