Ella lo llamó gozo: cuatro poemas de mujeres queer

11 / 11 / 2025
POR Marisa Fatás

El deseo como raíz, la palabra como cuerpo. Cuatro poemas seleccionados de ‘Ella lo llamó gozo. Una antología poética de mujeres queer’.

“Como un árbol en mitad del bosque, he seguido el rastro de las raíces que me conectan y unen a otras poetas.” Con estas palabras, Juana Marín Madrid presenta Ella lo llamó gozo. Una antología poética de mujeres queer’  (Lastura Ediciones, 2025), libro en el que reúne las voces de mujeres queer desde la diversidad de identidades, cuerpos y lenguas.

El título proviene de un verso de Cantigas de amiga, libro que la propia Marín escribió a lo largo de veinticinco años y que enlaza con esta antología a través de una misma raíz de deseo, ternura y rebeldía. En sus páginas, las autoras comparten poemas que exploran lo afectivo y lo sexual desde la diversidad, haciendo de la escritura una forma de afirmación y resistencia. En #VEINDIGITAL compartimos una selección de cuatro poemas que trazan un mapa del deseo y sus contradicciones.

Ana Patricia Moya

DE CÓMO MI VIDA AMOROSA ES PEOR QUE UN CULEBRÓN DE MITOLOGÍA CLÁSICA (MINISERIE DE TRES CAPÍTULOS PERFECTAMENTE OLVIDABLES Y DE ÚNICA TEMPORADA)

(1)
Principio (Episodio Piloto)

Por la hermosa Helena de Troya dos naciones entraron en [guerra
pero, cariño, yo no soy como (el lerdo de) Paris,
y por ti no estoy dispuesta a malgastar mis puntos Alsa
[acumulados
en billetes baratos de autobús para abordarte en tu costa,
no confundas, no tergiverses: no es cobardía ni pereza,
tus batallas, tus cadáveres, tus (mil) derrotas, tus (cero)
[victorias
–sin olvidar tus insufribles letanías del “ahora sí, ahora no”–
te pertenecen sólo a ti
yo ya tengo suficiente con arrastrar mis muertos
por los lodos de la soledad más despiadada.

(2)
Nudo (trama más o menos interesante)

Como una ofrenda con forma de caballo gigante atravesaste las
[murallas
se agrietó mi voluntad y tú penetraste
sigilosa, soberbia, confiada
pero sin nada en el interior

¿cómo voy a temer esta ridícula invasión tuya, cariño,
cómo vas a dañarme si la única arma que posees
la has ocultado en un cofre antes de partir al
[frente?

—sí, me refiero a ese corazón bajo mil candados:
no vaya a ser que te lo arruines con la misma
[honestidad
con la que yo me he curtido en mil contiendas—

¿cómo voy a reclamar un tesoro tan hueco como tu pecho?

Y aunque no supieras una amenaza, le prendí fuego al regalo
—por si acaso, porque ya se sabe: bicho malo nunca muere

y sí, te recuperaste muy pronto de las heridas,
no fue un milagro
quien no se expone con todo lo
[que tiene
no sufre,
no merece medallas,

porque sólo mis luchas son
[auténticas.

(3)
Desenlace (final de mierda)

No, tú no eres como la ingenua de Helena
—preciosa por fuera, podrida por dentro—
ni tampoco como el intrépido Héctor
—el que se arrojó sin pensarlo a las tropas enemigas
para defender al inútil de su hermano,
sí, el mismo que se sacrificó por su patria—

yo te identifico más como el célebre Aquiles,
arrogante, insoportable, presumido
un chulo de manual
pero con unos talones delicadísimos que tiemblan
—y sangran—
nada más resonar la palabra “amor”

no te equivoques:
no estás preparada ni para la guerra ni para la paz

refúgiate entre los fosos de los confines del Hades,
[maldita impostora,

ahórrame otra cara terapia del psicólogo.

Ana Martín Puigpelat

LIEBE IST EIN HUND

De Meri apenas conocemos nada.

A saber:
Contiene tanta luz entre sus labios
que resulta imposible su sonrisa.
Camina con el amor olisqueando sus talones
y ella cree que es un perro.
La oscuridad de la luna le entretiene el cabello por el humo,
su cabello de almizcle,
sus labios paul celan,
porque su voz…
  su voz como diamante o marimba,
  azul celeste,
  su voz como anatomía del sueño,
  sus manos horizonte,
  hipnotismo o la historia del arte,
  sus hombros encogidos por el frío,
  su cuerpo recogido en un abrazo…
Conserva aún un gesto de la infancia
que le levanta las cejas y el sentido
y seduce a la gana de los besos.
Trabaja mucho, palabras como arma o material,
maldormir, andar, trabaja mucho, se expone
y sobresale.
A veces parecería travesura su forma de pasar
  como si nada
y mueve en el aroma indiferente
el breve latido enamorado de las rosas.

Apenas sabemos más
aunque la palabra sigue su rastro, penitente,
lamiendo la equivalencia.

Lola L. Cózar

A falta de pan,
buenas son todas,
huevos rotos,
tortillas,
clara yema
en el dedo que te chupas,
corazón.

Oh presión,
señálale,
ponle una marca que la distinga entera.

Oh presión,
ahí, justo ahí,
al final de la línea que divide,
en el punto exacto donde queda la marca.

A falta de pan,
se habla de tu hambre,
de la pose que paseas con descuido,
gallina sola,
sola y tu amiga,
gallina igual.

Oh presión,
clara yema
en el dedo que te chupas,
corazón.

Aída González Rossi

SOFÍA Y YO somos dios*
reescritura del poema ‘Antonio es Dios’ de César Moro

SOFÍA Y YO somos dios. SOFÍA Y YO le arrancamos pelos al sol para tejernos dos mantas y desechar una siempre aunque sea de sol y de su vello escaso tener un cuerpo único preferimos siempre preferimos nuestros dedos perdón. SOFÍA Y YO cuidamos del mundo m&m’s. SOFÍA Y YO entendemos caer la lluvia. SOFÍA Y YO ponemos todas las palabras en su sitio. SOFÍA Y YO somos nuestro propio origen. SOFÍA Y YO tenemos sexos apilables. SOFÍA Y YO vamos a crear una granja cooperativa en strawberry valley. SOFÍA Y YO es el nombre genérico de los cuerpos. SOFÍA Y YO somos un bosque entero en el que la única sombra la provocan las uñas acartonadas de los muertos. SOFÍA Y YO hicimos un pacto: dormir de más cuando no hay nada más hermoso. SOFÍA Y YO formamos la hierba y las colinas. SOFÍA Y YO somos el nacimiento de las hojas y el movimiento en el que el día pica más. SOFÍA Y YO somos dos términos opuestos significando lo mismo sacándose las lenguas con las ventosas de las lenguas escarbando en los azulejos del piso para ver si encontramos qué? SOFÍA Y YO somos el delta. SOFÍA Y YO somos un segundo y único paisaje nuestro natal. SOFÍA Y YO somos lo que de adolescentes delante del ordenador zumbido zumbido tanto deseamos. SOFÍA Y YO somos todo aquello que desconocimos. SOFÍA Y YO nos escupimos dentro. SOFÍA Y YO lo hacemos para verbalizar. SOFÍA Y YO nacemos de las dos y media de la tarde. SOFÍA Y YO veneramos la brisa. SOFÍA Y YO somos más bellas que la belleza posible antes de que sofía y yo aprendiéramos a hablar. SOFÍA Y YO hablamos siete veces más que otras personas. SOFÍA Y YO cómo es posible con los astros que somos que no ocupemos ni siquiera una parcela de toda la historia de la humedad del mundo. SOFÍA Y YO sobrepasamos en majestad el espectáculo grandioso de la poesía. SOFÍA Y YO somos todas las nosotras a la vez para ellas esta gran justicia nuestra. SOFÍA Y YO crecemos alrededor de sofía y yo.

Esta es solo una muestra. En Ella lo llamó gozo, cada autora añade una forma distinta de nombrar el deseo y la resistencia: Gloria Fuertes, Marta Vusquets, Aurora Camero, Sofía Crespo Madrid, Gloria Fortún, Eva Gallud, Aida González Rossi, Lola L. Cózar, Juana Marín Madrid, Ana Martín Puigpelat, Sònia Moll, Ana Patricia Moya, Andrea Nunes Brións y Sofía Ugena-Sancho.

#VEINPOETRY

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