Hablamos con la autora de Aviloti

09 / 10 / 2018
POR Julia Olmo

De sus hijas Julieta y Simona, el amor por la pintura, Instagram o la vida real. En #VEINKIDS nos adentramos en el universo de Andreja VILOTIjevic.

 


 
Andrea Vilotijevic, nació en Serbia pero debido a la guerra de Yugoslavia tuvo que mudarse con sus padres y su hermano  a las Islas Canarias. La que iba a ser su casa para unas semanas, se convirtió en su hogar. Ahora, vive en el archipiélago con su marido y sus dos hijas Julieta y Simona.

Puede que por su nombre no os resulte familiar, pero si os hablo de ella como Aviloti, la reconozcáis fácilmente. En Instagram acumula más de 14.00 seguidores gracias a sus cuadros de flamencos y a las fotos con sus hijas y he #VEINKIDS hemos tenido la oportunidad de hablar con ella.

Para los que no te conozcan, ¿quién es Andrea Vilotijevic?

(Se ríe). La verdad es que es una pregunta difícil de responder, nunca he sabido hablar sobre mí misma, seguiré practicando…

¿De dónde viene Aviloti?

Aviloti viene de mi nombre Andreja y de mi apellido VILOTIjevic. Cuando abrí mi cuenta de mail hace años, fue lo primero que se me ocurrió. No tiene más significado que ese, pero suena bien, ¿verdad?

¿Recuerdas el primer cuadro que realizaste?

Perfectamente, aunque siempre he pintado, el primer cuadro de flamenco lo pinté durante una reunión de amigas que decidimos fijar un día al mes para pintar, tomar vino y hablar de nuestras cosas. Yo aquel día no pude tomar mucho vino porque estaba embarazada de mi hija pequeña y creo que por eso mi primer flamenco fue todo un éxito.

Empezaste dibujando flamencos, ¿por algo en especial?

Había visto en pinterest una imagen de un flamenco que me gustaba mucho, pensé que yo podría hacer uno y así surgió la idea, lo pinté y gustó mucho.

 


 
¿Cuándo va a acoger tu “pequeño zoo” más animales? ¿Por qué llamas así a tus creaciones?

Pues actualmente lo tengo un poco abandonado, tengo bastante trabajo y entre una cosa y otra no me queda mucho tiempo para pintar, aunque espero retomarlo, pues es algo que me relaja mucho. Los animales siempre han sido mis mayores éxitos. Busco reflejar personalidades en ellos. Julieta era el flamenco, Simona, la llama, porque creo que reflejan bastante sus personalidades.

 


 
¿En qué te inspiras?

Tengo un gusto bastante definido, así que si hay algo que me gusta mucho, intento llevarlo a mi terreno, meterle mis colores, mis formas, mis trazos y hasta que vea reflejada mi personalidad, no paro.

Uno de los hashtags que más definen tu día a día es el #mientraselladormían ¿cómo es conciliar el trabajo con el cuidado de dos niñas pequeñas?

Ese hashtag surgió porque aprovechaba para sacar los pedido cuando las niñas dormían. Hubo una época en la que me acostaba bastante tarde pintando y empaquetando, así que era un poco lo que definía en aquel momento el tiempo que dedicaba a pintar.

 


 
Empezaste a dibujar estando embarazada de tu segunda hija, ¿a qué te dedicabas antes? ¿Sigues compaginando tus dibujos con tu antiguo trabajo o te dedicas exclusivamente a las láminas?

Cuando empecé trabajaba en una consultora, era autónoma y me organizaba bastante bien. Luego hubo una época en la que me dediqué en exclusiva a pintar, pero llegó un momento en el que necesité volver a salir de casa, tener horarios y relacionarme con compañeros, así que me incorporé a trabajar a jornada completa. Me gusta mucho mi trabajo, en el que asesoro empresas en temas de innovación, pero es cierto que me queda muy poco tiempo para darle empujones a la pintura. Soy partidaria de vivir por épocas y ahora me toca centrarme en otros aspectos profesionales.

Tus hijas han crecido viéndote dibujar, ¿cómo consigues que desarrollen su lado creativo?

Mi taller siempre está disponible para ellas, suben y revuelven todas las pinturas, pinceles, cartulinas, pegatinas etc. Siempre les digo que el taller de mami es para pasarlo bien. Cuando un cuadro tiene algún error, se lo doy para que acaben de pintarlo y desarrollen sobre él lo que quieran. Vamos, un self service de creatividad.

¿De qué manera ha influido la maternidad en tu forma de entender el arte?

La verdad es que en ese sentido me hice mucho más atrevida, pintaba lo que quería y perdí el miedo a equivocarme. Creo que es la única forma de entender el arte, «sin miedos»

¿Crees que en nuestro país se le da la importancia que merece al mundo del arte y a los pequeños emprendedores?

Pues por suerte, actualmente existe gran interés en los productos con una historia real detrás y cada vez se paga y se valora más. Yo personalmente también he ido evolucionando en ese sentido y creo que es una corriente que no tiene vuelta atrás.

Ahora que ha empezado la vuelta al cole, ¿cómo os organizáis en casa para llegar a tiempo a todo?

Pues a pesar de trabajar ambos, tenemos buenos horarios. Mi pareja es profesor, así que se encarga del tema cole y eso. La verdad es algo que me quita mucho peso, nos dividimos tareas e intentamos no ser muy maniáticos en ningún aspecto. Por las tardes aprovechamos para estar en familia y hacer planes divertidos, deporte, playa, piscina. Los fines de semana siempre nos escapamos para cambiar de aires y empezar la semana con las pilas cargadas.

 


 

Una frase con la que definas tu maternidad.

Disfrutar… con ellas, de ellas y sin ellas»