Más allá de los materiales, la poesía es el hilo conductor que formula los distintos materiales y colores en sus piezas, brotadas en un presente distópico para el alivio de nuestra imaginación.
Ariadna Chez (Zamora 1992) trabaja con arcillas poliméricas, resinas, látex… generando elementos para adornar los oasis de la distopía. Ariadna se nutrió desde pequeña de la poesía y esa base atómica puesta en la escritura, es el hilo conductor que entrelaza los distintos materiales en sus piezas. Se denomina cazadora – recolectora, y de sus expediciones consigue sacar los elementos completar sus obras. Seguir el trazo, un libro, que comenzó a escribir en 2020, se nutre de lo que consiguió recoger en su viaje a Japón, en el que fue tras la búsqueda de una de sus protagonistas, una pintora japonesa que no sabe si sigue viva o no ♥
No es cerámica y la paleta de colores que consigues como en “Rave Bacanal” es increíble ¿Cómo se consigue un jarrón con esa explosión de forma y color?
Todas mis piezas escultóricas, también los jarrones, ponen en juego materiales muy diversos. Esa paleta en concreto son arcillas poliméricas, resinas, pintura acrílica aplicada con aerógrafo y láminas de transfer metalizadas. Aunque creo que la explosión surge de la emoción más que de los materiales.
Te defines como “autora de tipo cazadora-recolectora*. ¿Cómo trabajan y acechan autoras con este doble carácter?
Con entusiasmo. El trabajo es conseguir que el mundo te afecte y te cambie sin destruirte del todo por el camino, creo que es dejarle a la vida esa libertad a que se redefina cada día. Son las ideas que nos acechan, en realidad.
No hace mucho estuviste por Japón. ¿Qué tal la experiencia? ¿Algo que te inspirase más de lo normal?
Me preguntabas antes por explosiones, esta fue una grande. Empecé a organizar este viaje hace más de 7 años, asi que tenía mucho miedo de ir y sentirme defraudada.
El viaje era necesario para trabajar en la parte final de Seguir el trazo, un libro, aún sin publicar, que comencé a escribir en 2020. En él, narro desde la espera y el recuerdo, transito la idealización de un amante que no es una persona sino una isla y me pregunto por una pintora japonesa que no sé si sigue viva. Una de las cosas que hice en Japón fue ir a buscarla. Mientras la buscaba grababa imágenes y sonidos para una pieza que será el desenlace audiovisual del libro.
También hace poco realizaste una colaboración con John Talabot, ¿cómo fue?
Trabajar con Uri está siendo una experiencia maravillosa. Admiro su música desde la adolescencia, asi que imagina la cara que se me quedó cuando me ofreció trabajar con él. Es un álbum para su aka Koraal, el proceso está siendo lento, no tenemos prisa, su proceso creativo y el mío se han ido interconectando. No es ‘te paso los tracks y me envias opciones’ sino más bien ir ambos probando cosas y compartirlas, su proceso me cambia las ideas y viceversa. Además me ha dado libertad para escribir los títulos de los tracks, que es algo que me permite pensar no solo en imágenes sino también a través de la escritura. Hace poco fui unos días a Barcelona, mientras él producía yo pintaba y un amigo, Pablo Curto, hacía fotos del proceso. Hacer las cosas con tanta dedicación y tiempo es algo raro en este mundo turbocapitalista asi que estoy muy agradecida.
Has manejado distintas técnicas y formatos, ¿pero hay alguno que sientas más tuyo? Que sea tu medio más completo.
No siento nada más ‘mío’ porque me cuesta ver los límites y también la necesidad de elegir. Creo que cada idea encuentra su forma de expresarse, una persona enfadada grita con palabras horribles y otra sin embargo llora sin poder articular palabra. Sienten lo mismo, pero les dan un cauce opuesto a sus emociones, creo que las ideas son como las emociones, algo autónomo. Por otro lado, no me imagino nada más completo que el hecho de escribir. Hay algo tangible y poderoso en la pintura y la escultura, tanto en su ejecución como en la experiencia de la obra, pero me conmueve la sencillez del acto de escribir por encima de todo.
¿Con qué proyecto/s andas ahora?
Ahora mismo estoy buscando une editore para Seguir el trazo a la vez que editando la pieza audiovisual que grabé en Japón. También estoy escribiendo una novela, voy muy lenta porque es sobre un tema doloroso y personal que aún no tengo encajado, pero en verano y otoño espero poder encontrar un poco de estabilidad y encerrarme con ella.
¿Hay alguna poesía que siempre te venga a la cabeza, o la letra de alguna canción?
Una cita de María Zambrano de su libro Hacia un saber sobre el alma.
«Quizá sólo el amor lejano, no gozado, inasequible, sea el único que salve, aquel del que aun siendo real, pueda decirse: Es verdad –mas fue tan mentira– que sigue siendo imposible siempre».
Qué sería lo próximo que te encantaría hacer o un sueño que estés ahí a puntito de cumplir.
Aprender a soplar vidrio.
Alguna trampa que siempre funcione…
Colocar una escultura en la trayectoria hacia el baño de tu casa-taller antes de ir a dormir.
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Texto y fotos de Rocío Madrid