Los desechos de la pandemia amenazan los océanos

03 / 08 / 2020
POR Pilar Ramón

Todo el plástico que acaba en los océanos es perjudicial, pero los productos sanitarios de un único uso son particularmente dañinos para la vida marina.

Imagen de Opération Mer Propre

Los productos sanitarios de un único uso – mascarillas, guantes y soluciones hidroalcohólicas – están ayudando a que el coronavirus no se siga propagando ya que impiden que nos contaminemos, con residuos que quedan en el aire o las superficies. Ahora a algunos defensores del medio ambiente les preocupa que el aumento en la producción del plástico con el que se fabrican estos productos pueda traer consecuencias inintencionadas.

Los océanos ya están inundados con más de 13 millones de toneladas de plástico al año, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Y considerando la alta demanda que hay de productos sanitarios – solo los pedidos en mascarillas sobrepasan los billones – es fácil ver por qué algunos están preocupados. 

Los desechos

Aunque aun no se conocen datos exactos sobre los desechos de la Covid, hay evidencia de que la cifra no será baja; por todo el mundo los activistas están encontrando restos donde no deberían estar. En Francia, miembros de la Opération Mer Propre, que se encarga de limpiar las playas de la costa azul, ha estado posteando fotos y vídeos de estos productos sanitarios amontonándose sobre el fondo rocoso de los océanos.

Incluso en islas desiertas están encontrando este tipo de residuos. Según explica, Gary Stokes, miembro de OceansAsia, al diario The Guardian han estado encontrando al menos 70 mascarillas desechables en una playa en las Islas Soko, de Hong Kong, del tamaño de un campo de fútbol. Según indica se trata de otro de los legados que dejaremos a la próxima generación.

En España, durante los dos primeros meses del estado de alarma, se compraron más de 550 millones de unidades y esto ha conllevado un aumento de nuevos residuos en nuestro país. Ayuntamientos como el de Burgos, Cádiz o Toledo ya han anunciado ordenanzas de multas de 100 a 3.000 euros para quien tire mascarillas o guantes al suelo. Tampoco está permitido tirarlo a los contenedores amarillo o azul, las mascarillas y los guantes deben ir al contenedor de restos o a las papeleras de la calle. “Solo de este modo nos aseguraremos de que estos residuos no se convierten en un foco de infección y suciedad en nuestro entorno” indica Nieves Rey de Ecoembes en una nota de prensa.

Imagen de OceansAsia

Los efectos

Todo el plástico que acaba en los océanos es perjudicial, pero los productos sanitarios de un único uso son particularmente dañinos para la vida marina: las tortugas y otros animales se ahogan a menudo con estos materiales, al confundirlos con comida. Los guantes, por ejemplo, se parecen mucho a las medusas.

Además, existe riesgo de contaminación química – cuando el plástico se descompone se rompe en pequeños pedazos, que sueltan químicos dañinos para los animales que los comen después, humanos incluidos, al fin y al cabo, somos quienes nos encontramos en la cima de la cadena alimentaria y quienes pescamos a esos peces contaminados.

Otra consecuencia es la cantidad de mascarillas de plástico protectoras y botellas vacías de soluciones hidroalcohólicas que se están fabricando. Y es que las plantas de producción son conocidas por su impacto desproporcionado en las comunidades con pocos ingresos y de color. Las emisiones tóxicas de estas instalaciones se han relacionado con un sinfín de problemas de salud, que incluyen cáncer, enfermedades cardíacas y trastornos reproductivos y del desarrollo.

¿Qué podemos hacer?

Puede que ahora muchos nos estemos preguntando qué podemos hacer para estar protegidos contra la Covid y a la vez no destruir más nuestro planeta. La solución viene en dos pasos: sencilla por un lado y complicada por otra, depositando estos productos como ya se indicaba en el contenedor de restos (gris en España) ya estamos resolviendo dos tercios del problema. El lado complejo es que aún no podemos dar solución a la fabricación de estos productos, puesto que es necesario que los utilicemos a diario. Quizá en poco tiempo las alternativas reutilizables sean una buena solución al problema y nos ayuden reducir el consumo de plástico.