A pesar de ser reconocida como la sombra de su marido Charles Mackintosh, fue pionera en el Art Nouveau. Descubre aquí las claves de su arte.
‘The Mysterious Garden’, 1911 / ‘The Three Perfumes’, 1912 / ‘The Silver Apples of the Moon’, 1912
Margaret MacDonald Mackintosh (1864 – 1933) fue una de las arquitectas, decoradoras y artistas escocesas más destacadas de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, teniendo una gran influencia tanto en Europa como en América. Aunque nació en Tipton (Inglaterra), vivió con su familia desde pequeña en Glasgow (Escocia), donde junto con su hermana, Frances MacDonald, consiguieron inscribirse como estudiantes de la Escuela de Arte de Glasgow, lugar que no permitía la entrada de mujeres. A pesar de ello, allí lograron desarrollar su gran talento artístico, pues trabajaron con una variedad de materiales, incluidos trabajos en metal, bordados y textiles. Ellas y sus futuros maridos (Charles Rennie Mackintosh y Herbert McNair) se llegaron a convertir en el grupo más influyente de la escuela conocido como ‘El Cuatro de Glasgow’.
Colaboró con su hermana, y más tarde con su pareja, Charles Rennie Mackintosh, con quien compartió su arte el resto de su vida. Sus obras más dinámicas son grandes paneles de yeso hechos para interiores diseñados con su marido, lugares como salones de té y residencias privadas. Aunque la mala salud de Margaret acortó su carrera, dejó un enorme legado artístico, no por su cantidad, sino por la calidad e influencia de su obra.
UNA DE ‘LOS CUATRO DE GLASGOW’
Cuando la familia se muda a Glasgow a finales de la década de 1880, comienza a estudiar el trabajo de metal y textiles junto con su hermana en la Escuela de Artes de Glasgow. Estaban en un momento en el que las mujeres no tenían permitida la entrada en las escuelas. Allí solo se contrataban profesoras y en ocasiones se hacían exhibiciones de las obras de artistas mujeres y las estudiantes participaron activamente del movimiento sufragista.
Margaret MacDonald
En ese momento las hermanas conocieron a Charles Rennie Mackintosh y a Herbert McNair con quienes trabajaron y dieron forma al denominado ‘Glasgow Style’, un estilo caracterizado sobretodo por la influencia del Simbolismo. A partir de ese momento el grupo fue reconocido como ‘Los cuatro de Glasgow’, provocando una gran influencia sobre las corrientes del arte y de la arquitectura académica en toda Europa central. Su relación no se quedó solo en algo intelectual y artístico. En junio de 1899 Frances se casó con Herbert McNair y se fueron a vivir a Liverpool, donde él era profesor en la Escuela de Arquitectura y Artes Aplicadas de la University College. Un año después, en agosto de 1900, Margaret y Charles también contrajeron matrimonio.
El grupo se dio a conocer en la Exposición de Artes y Oficios de Londres de 1896. El cuarteto se centraba, entre otras cosas, en la espiritualidad celta y el puritanismo victoriano. Crearon piezas gráficas repletas de siluetas alargadas y graciosas. Además, mostraban elementos del arte moderno, como el uso de simetrías y de figuras geométricas.
‘The heart of the rose’, 1901
PIONERA DEL ‘ART NOUVEAU’
Margaret y Frances MacDonald estuvieron entre los principales artistas que sentaron los principios estéticos del ‘Art Nouveau‘ en los primeros años del siglo XX, el siglo de las grandes vanguardias en el arte. El ‘Art Nouveau’ siempre estuvo ligado a lo femenino. Por eso, no sorprende que dos mujeres, provenientes de la ciudad escocesa de Glasgow, hayan estado entre los que crearon las bases de la corriente artística que iluminó Europa entre 1890 y 1915.
La cuna del Art Nouveau para entonces era Viena. Estas artistas vivían demasiado lejos en ese momento para mantenerse en el centro del movimiento. Sin embargo, la delicadeza, fuerza y la originalidad de sus obras fueron en gran parte responsables de uno de este estilo, uno de los más encantadores de la modernidad europea.
‘The little hills’, 1914-1915
SU ESTILO LÍRICO Y ESTILIZADO
Margaret se dedicó principalmente a la pintura para paredes interiores. Algunas de sus famosas decoraciones fueron destinadas para varios salones de té de Glasgow, como la ‘Willow Tea Room’ de 1903. Su estilo fue siempre lírico y estilizado, con tendencia a la fantasía y preferencia por las formas redondas. Destacaban los elementos vegetales (principalmente brotes y pimpollos de rosa) y las figuras femeninas. Sin embargo, aunque era menos visto en sus obras, en algunos de sus diseños había pinceladas de Simbolismo, un movimiento influyente en aquellos tiempos en Europa.
En sus obras utilizó preferentemente la acuarela, con un acabado parecido al esmalte, y trabajó en varias ocasiones con incrustaciones en madera, gessos, cloisonnés y repujados en oro y plata. También destacó por sus mosaicos, vidrieras y bordados.
‘Opera Of The Seas’ / ‘Opera Of The Winds’, 1901
Las obras de Margaret MacDonald fueron expuestas en las exposiciones más características de Milán y Viena, donde influenció a los artistas del Liberty Milanés pero con mayor fuerza a los artistas y arquitectos del movimiento secesionista vienés, incluso a Klimt, a Hoffmann y a Olbrich.
Su trabajo más importante es ‘Las Siete Princesas’, compuesto por tres paneles de bajorrelieve del tamaño de una pared en el que se observa una escena de una obra del mismo nombre, de Maurice Maeterlinck. Esta obra fue muy popular en Viena, pero cuando se vendió en 1916, desapareció de la vista del público durante mucho tiempo. En 1990 fue redescubierta en una caja en el sótano del Museo de Artes Aplicadas de Viena y actualmente forma parte de su colección permanente.
‘Black Throns’
UN MATRIMONIO ARTÍSTICO
No se conoce mucho sobre la temprana relación entre Mackintosh y Margaret MacDonald, pero posiblemente estuvieron juntos desde antes de 1897 según algunas cartas. Lo único que sí se tiene en claro es que Mackintosh y Margaret no solo compartían una relación como marido y mujer, sino también como artistas.
El 22 de agosto de 1900 Margaret y Charles se casaron en la Iglesia Episcopal en Dumbarton. Margaret fue la principal influencia en toda la obra posterior de Mackintosh, incluso hasta el punto de llamarlos la pareja ‘Mackintoshes’. La relación era totalmente simbiótica, y como resultado se generó una obra artística única. Los primeros años de 1900, los primeros del matrimonio, fueron los más creativos de sus vidas. Entre las obras que realizaron juntos están la iglesia de Quenn’s Cross (1897), los salones de té de Catherine Cranston, la Hill House (1902).
‘The May Queen’, 1900
Margaret empezó a tener problemas de salud hacia 1921. Esto le llevó a dejar de participar en las obras con su marido. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial se trasladaron a Londres donde se dedicaron a proyectos gráficos, de estampados textiles y de escenografías que no se llegaron a materializar. En 1923 viajaron a Francia para dedicarse a pintar acuarelas del Mediterráneo durante 4 años.
Charles muere en 1928, cinco años antes que Margaret, quien finalmente falleció el 10 de enero de 1933.
‘Summer’, 1904
REVOLUCIONARIA ANTE EL DISCURSO PATRIARCAL DEL ARTE
Mientras que en aquella época las mujeres que estudiaban arte lo hacían por puro interés personal, ella y su hermana lo convirtieron en una forma de vida. Lo consideraban una actividad que las llevó a ser exitosas, tanto comercial como intelectualmente, y por lo tanto, profundamente revolucionarias.
Fue una de las muchas esposas que han estado a la sombra y que han sufrido la invisibilización del discurso histórico patriarcal del arte. Sin embargo, ella siempre fue reconocida en su tiempo por muchos de sus compañeros, incluyendo a su marido que una vez escribió en una carta a Margaret: «Recuerda que eres la mitad si no las tres cuartas partes de toda mi arquitectura …». Además, se dice que él siempre lo tuvo claro: “Margaret es un genio, yo sólo tengo talento”.
‘The Sleeping Princess’, 1908
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