Cuando se nos mueren los amores es el título de su nuevo LP. Su sonido es crudo y artesano, una voz desnuda reivindica la belleza de lo real, de lo imperfecto, sin maquillaje y a corazón abierto. Hablamos con la artista.
Su sonido es crudo y artesano, una voz desnuda reivindica la belleza de lo real, de lo imperfecto, sin maquillaje y a corazón abierto. ‘Cuando se nos mueren los amores’ es un viaje a la intimidad de la compositora Amaia Miranda, de la mano de Vida Records. En #VEINDIGITAL hablamos con la artista sobre este nuevo proyecto íntimo y emocional.
“El disco tiene un sonido crudo, cálido y muy íntimo. Creo que haberlo grabado en casa, en tomas enteras (guitarra y voz a la vez) y haber dejado las primeras maquetas en muchos temas hace que tenga un sonido cercano y sincero”, nos comenta la artista vasca. El sonido ambiente es un instrumento más dentro de este LP, grabado en tomas enteras, sin cortes.
Apuesta por una producción orgánica y minimalista. “El disco está muy influido por las demos de artistas que admiro. Durante el confinamiento descubrí maquetas que no había escuchado de los Beatles, Laura Marling, Joni Mitchell, Prince… fue muy inspirador, creo que tienen una magia que a veces se pierde en los procesos de producción. Discos como Pink Moon de Nick Drake, Básico de Antonio Vega o Instrumentals de Adrianne Lenker son referentes para mi».
Las letras, sencillas y poéticas, hablan de las emociones que provoca la llegada de una edad adulta donde la incertidumbre reina en ocasiones. Habla de ese momento en el que se tambalean los pilares, caen los mitos y creencias, dando un paso a un encuentro descarnado y hermoso con una misma.
“Aunque el título del disco es ‘Cuando se nos mueren los amores’ no sólo se refiere al amor, sino a los ideales y las certezas que una tiene y que al crecer se tambalean. Las canciones hablan del proceso de hacerse adulta y dentro de eso, de aprender a convivir con una misma, con la incertidumbre y con los procesos de cambio”, confiesa la artista.
Amaia Miranda tiene una trayectoria profesional con recorrido en el mundo de la música. Más allá de su carrera en solitario, en los últimos años ha compuesto música para diversas obras escénicas. “Desde muy pequeña he escrito poemas en castellano y compuesto canciones, primero en inglés por mis referentes, después en castellano, en euskera y a guitarra sola. Esa parte creativa siempre ha estado muy presente. Pero no he tenido el valor para enfocarme en ella hasta los últimos años”.
Su última gira ha sido junto a la compañía La Perla 29 con ‘Canto jo i la muntanya balla’, una adaptación de teatro de la galardonada novela de Irene Solà. «Trabajar en equipo es enriquecedor y también es un respiro a nivel de responsabilidad y de foco. Cuando me dedico a acompañar a otras artistas, o participo en una obra coral siento que mi rol como guitarrista tiene algo de artesanía y eso lo disfruto mucho”.
“Aunque en la gira estoy sola en el escenario, en varias fechas me acompaña la escenografía de luces que hemos preparado con Esther Porcell. Para mí ya es un regalo tener espacios para compartir mi música, espero que las personas que se acerquen a escucharlo lo disfruten. Y me encantaría poder presentarlo en casa, en Euskadi, que está siendo más difícil de conseguir”.
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