La artista sevillana vuelve con un ejercicio de poder, vulnerabilidad y evolución artística dentro de un álbum que lo cambia todo.
Juicy Bae guarda un secreto, pero lo está gritando a los cuatro vientos. Su nuevo álbum El secreto no es un susurro, sino un statement rotundo: de evolución, de madurez, de fuerza. Una mezcla entre la oscuridad elegante de los violines y la crudeza brillante de un verso que no necesita autotune para cortar como cuchilla. La Juicy Bae, o Juicy Badass, de ahora se aleja del sonido que la hizo reconocible para reencontrarse con algo aún más suyo. Porque, si algo tiene claro, es que no ha venido a replicarse, sino a hacer historia, con taconcitos en el súper o rapeando como una diosa de fuego.
Después de más de dos años de trabajo, El secreto llega para jugar con los extremos y mezclar lo clásico y lo experimental, lo íntimo y lo desbordante. Un disco que no solo suma colaboraciones con nombres como Villano Antillano, La Zowi o Diego 900, sino que también deja espacio para la vulnerabilidad.
Hablamos con Juicy Bae sin filtros sobre lo que le inspira, los secretos que (no) esconde, la moda como campo de juego y sobre su sueño de llenar estadios.
El secreto suena a evolución y a declaración.
Me parece realmente un experimento por mi parte. Me apetecía hacer cosas nuevas, nuevos deliveries y tener más tiempo para crear, ya que me ha llevado más de dos años. También es un súper statement, un antes y un después total respecto a lo que he hecho antes, la verdad.
¿Qué fue lo primero que tuviste claro al empezar a trabajar en este disco?
Que iba a trabajar con más instrumentos. Quería hacerlo todo más orgánico, usar piano, guitarra, violín, ese tipo de cosas. Y también quitarme el autotune; tener menos en algunas canciones o incluso quitarlo por completo en otras. Tenía claro que iba a hacer algo diferente.
Has dicho que este álbum marca un antes y un después. ¿Qué crees que dejas atrás?
Dejo atrás ese sonido tan disruptivo y opto por una cosa más orgánica, más musical. A la vez, siento también que tengo el mismo point of view, aunque compositivamente cambio mucho desde donde estoy componiendo. Y eso se nota en las letras y todo.
¿Qué canción sientes que es el corazón del disco? ¿Por qué?
El corazón… no lo sé. Siento que BITCH identifica mucho el disco. Siento que 69 también, o ÉBANO 01 porque tiene un mix de muchas cosas. Pero no sabría decirte una, la verdad. Hay bastantes contrastes y voy dejando ver facetas de mi persona y de lo que puedo hacer.
Es un disco con muchas colaboraciones, pero que encajan muy bien con tu estilo. ¿Hubo alguna que te sorprendió especialmente en el estudio?
No había pensado en hacer nada con Villano Antillano, pero no porque no me guste, sino porque simplemente no lo había pensado nunca. Con Diego 900 sí, obviamente, y con Juan, pero con Villana nunca había pensado que se iba a dar la oportunidad y me encantó.
Sabía que sería una persona que iba a tener un verso durísimo, con mucha energía. Al final, es una canción que realmente necesita mucha energía en cuanto a delivery, porque es muy cañera. Entonces necesitaba a alguien que pudiera meter algo durísimo y rapeado, y tenía que ser una mujer. Era totalmente perfecta, le venía como anillo al dedo.
Has estado componiendo durante dos años, ¿ha cambiado tu manera de componer desde tus primeros temas hasta hoy?
Cien por cien. Ahora es una cosa bastante más espaciada, siento como que le doy mucho más aire a la canción. No es que fuera algo malo, pero como que las cargaba mucho más de información. A día de hoy busco que tengan más espacio, que tengan unas frases más marcadas, pero que haya mucha información en esas pocas frases. También tengo mucha más autoexigencia en cuanto a no repetirme porque ya he hecho mucha música. Hay que buscar otras herramientas de comunicación, supongo, para decir las cosas de otras maneras.
¿En qué momento supiste que el álbum estaba terminado?
Es muy loco, pero no fue muy pegado a la fecha de drop. La verdad es que esta vez teníamos las cosas súper preparadas casi tres meses antes. La Zowi era la última colaboración que me faltaba, pero el resto lo hice con bastante tiempo. Cuando tenía el máster, ya no cambié nada.
Y hablando de El secreto, ¿hay algún secreto que se haya colado en las letras del disco?
No creo que sea ningún secreto, pero sí que hablo bastante de las redes sociales y como me afectaron muchas críticas que escuché en su momento, sobre todo de mi físico, no de mi música. He hablado de cosas que han pasado en mi vida en otros discos anteriores, y ahora he querido hablar desde otro punto de vista. No he dicho muchas cosas malas. Pero tampoco tengo muchos secretos a desvelar.
Cada proyecto tuyo tiene una estética muy marcada. ¿Cómo trabajas la parte visual de tu música?
Somos un equipo de un montón de gente creativa. Yo tenía bastante clara la estética que quería hacer, mucho más dark, todo mucho más afinado a unos colores concretos… así que hice mi moodboard. Siempre me ha encantado desarrollar conceptos. Después, a partir de ahí, el equipo creativo fue desarrollando porque tienen unos gustos muy parecidos al mío, por eso trabajo con ellos.
En cuanto a ropa, vestimenta y tal, ¿qué es lo que te inspira?
La mayoría de veces visto lo que me da la gana. No sabría decirte cuál es mi estilo, la verdad. Creo que tengo un flow bastante clean. He ido evolucionando y cada vez, supongo que por la edad, intento ir un poco más elegante, pero me gusta mucho el negro, el brillo, las transparencias, las súperposiciones y los pantalones enormes con prendas más pequeñas arriba. Visto a mi flow, bastante yo, diría.
¿Qué papel tiene la moda en tu día a día como artista?
Para mí es literalmente pasármelo bien. No me importa ir a comprar pan en taconcito y me da igual que la gente me mire. Porque, ¿cuándo voy a tener la edad de lucir como una Polly Pocket en el sentido de poder vestir lo que me da la gana?
¿Y te has planteado alguna vez tener tu propia línea de ropa?
Es una pregunta que me hacen mucho y, obviamente, me encantaría. Pero me he dado cuenta de que se necesitan muchos recursos para hacer una marca de ropa si la quieres hacer en condiciones. Es mucho sacrificio, mucho trabajo, y ahora mismo creo que no puedo partirme en dos.
¿Qué crees que aportas tú a la escena urbana española que nadie más hace igual?
Humildemente, muy pocas mujeres están haciendo algo de mi flow. Así que creo que aporto poderío, personalidad, creatividad, show, moda y mucho curro. También creo que lo que yo hago es algo bastante politizado. Es un statement todo el rato que yo esté en diferentes sitios, en diferentes salas, y que yo haga las cosas o me vista como yo quiera.
¿Te sientes parte de una escena o más bien vas por libre?
A veces sí, a veces no. Siento que no participo en muchas cosas en las que hay que participar en la industria para pertenecer. Como esta vaina de sacar música todo el rato y super rápido. Yo trabajo mucho y me gusta sacar música, porque hago mucha música todo el rato, pero no porque quiera alimentar ese flow de fast music. No me interesa. También me abre puertas y me quita puertas. Porque hay cosas que son más pulidas, y mi proyecto, mi flow, son más salvajes.
¿Sigue estando el flamenco presente en tu música?
Todo el rato. En mi persona y en mi artista. Te lo prometo. Cuando canto sin autotune, mi voz es bastante aflamencada. Siempre voy a poner una chispita de mi cultura y el flamenco en todo lo que haga.
Hace unos días ya desde que el álbum vió la luz, ¿cómo ha sido el feedback que has recibido?
Es un poco pronto todavía, pero creo que muy bien. Creo que es el mejor lanzamiento que he hecho de mi carrera, sinceramente.
¿Y es algo que te preocupe cuando lanzas un álbum?
Me preocupo porque guste. No me preocupo porque haya una cifra concreta. A todo el mundo le gusta que vaya bien su proyecto, pero me preocupo de que la peña lo haya sentido. Además, en El secreto, hay muchas cosas para muchos tipos de público. Pero yo hago lo que a mí me gusta y lo comparto. Si la gente lo abraza, estupendo. Y creo que lo está haciendo por todos los mensajes que recibo.
Y por si fuera poco, también empiezas la gira después del verano. ¿Qué es lo que esperas de ella?
No lo sé. Sé que va a ser lo más loco que he hecho nunca, porque todo va mejorando en el sentido de subir escaloncitos en todos los aspectos. Entonces, por lógica, tengo que ir mejor, ¿no? Va a ser muy divertido, muy épico. También estamos viendo ahora países de Latinoamérica, que ojalá se gestione pronto.
¿Hacia dónde crees que te diriges ahora? ¿Cuál es tu siguiente meta?
Me gustaría ser mucho más internacional. Aunque me dan igual los números, al mismo tiempo no me dan igual. Me haría ilusión poder llenar algo grande algún día, aquí o en Argentina, pero me gustaría hacer un buen concierto. La energía que recibes de público de 20.000 personas o más… Nunca he experimentado eso fuera de un festival.
Y los festivales siempre tienen una energía diferente, ¿verdad?
Sí. Algunos festivales son increíbles y otros una vaina muy rara, la verdad. El Sónar para mí fue una vaina rarísima, no sé cómo será dentro de un tiempo si vuelvo a tocar allí, pero en ese momento el público y todo fueron muy raros. Y a lo mejor les encantó, pero no me aplaudían ni nada. Fue muy raro, te lo juro.
¿Qué le dirías a la Juicy de hace cinco años?
Calma, tranquila, no te rindas. No pares. Porque a veces tenía muchas ganas de tirar la toalla y veía las cosas de una forma que no tenía que verla. Siento que le he dado muchas vueltas a tortilla en el sentido de que tengo mucha más tranquilidad ahora.
Para acabar, ¿qué consejo darías a alguien que esté empezando en esta industria en España?
Nunca te dejes influenciar, acepta críticas y consejos de personas que consideres que tienen buen gusto o una visión que a ti te llama la atención. Pero tienes que ser tú misma, ponerte lo que te dé la gana, ponerte el pelo como te dé la gana, aunque sea una puta locura. Si es lo que tiene que ser, al final va a pegar y mucha gente lo va a entender. La gente arropará tu proyecto.