MODA BAJO EL SOL: Los Felices y MONGIBELLO transforman Ibiza en un escaparate creativo

16 / 05 / 2025

Con una visión que mezcla moda, arte, archivo vintage y espíritu hedonista, Los Felices y Mongibello reafirman a Ibiza como punto de encuentro creativo este verano.

      

Hotel Mongibello

La temporada acaba de arrancar en Ibiza, pero hay dos nombres que ya resuenan entre las maletas de lino, los estilismos vintage bien editados y las stories con filtro cálido: Los Felices y Mongibello. Los hoteles más codiciados del universo de Diego Calvo, al mando de Concept Hotel Group, están redefiniendo lo que significa irse de vacaciones, convirtiendo la isla en un campo de juego para amantes del arte, la moda y la buena mesa.

Diego Calvo

En muy poco tiempo de vida, Los Felices ha conseguido lo que muchos hoteles tardan décadas en alcanzar: convertirse en un lugar de culto. Aquí no se viene solo a dormir, se viene a vivir la moda y el arte desde dentro. Cada habitación lleva el nombre de diseñadores, modelos, estilistas o fotógrafos como JP Bonino o Daniel Garze, y la atmósfera mid-century se siente en cada rincón, cortesía del interiorismo de IlmioDesign. Esta nueva temporada el hotel pisa fuerte y vuelve a abrir sus puertas con novedades que lo confirman como el epicentro creativo de Ibiza. Una de las más estimulantes es Curated by Los Felices Ibiza, la tienda multimarca comisariada por el dúo detrás de Tots a la Taula, Ana Fort y Maria Carreté.

Ana Fort y Maria Carreté de TOTS A LA TAULA

Tots a la Taula no es solo un archivo de moda, es un manifiesto. Un espacio donde alquilar piezas únicas que han vivido otras vidas, prendas que vienen de los armarios de estilistas, diseñadoras y creativas de toda España – desde Ahida Agirre a Nina Urgell, pasando por Madame Mim o Fauntleroy – y que ahora encuentran nuevas formas de existir. En su pop-up exclusiva en Los Felices, las piezas no solo están disponibles para alquiler, sino también para compra, con una selección pensada para la isla y su energía cambiante, luminosa y salvaje. Es toda una declaración de intenciones con el objetivo de vestir con conciencia, mezclar épocas, referencias y texturas, y reivindicar la atemporalidad como postura estética.

Hotel Los Felices

En Los Felices todo gira en torno a la experiencia, desde la Fashiontèque, su sala de lectura fashionista, hasta los mercados mensuales en torno a la Futuro Stage House, una estructura de estética ovni que también funciona como espacio de DJs y performances. Por supuesto, no falta la buena comida: Bambola di Grosso Napoletano sirve pizza artesanal senza glutine con el mismo nivel de detalle y pasión que uno esperaría en un desfile de Margiela. Y si la noche pide algo más, el bingo canalla de los miércoles o los Saturday DJs lo resuelven sin esfuerzo.

Hotel Mongibello

Pero para una experiencia todavía más completa, hay que empezar la visita en Mongibello, otro universo estético de Concept Hotel Group que abraza una vibra más mediterránea, más dolce vita, como si estuviera recién sacada de una película de los sesenta. Desayunos junto al mar, showcookings con recetas ibicencas, cócteles entre luces bajas y habitaciones donde apetece quedarse horas. Allí todo invita a una contemplación hedonista que funciona como prólogo perfecto para la intensidad creativa que espera en Los Felices.

En medio de ese recorrido, también hay espacio para el arte. El hotel Paradiso, parte del mismo grupo, acoge las piezas de Jesús de Miguel que irrumpen con una energía colorista, libre, explosiva. Además en Paradiso encontramos obras del artista y activista Halim Flowers, cuya trayectoria vital ha estado marcada por la violencia institucional del sistema penitenciario estadounidense y ha mutado en una práctica artística profundamente conmovedora. Juntos, construyen un diálogo visual que es reflejo de lo que Ibiza puede ser: un lugar donde las contradicciones se abrazan.

Y entre neones, vinilos y sobremesas eternas, el hotel también se convierte en cine. Durante nuestra estancia, el Grand Paradiso proyectó Lo carga el diablo, el debut como director de Guillermo Polo, una comedia negra en clave road movie ibérica que arranca en Avilés y se desborda hasta Benidorm. Una película que, como el propio hotel, apuesta por los márgenes, los excesos y los universos con personalidad.

Después de estos días en la isla, una cosa queda clara: la moda, cuando se vive con autenticidad, no necesita pasarela, y el arte, es mucho más de lo que solemos ver en los museos. Tanto en Los Felices como en Mongibello, se convierten en atmósfera, en gesto, en forma de estar en el mundo. Ibiza, una vez más, y si alguna vez has vivido la isla de verdad lo sabrás, es mucho más que una postal de verano.