Trabajó como niñera hasta que la precariedad le obligó a desprenderse de su cámara. El azar quiso que en 2007 el periodista John Maloof descubriera su trabajo. Hoy Vivian Maier es considerada una de las grandes maestras de la fotografía callejera. Con motivo de la exposición ‘Vivian Maier. Unseen Work’ en Fotografiska New York, exploramos 6 perspectivas valiosas extraídas de su vida y su trabajo.
Nacida en Nueva York y criada en Francia, Vivian Maier (1926-2009) trabajó como niñera durante más de cuatro décadas, tiempo en el que además llevaba consigo una cámara Rolleiflex para capturar la vida cotidiana en las calles de Nueva York y Chicago. Su obra, compuesta por más de 150,000 negativos y rollos de película, se caracteriza por una continua observación del entorno urbano y un marcado interés en los retratos de personas anónimas.
Aunque su talento permaneció en la sombra durante su vida, el descubrimiento de su legado se debe en gran parte al agente inmobiliario John Maloof, quien adquirió una caja de negativos en una subasta por 380 dólares y se embarcó en una obsesiva investigación para desenterrar su obra. El documental ‘Finding Vivian Maier’ (2013) relata esta fascinante búsqueda y el impacto del descubrimiento de su colección de fotografías que documenta la vida cotidiana con una gran sensibilidad artística. Su habilidad para capturar momentos efímeros y su enfoque innovador han llevado a Maier a ser reconocida póstumamente como una de las grandes fotógrafas callejeras.
«No fotografío cosas. Fotografío cómo me hacen sentir.» —Vivian Maier
1. Autorretratos como espejo de autodescubrimiento
Los autorretratos de Maier son un testimonio fascinante de su exploración personal. A menudo utilizando reflejos y juegos de luz, estos autorretratos no solo documentan su presencia en el mundo, sino que también reflejan su búsqueda constante de identidad. La repetición de estos autorretratos a lo largo de su carrera sugiere un esfuerzo por entenderse a sí misma, transformando cada imagen en una pieza de un rompecabezas mayor sobre su propia existencia.
2. Retratos como un encuentro íntimo
Los retratos de Vivian Maier destacan por su capacidad para captar la esencia de las personas. Con una especial simpatía hacia los márgenes de la sociedad, sus imágenes no solo revelan la apariencia de los sujetos fotografiados, también transmiten historias de vida y emociones. A través de su sentido de la empatía, el retrato se convierte en un diálogo íntimo entre la fotógrafa y el fotografiado.
3. El encuadre como una forma de mirar
Su habilidad para captar imágenes con un marcado sentido del encuadre y la composición revela una obsesión por la estética formal. Maier no solo documentaba la realidad; también jugaba con la forma y el equilibrio, ofreciendo un enfoque casi arquitectónico en sus fotografías.
4. Escenas de calle como una ventana a la realidad de su tiempo
Las escenas urbanas de Maier, particularmente de Nueva York y Chicago en los años 50 y 60, son quizás las más populares de su obra. Con un estilo discreto y no invasivo, Maier capturaba la vida diaria sin alterar el flujo natural de los acontecimientos. Sus imágenes de la vida en la calle, desde gestos fugaces hasta momentos de introspección, ofrecen una ventana a la realidad de su tiempo.
5. La infancia en estado puro
La fascinación de Maier por la infancia se refleja en su trabajo como niñera y fotógrafa. Sus imágenes de niños, ya sea en momentos de juego o en retratos más formales, destacan por su empatía. A través de su lente, el mundo infantil cobra una dimensión casi etérea y revela una conexión profunda con su propia experiencia y su visión del mundo.
6. El color
A partir de 1965, Maier cambia de cámara y pasa de una Rolleiflex a una Leica. Comienza entonces a fotografíar en color. Más experimental, sigue capturando lo que sucede en las calles de Nueva York y Chicago, haciendo zoom, retratando instantes fugaces y fragmentados de la vida cotidiana de la gente. En el prólogo del libro ‘Vivian Maier: The Color Work’ (2018), el también fotógrafo Joel Meyerowitz se refiere a ella como «una poeta temprana de la fotografía en color».
‘Vivian Maier. Unseen Work’ en Fotografiska New York estará abierta al público hasta el 29 de septiembre
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