Poemas, pinturas y rebeldía: Margarita Manso

15 / 11 / 2021
POR África Poveda

Artista, amante, rebelde y musa. Descubre aquí las claves de esta integrante de las ‘Sin sombrero’.

Margarita Manso

Margarita Manso (1980 – 1960) es una de esas mujeres que ha pasado a la historia sin tener el reconocimiento que le corresponde por su labor artística. Es una pintora española perteneciente a la denominada Generación del 27, corriente que comparte con referentes como Salvador Dalí y Federico García Lorca, a quienes la artista sirvió de musa. Hoy descubriremos la vida y las obras de una de las llamadas ‘sin sombrero’, que junto a Maruja Mallo, formó parte de este colectivo de mujeres muy notorio en su época. Fue una de las mayores inspiraciones del momento y, aun así, estuvo obligada a desaparecer en la historia. 

Su imagen fue asociada al de una mujer liberal, independiente, moderna y de belleza auténtica. Tiene una seña de identidad muy marcada por su rebeldía y el incumplimiento de lo que marcaba la sociedad del momento. Sin embargo, sus dos matrimonios fueron con hombres muy conservadores. Su vida cambió drásticamente con la llegada de La Guerra Civil Española, por lo que pasaría sus últimos años muy recelosa sobre su pasado.

Retrato de Margarita Manso pintado por su esposo Alfonso Ponce de León

Una juventud entre poemas, pinturas y rebeldía

Margarita Manso Robredo nació en Valladolid, el 24 de noviembre de 1908. Proviene de una familia de clase media, la segunda hija de la unión entre la modista Carmen Robledo Daguerre, y el jefe de oficinas Luis Manso López, quien murió tempranamente a los 31 años, hecho que afectó dramáticamente a la artista. Su padre poco tenía que ver con el mundo del arte, pero su madre tenía una vena artística y de ella heredaría su carácter independiente. Todo un ejemplo de mujer independiente y autónoma que ayudaría a su artista a forjar su carácter y buen gusto por la moda.

Poco tiempo después, su familia se mudó a Madrid, donde comenzó a estudiar en la Academia San Fernando. Allí se forjó la enorme amistad con Maruja Mallo y Alfonso Ponce León (su futuro esposo), sirviendo de fuente inspiradora constante en sus pinturas destacadas. Mallo fue la encargada de su acercamiento con sus amigos íntimos, Salvador Dalí y Federico García Lorca, quedando así conformada la Generación del 27. Allí mismo también conoce a quien sería su primer amor: Alfonso Ponce de León, con el que viviría un matrimonio un tanto fugaz. 

A Margarita Manso se le conoce por su estrecha amistad con Lorca y por el poema ‘Muerto de amor’ que le dedicó y con el que le definiría como musa. Marcó la vida del poeta, porque no sólo se hace referencia a la mujer en la dedicatoria de Lorca, sino que además en el poema ‘Remansos’ el poeta se pregunta: “Margarita, ¿Quién soy yo?”. El afecto era recíproco. La admiración por el poeta era tan grande que su muerte le pasó factura años más tarde.

No obstante, esta mujer siempre tuvo méritos propios como artista, pensadora, idealista y rebelde, siendo una de las mujeres que cambiaron los estereotipos de una época y que se atrevió a quitarse el sombrero para dejar fluir sus ideas. En estos años de juventud protagonizó una serie de anécdotas que a poco dan una pista de su carácter independiente, liberal y soñador.

Una de las más conocidas que gira en torno a su personalidad atrevida es cuando visitaron el Monasterio de Santo Domingo de Silos en Burgos. Junto a Mallo, Lorca y Rafael Alberti intentaron entrar pero los monjes no permitían la presencia de mujeres en el recinto. Sin embargo, detener a Manso y Mallo era tarea imposible. Improvisaron un atuendo masculino con ayuda de las chaquetas de sus compañeros, escondieron su cabello bajo una gorra y, de esta forma, entraron. Más tarde Maruja Mallo en una entrevista dijo: “debió ser la primera vez que unos travestidos entraron en Santo Domingo de Silos.”

‘Antro de fósiles’, obra creada por Margarita Manso junto a su amiga Maruja Mallo

Margarita Manso la ‘sin sombrero’

Durante la década de los años 20, en España era impensable acudir a espacios públicos con la cabeza descubierta. Se tomaba como un acto de rebeldía, sobre todo si lo hacían las mujeres. Fue exactamente lo ocurrido en La Puerta del Sol de Madrid a principios de 1920, cuando Manso en compañía de Mallo, Lorca y Dalí osaron a quitarse el sombrero al atravesar dicha plaza. 

Esta acción les condenó a una lluvia de piedras y múltiples insultos, algo que estaba justificado, ya que, según la misma Maruja Mallo: “con el sombrero puesto sentían las ideas congestionadas.”

Hoy en día es considerado un acto de valentía que les daría a las mujeres de la época un nombre: las ‘sin sombrero’. Aunque estas artistas fueron enterradas en la historia, gracias a relatos y escritos han conseguido que su legado perdure y se reconozca como el movimiento artístico femenino que quiso eliminar la guerra y la dictadura. Significó la reivindicación femenina para liberarse de ataduras morales y expresar claramente su inconformidad ante el papel impuesto y exclusivo como esposa y madre.

Fotografía de las ‘sin sombrero’

La invisibilidad de sus obras

Manso fue una pintora destacada aun existiendo muy pocos registros verídicos sobre sus trabajos. El hecho de ser unas de las integrantes de la Generación del 27 le causó una buena fama al inspirarse por el movimiento surrealista de Dalí. Sus obras manejaban un sinfín de elementos clásicos y modernos. 

El estallido de la Guerra Civil en 1933 significó la desaparición pública de sus obras. En diciembre de ese mismo año se casó con Alfonso Ponce de León, quien fue secuestrado en la puerta de su domicilio por los franquistas. La dictadura le quitó todo a Margarita Manso. Su esposo apareció muerto en una cuneta el 9 de octubre. Meses antes, el 18 de agosto, Lorca fue fusilado, al igual que su suegro, Juan Ponce de León y su cuñado Guillermo.

La artista se vio forzada a exiliarse junto a su familia. Esto supuso la decadencia de la musa de la Generación del 27, pues comenzó a desaparecer todos los rastros y obras de su pasado. Incluso, años más tarde, sus hijos desconocieron las vivencias de su madre adolescente. Todo esto fue destrozando el alma de la artista durante sus últimos años. Los eventos que vivió durante 1936 la llevaron a una crisis nerviosa que terminó en una fuerte depresión. Su trabajo fue nulificado tanto por ella como por la historia.

El panteón de hojalata, la obra de Margarita Manso que más fama le proporcionó

Un final amargo

Tiempo después, tras entrar en depresión, la joven volvió a casarse tras las insistencias de su madre. En 1940 contrajo su segundo matrimonio con el Dr. Enrique Conde Gargollo, padre de sus tres hijos y quien despertó de manera antagónica el espíritu de la joven Margarita. Sepultó para siempre su pasado, por lo que la joven brillante, audaz y alegre se fue desvaneciendo poco a poco. 

Su segundo esposo publicó obras completas de José Antonio Primo de Rivera, en las cuales Manso hizo colaboraciones ocasionales. Fue su último trabajo conocido. Fue diagnosticada con cáncer de mama. Finalmente murió, relativamente joven, con 51 años de edad, en Madrid, el 28 de marzo de 1960.

Sus hijos nunca supieron más allá de que siempre fue la esposa de Don Enrique. Nunca conocieron a esa mujer misteriosa y audaz. Nadie les habló de la musa del gran Lorca. A pesar de que la terrible enfermedad fue la causa de su final, familiares decían que a Margarita la mató la tristeza un tal 20 de septiembre del año 1936, el día en que su corazón se apagó para siempre tras el asesinato de su gran amor, Ponce de León

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