‘La poesía sólo muere cuando termina’, una historia intimista en busca de la magia

24 / 11 / 2017
POR Mar García Zarco

 
Localizado en el extrarradio de Barcelona, el cortometraje nos cuenta una historia llena de poesía sobre dos jóvenes de 19 años que se sienten perdidas y al margen de la sociedad. Protagonizado por dos actrices no profesionales, Paula Ayet y Cristina Stölhe, fue seleccionado y premiado en 2016 por el jurado de ESCAC Films. Hoy hablamos con la directora del cortometraje, Adelaida Lamas.
 

 
¿Cómo te iniciaste en el mundo audiovisual?

En 2007 decidí dejar mi doctorado en neuropsicología para sumergirme por completo y sin retorno en el terreno artístico, un paradigma que me permitía una mayor libertad exploratoria que la propia ciencia. Y al año siguiente, junto a Roger Amat, cofundador de Miniature, una alianza creativa que da soporte a proyectos audiovisuales y artísticos que transitan de forma amplia por las diferentes esferas de la producción audiovisual. Empezamos en el desaparecido “DO” -un mítico programa de nuevos formatos audiovisuales que no tenían cabida en la televisión convencional- con una serie de trece episodios de corte experimental que se llamaba “La Metamorfosis de la Palomita”, y que se emitía en más de treinta canales de la Xarxa de Televisions Locals de Catalunya. Como el proyecto tuvo bastante éxito y se programó en varios festivales nacionales e internacionales, después se nos pidió que lleváramos la dirección de la imagen del programa. Y así seguimos durante años, dándolo todo. Más proyectos han seguido llegando y algunos premios hasta hoy. De entre los más queridos el “Televisió Espai Expositiu. TVEE” un nuevo formato televisivo que fue premiado con el Grand Laus Audiovisuales en 2012. Un gustazo de proyecto que contó con el apoyo de Hangar y en el que participaron toda una generación de artistas emergentes llenando la televisión de contenido artístico contemporáneo y sin censura.

¿Cómo surgió el tema para el corto ‘La poesía sólo muere cuando termina’?

Aunque el cortometraje no es autobiográfico, sí que surgió por la idea del miedo a crecer, en base a una reflexión personal y un cuestionamiento desde el momento vital de cambio en el que me encontraba, tras mi recién estrenada maternidad. Con esta historia presenté a unos personajes llevados al extremo para ver cómo son capaces de avanzar, y de cambiar pequeñas cosas fundamentales como su mirada. Quería que fuese una especie de viaje iniciático que estimulara el crecimiento de los personajes ante la adversidad.

 

 
¿Por qué ese título?

‘La poesía solo muere cuando termina’ es una frase que mi pareja me explicó un día que le escuchó decir a un homeless en la calle. Lo vi muy bonito, lleno de poesía y de decadencia como la vida misma. Entonces ya había rodado la maqueta, que se llamaba de otra manera, pero esta frase mostraba (y encriptaba) muchas de las cosas de las que quería hablar.

Háblanos un poco sobre el estilo del cortometraje.

La idea de una estética decadente y a caballo entre lo experimental y lo naturalista, las sensaciones y el tono de la historia que quería contar han estado bastante claras desde el principio. La atmósfera es decididamente oscura pero intenta lanzar una mirada comprensiva hacia los personajes. Cámara al hombro, luz pillada por momentos que avanza hasta el amanecer, composiciones preciosistas en escenarios del extrarradio de Barcelona, personajes enigmáticos y llenos de contradicciones, sensaciones agridulces. Esto es lo que he querido desarrollar en esta historia. La vida está hecha de contrarios. Nada es enteramente de un color. Me interesaba que las emociones actuasen en dos niveles a la vez, que nada acabara de ser del todo divertido, ni del todo triste.

¿Qué mensaje quieres transmitir?

Me gustaba que Beatriz pudiera llegar a entender que ser humano, por encima de todo, significa tener profundos anhelos de que algo mágico pueda llegar a ocurrirnos. Todos queremos que algo mágico nos ocurra, pero se nos olvida que esa magia que se persigue fuera, en realidad la llevamos dentro, sólo hay que encontrar una razón que nos mueva de verdaderamente para despertarla. Cuando las cosas conectan de verdad, realmente podemos llegar a sentirlo de forma clara y esto es muy satisfactorio. Así que lo más importante es creer en uno mismo.

 

 
¿Cuáles son tus influencias artísticas?

Mis experiencias personales y el hecho de que me sienta tan a gusto explorando y evadiéndome, es algo muy importante para mí. En realidad bebo de todo, tanto del arte, como de canciones que escucho, de los libros que leo, de lugares en los que estoy, de las personas que conozco y por supuesto del cine, lo que más. Me gusta mucho el cine independiente americano de Cassavetes, de Jim Jarmusch, o las parrafadas filosóficas de Hal Hartley. El feminismo de Agnès Varda. Los temas y la sensibilidad extrema de Bergman. Los personajes de Haneke. El cine iraní y sus pequeñas historias llenas de trasfondo. Yorgos Lanthimos me parece un genio. Wim Wenders o David Lynch, están siempre presentes, por nombrar sólo algunos nombres. El viaje de la luz de Sebastian Schipper en “Victoria” me inspiró mientras escribía el guión. También el cine de los Dardenne. Me fascina la belleza de la decadencia y la apuesta por personajes marginales, llenos de defectos, perdedores que avanzan firmemente hacia algo insignificante para el resto de la sociedad o cosas que prácticamente sólo tienen valor para ellas mismas, para nadie más. Estos me encantan. No me interesa lo efectista de la emoción, pero sí que las cosas avancen y se desarrollen en niveles de contraste. Y me gusta mucho el uso del diseño de sonido en las películas de Gus Van Sant.

¿Cómo descubriste a las actrices que protagonizan el corto? ¿Qué te atrajo de ellas?

A Paula la conocí hace algunos años, en una fiesta en casa de unos amigos. Me encantó la belleza tan especial que tenía; su rostro irradiaba inocencia y no sabías muy bien de donde podría ser. Eso me gustó. Cuando pensé en ella para proponerle el papel de Bea, a Cristina aún no la conocía. Fue un amigo el que me habló de ella y me enseñó algunas fotos en su IG entonces porque sabía que era la actitud adolescente descarada y desafiante que estaba buscando para Laura. Y así fue. Me atrajo mucho que, a pesar de no ser actrices, se sintiesen tan cómodas delante de la cámara, no parecían tenerle miedo alguno. Me gustó también que aunque pudieran llegar a parecerse físicamente, en realidad eran tremendamente diferentes y complementarias. Así que tenía las dos energías que necesitaba la historia. Y lo mejor de todo era que ya se conocían, por lo que contábamos de entrada con una amistad y una complicidad reales en las que se podía apoyar todo. Eso me dio bastante confianza a la hora de apostar por ellas aunque fuera la primera vez que hacían algo así.

 

 
¿Qué querías representar con la relación entre las protagonistas?

La historia es muy feminista es tanto que son dos chicas muy jóvenes quienes llevan el peso de toda la historia. Bea lleva el conflicto y Laura hace avanzar la acción. Sin Laura, Bea posiblemente no sería capaz de conseguir su objetivo -o quizás sí. En su amistad hay conflictos y enigmas, pero se quieren de verdad y se ayudan, que es lo importante. Son buenas amigas. Juntas consiguen complementarse y anulan parte de sus defectos. Quería darles un papel activo a unos personajes femeninos tan jóvenes y perdidos, enseñarles a las dos que no necesitan a nadie más que a sí mismas para conseguir sus objetivos individuales como personas. Una buena amistad cerca y confiar en ti mismo y en tu propia magia, es lo único indispensable.

¿Por qué crees que las chicas jóvenes deberían ver tu proyecto?

¡¡Todo el mundo debería ver el corto!! No, en serio. Creo que una parte muy bonita que te aporta el corto es compartir un imaginario femenino. Tan posible, como probable, como real. Somos testigos privilegiados de la aventura de unos seres imperfectos y tremendamente bellos por eso mismo. Creo que les puede aportar un contrapunto a la imagen de mujer establecida que se espera, tan segura y perfecta. Y también creo que todas nos hemos sentido en algún momento como ellas. Confía en mí.

¿Algún proyecto futuro en mente?

Me gustaría mucho terminar algún día no muy lejano el guión de un largometraje. Estoy trabajando en ello, pero en una fase muy inicial y donde todo va fluyendo muy poco a poco, sin presiones. Tengo la impresión de que por el momento no repetiría con un cortometraje porque me parece un formato muy difícil. Pero la verdad es que nunca se sabe.

 

 

 

 

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