La nostalgia y la moda nos devuelven a los años 50, en esa segunda mitad en la que Europa, aún convaleciente de la guerra, ha empezado a levantar cabeza. Allá por el año 56, una conjunción astral hizo coincidir un ramillete de bellísimas mujeres, casi coetáneas que, cada una a su manera, marcaron tendencia en el mundo de la moda.
Audrey Hepburn, Sofía Loren y Brigitte Bardot fueron iconos de moda seguidos por mujeres de todo el mundo, locas por parecerse a ellas, desde los lindos zapatitos planos: las bailarinas, para unos encargadas por Bardot a la madre de Roland Petit, o las sabrinas para otros, popularizadas por Hepburn. Desde el pie hasta la cúspide. Los cabellos cortados a lo chico, con flequillo o los diversos peinados: cabellos sueltos o recogidos, en aparente desaliño, en un moño absolutamente favorecedor.
Para Brigitte Bardot, convertida en diosa sexual, con el éxito de “Et Dieu…. créa la femme”el bikini era una de sus prendas favoritas, también los pantalones ajustados, los escotes cuello de barco con opción a hombro desnudo, (como ahora) y, para ella y para todas, faldas, de vuelo o de tubo, muy ajustadas a la cintura, con cinturones que no dejaban pasar un garbanzo y escotes de estos son mis poderes.
Otro estilo fue el de Audrey Hepburn. La sencillez, a veces el look andrógino, que trae a la memoria a la otra Hepburn. Y también los vestidos sofisticados y suntuosos que Cardín creó para su exquisito esqueleto, los sombreros, las gafas de sol grandes, los pantalones pirata…. ay, Audrey, mi madre quería parecerse a ella.
Sofía Loren fue otra que marcó estilo. Portaestandarte de la belleza mediterránea, sus formas rotundas, armoniosamente distribuidas, se prestaban a lucir modelos acordes con la moda del momento. Su sofisticación no rompió moldes, pero el “ si esto se lo pone la Loren, yo también”, hizo que muchas adoptaran como tocado el turbante, los vestidos ceñidísimos largos a media pierna, los sombreros y las pieles.
Hasta el día 22 de este mes la ciudad burbujeará con las gentes del cine de todo el mundo. Otro año más, los invitados exhibirán sus encantos en la ciudad, en los salones y en la playa y será una gozada asistir al espectáculo anual, fuera de las horas dedicadas al visionado de las películas que compiten en el certamen.
Imágenes vía WHO WHAT WEAR