La obra de estos dos jóvenes artistas gallegos, “Auga e terra e pel e un cubo vermello e un descampado”, termina su aplaudida andadura por el Auditorio de Galicia.
Vivimos en unos tiempos en los que, en muchos momentos, uno se puede sentir sobrepasado por los excesivos estímulos que nos rodean, más aún cuando eres joven y aún estás aprendiendo cómo funcionan el mundo y las emociones. La vida resulta frenética, no da tregua, solo hay guerra sin ápice de ninguna paz. Nos vemos obligados a interactuar los unos con los otros en un contexto de absoluta desorientación. Debemos hacernos cargo de nuestras relaciones y gestionar nuestras emociones, pero también, de las consecuencias que los demás causan en nosotros mismos sin que el resto se haga responsable de absolutamente nada. Porque hay gente que te cambia, que trastoca tu vida sin siquiera darse cuenta.
Justo ese es el tema del que versa la obra titulada “Auga e terra e pel e un cubo vermello e un descampado” creada por dos artistas jóvenes y gallegos, que acaba de terminar su aplaudida estancia en el Auditorio de Galicia. Raquel Álvarez y Pablo Aguilar, dos mentes inquietas, con ganas de indagar en las emociones que afectan a su generación, han logrado despertar mediante ésta instalación, la curiosidad de todos aquellos que se han acercado a contemplarla.
A través de una proyección monocanal, cinco mapas fotográficos extraídos del propio video dirigido por esta pareja de artistas y haciendo uso de herramientas agrarias y un escenario desolador como un descampado con tintes industriales, Pablo y Raquel han conseguido construir un microcosmos donde ejemplificar a la perfección la vulnerabilidad emocional que prima hoy en día en un mundo convertido en un paraje estéril donde debemos endurecernos para poder salir adelante.
La video-performance podrá volver a verse en otros espacios en 2022.
