Se busca un cuarto propio para #bibliotecademujeres

29 / 05 / 2017
POR Verónica Martín

30.000 ejemplares forman el catálogo de esta colección especializada en literatura feminista que lleva años vagando sin que se le proporcione una ubicación donde poder establecerse.

 

 
Este pasado sábado, Las Amigas de la Biblioteca de mujeres organizaron en la Feria del Libro de Madrid una performance con la que, vestidas con una capelina roja emulaban “El cuento de la criada” de Margaret Atwood, en el que cualquier libro feminista, revista o publicación escrita por una mujer es llevada a la hoguera. De esta manera reivindicaban un espacio propio para la biblioteca de mujeres cuyos fondos, actualmente, están guardados en cajas en los sótanos del Museo del Traje.

Carmen G. de la Cueva, fundadora del club de lectura feminista La tribu, nos cuenta que «fue bastante emocionante, la verdad. Comenzamos con la acción a las 12h en la parte de atrás de la caseta número 94. Nos pusimos la capelina roja en homenaje a la distopía feminista de Margaret Atwood y cada una de nosotras sostenía en sus manos una caja con el nombre de una autora que representaba la herencia literaria femenina, nuestra genealogía. En dos filas recorrimos la Feria del Libro hasta que llegamos al Pabellón Bankia, donde tenía lugar la mesa ‘Una genealogía propia. La importancia de las bibliotecas de mujeres’. Una vez allí, la acción consistía en mover las cajas de un lugar a otro para simbolizar cómo desde 2006 los fondos de la biblioteca han estado moviéndose sin encontrar un espacio propio.»
 


 
Fue Marisa Mediavilla quien fundó la biblioteca en 1986. Cuando le preguntan a esta bibliotecaria, documentalista y feminista por qué sintió como necesaria su creación su respuesta es clara. “No quiero que ninguna mujer llegue a los treinta años como yo: sin saber quiénes fueron Clara Campoamor y Carmen de Burgos“. Más de 30 años después, el archivo, importante en cuanto a títulos y volúmenes, está formado por estudios y ensayos feministas, femeninos y misóginos (de autores y autoras), revistas, cómics, folletos y sellos, todos testimonio de la lucha por la igualdad de la mujer en España.

Desde la pequeña sede de la calle Barquillo del Movimiento Feminista (alquilada por el Instituto de la Mujer) Marisa comenzó a catalogar y ordenar poco a poco los ejemplares que desde su época universitaria había ido adquiriendo por el Rastro, librerías y puestos de la ciudad. Al poco tiempo, la filóloga y escritora Lola Robles se une a este proyecto en un período que recuerdan como ‘ilusionante’.

En 1991 pasó de ser una asociación no lucrativa de ámbito local a ser competencia del Estado, lo que permitía recibir pequeñas subvenciones que se invertían en comprar más libros y en organizar conferencias y talleres para la difusión de la historia y literatura de mujeres. En 1997 Biblioteca de Mujeres se traslada al Consejo de la Mujer de la Comunidad de Madrid. Pero en el año 2006 las circunstancias obligan a donar este importante archivo al Instituto de la Mujer para evitar su desaparición. Lejos de ser accesible ni de estar cuidados este importante biblioteca especializada se encuentra guardada en cajas en los sótanos del Museo y acceder a ellos requiere un lento proceso.

 

 
Las redes sociales también se han hecho eco de la iniciativa. Bajo el hahstag #bibliotecademujeres se invita a todo el mundo a subir un selfie con el cartel «Un cuarto propio para la #bibliotecademujeres» para apoyar el logro de un lugar digno y cercano para tantos años de esfuerzo, trabajo e historia de las mujeres.

«Lo importante es que después de esta campaña, la gente por fin sabe que existe la biblioteca y han tomado la iniciativa como propia porque la biblioteca es patrimonio de todas nosotras. El diálogo lleva abierto años» indica Carmen G de la Cueva.

 

Las Amigas de la Biblioteca de mujeres