‘COMPRO ORO’, un diálogo entre el yo y el mundo escrito por Violeta Niebla

31 / 07 / 2020
POR María Leache

Hablamos con la escritora sobre su segundo poemario, cuya atmósfera rodea el antes y el después de entrar en una casa de empeños.

Tras su debut poético en 2015 con ‘No serás mi baby’, Violeta Niebla estrenaba el mes pasado ‘COMPRO ORO’, un segundo poemario con el que la escritora y artista multidisciplinar plantea un diálogo entre el yo y el mundo. Y es que, partiendo de la contradicción entre el dinero y la ética, la autora aborda una semántica que nace de lo particular, de la familia, de lo privado y de la mirada sobre lo esencial.

Editado por Letraversal, “Este libro es como mi abuela pensaba que era yo: bueno y honrado, pero con la sospecha de algo más. A medida que cumplimos años nuestros recuerdos se deforman y se completan con nuevos recuerdos, pero parece el mundo. Este libro no se lee, se entierra en el pecho. Y si tiene malicia, yo no se la recuerdo”, apunta en el epílogo de Jorge Cascante. Con él, Niebla prueba la madurez que le ha otorgado una carrera profesional dividida entre la fotografía, la poesía y el teatro. Una trayectoria que le ha servido para participar y co-dirigir diferentes galas y festivales, como el Festival Internacional de Poesía de Málaga Irreconciliables, así como para disfrutar diversas becas de creación y residencias artísticas tanto a nivel nacional como internacional. 

Hablamos con su autora para conocer todos los detalles sobre el proceso creativo de ‘COMPRO ORO’, cómo es su carrera profesional y nuevos proyectos que la artista tiene en mente.

El título evoca la poderosa idea del capitalismo, entendiendo “comprar oro” como un signo del mundo contemporáneo con el que sobrevivir (o enriquecerse), ¿qué ha motivado esta elección? 

El letrero que puedes encontrar en cualquier ciudad del país me llamaba desde hacía tiempo. Uno de los poemas se titula «Mi primera vez en una casa de empeños”, aunque el poema lo escribí algún tiempo después de decidir el título del libro, digamos que la atmósfera del libro rodea el antes y el después de entrar en uno de estos establecimientos. 

Muchos de los poemas hacen referencia a momentos familiares, teniendo especial importancia la figura de la abuela, ¿qué es lo más complicado al escribir sobre esa cotidianidad tan íntima y personal? ¿Y lo más bonito? 

Escribir el libro ha supuesto un encuentro con mi abuela. Hay gente que visita los cementerios para hablar con los seres queridos que han perdido y yo he optado por esta vía de escape para hablar con ella, contarle mis cosas y reflexionar sobre algunas situaciones complicadas.  

‘COMPRO ORO’ es tu segundo libro de poemas, ¿cómo ha sido el proceso de escritura? ¿qué diferencias ha habido con respecto al anterior? 

En el libro anterior apenas tenía guías, me imagino con una venda en los ojos y un palo buscando la piñata donde saliera el poema. De hecho, los poemas de ‘No serás mi baby’ (Kriller71, 2015) son muy breves, como esos caramelos desparramados por el suelo y concentrados en un libro, tiene esa inocencia y por eso me gusta. Quizá la diferencia esencial entre un libro y otro es la consciencia y el entorno. Cuando escribía los poemas del anterior no sabía que iban a desembocar en un libro. Desde el tercer o cuarto poema de ‘COMPRO ORO’ sí que supe que iban en una dirección. También el compartir con mis compañeras poetas el proceso y trabajar la estructura. Creo que se nota una madurez y una «pérdida de la ingenuidad» como digo en uno de los poemas. Hay mucho que agradecer a mi entorno poético. 

¿Cuál y por qué es tu poema favorito? 

Difícil. Quizá mis favoritos son los que todavía están un poco encriptados y sé que necesitan explicación pero no quiero darla. Los que tienen un poco de mi yo de veinte años. Hablo de «Cuadro», «Mapamundi» o «Improvisando». 

¿Cómo definirías el epílogo firmado por Jorge Cascante en ‘COMPRO ORO’? 

Como un match de Tinder (que no uso, por cierto, pero es una fantasía). 

Tu carrera profesional está dividida entre la fotografía, la poesía y el teatro, ¿es difícil mantener la sintonía entre las diferentes partes? 

Materializar la poesía es la parte más lenta porque trabajo mucho en torno a la poesía pero me siento poco a escribir. La fotografía es algo inevitable que va unido a la mirada poética (aunque así escrito me suena cursi y fatal pero algo así). Y el teatro es la parte más de cabeza que tengo, como que lo otro es más emocional y esto lo vivo de forma más pragmática. 

Además, un aspecto destacable de tu trayectoria es la co-dirección y participación en diferentes galas y festivales, ¿cuál ha sido el proyecto con el que más has disfrutado?

Irreconciliables es el único proyecto en el que trabajo durante todo el año y no me quemo nunca. Creo que le he cogido el gustillo hasta a la parte burocrática. Ángelo y yo lo vivimos como el Gran Juego de la Oca y así, con la emoción, no nos cansamos. Y por otra parte, idear y montar las galas de inauguración y de clausura del FANCINE junto a Alessandra García como Dos Bengalas, es otro chispazo muy guay del año. Octubre y noviembre suelen ser una coctelera mental y emocional. 

Con dos libros de poesía a tus espaldas, ¿te gustaría explorar nuevos géneros en un futuro? 

Sí, de hecho ya estoy haciendo mis pinitos con la narrativa. 

¿En qué estás trabajando ahora? 

Ahora mismo estoy disfrutando de una residencia artística en el C3A. Estamos Alessandra y yo como colectivo Dos Bengalas investigando sobre lo prohibido y terminando el texto de ‘La lista de la compra’ que ha resultado uno de los proyectos afortunados en las ayudas que daba el Teatre Lliure de dramaturgias en teatro de calle. En paralelo, cerrando la parte de financiación de Irreconciliables y empezando la parte creativa de las galas del FANCINE.